Aston Martin ha apostado el todo por el todo en su nuevo centro tecnológico de Silverstone, una fábrica pensada para cambiar el rumbo del equipo británico en la Fórmula 1.
Entre sus joyas más preciadas en esta nueva infraestructura, una destaca por encima del resto: su nuevo túnel de viento.
Un elemento tan avanzado que incluye una capacidad expresamente prohibida por la normativa de la FIA, pero que refleja la visión a largo plazo del equipo: probar monoplazas en escala 1:1.
El túnel de viento de Aston Martin
Lo ha confirmado el propio Enrico Cardile, nuevo director técnico del equipo, en una entrevista en el podcast oficial F1 Beyond The Grid.
"Es un túnel completamente nuevo, con tecnología de vanguardia. Aunque por regulación no podemos usar modelos a escala real, el túnel tiene esa capacidad", explicaba Cardile.
Y matizaba: "Quizás el 60% sea un buen compromiso hoy, pero el túnel está preparado para ir más allá si algún día las reglas lo permiten".
No podrán usarlo en el AMR26, pero el mensaje de Aston Martin es claro: están preparados para todo.
Su túnel de viento, ilegal en parte bajo las reglas actuales, es una inversión de futuro. Una herramienta que ya empieza a utilizarse -desde marzo de 2025- y que marca el inicio de una nueva era para la escudería.
Apuesta de Lawrence Stroll
La nueva sede de Aston Martin, el Aston Martin Racing Technology Campus, representa una inversión estratégica diseñada para situar al equipo en la élite.
El proyecto arrancó en 2022 por iniciativa de Lawrence Stroll y fue terminado oficialmente en 2024, aunque sus instalaciones clave -como el túnel de viento y el simulador- comenzaron a operar en 2025.
Compuesta por tres edificios principales (ingeniería, simulación y aerodinámica), la fábrica permite desarrollar, testar y refinar cada parte del coche sin salir de Silverstone.
El túnel de viento, instalado en un volumen de 60.000 metros cúbicos, incluye una banda de rodadura metálica de última generación y sensores de ultra precisión capaces de captar millones de datos por segundo.
Gracias a esta integración total, se elimina la dependencia del túnel de otros equipos que hasta ahora se usaban, lo que resolvía una de las grandes debilidades del equipo: la correlación entre simulación y pista.
"Antes, los modelos viajaban en furgoneta, llegaban dañados y los datos eran inexactos. Ahora todo está bajo un mismo techo", explican desde el equipo.
Túnel de viento de Aston Martin
Ilegal… pero revolucionario
La normativa de la FIA impide actualmente probar modelos en el túnel de viento superiores al 60% del tamaño real, algo que responde únicamente a una decisión de ahorro de costes.
Sin embargo, Aston Martin ha decidido construir un túnel que rompe ese límite técnico, aunque no lo pueda utilizar aún.
Para Cardile, es una cuestión de visión: "Hemos construido una herramienta que puede marcar diferencias ahora y sobre todo en el futuro".
En su entrevista, el ex de Ferrari explicó que todavía están aprendiendo a explotar todas las capacidades del sistema.
"Es una máquina muy compleja, pero tenemos una hoja de ruta clara. El objetivo es aprovechar al máximo cada herramienta para ganar", afirmó.
La posibilidad de hacer pruebas a escala real -aunque todavía no permitida- les sitúa por delante de otros equipos en capacidad tecnológica.
Es, además, una señal del enfoque que Aston Martin está adoptando con vistas a 2026: anticiparse a las reglas, invertir antes que los demás y crear una base sólida para la nueva era.
Fernando Alonso y Adrian Newey en la fábrica de Aston Martin en Silverstone.
Todo al 2026
La nueva normativa técnica de Fórmula 1, que entrará en vigor en 2026, ha sido recibida por Aston Martin como una oportunidad estratégica.
Según Cardile, "el 90% del trabajo actual está enfocado en ese coche". La combinación de nuevo combustible, unidad de potencia híbrida con 50% eléctrico y cambios en el peso mínimo abren la puerta a múltiples conceptos.
Cardile no oculta su entusiasmo: "Hay muchas cosas que están cambiando. Será interesante ver la variedad de soluciones aerodinámicas en toda la parrilla".
El equipo cuenta, además, con una alianza exclusiva con Honda, que desarrollará su unidad de potencia sin tener que adaptarse a otros equipos.
Mientras Cardile lidera la integración del túnel de viento con el proceso de diseño, la figura de Adrian Newey, incorporado al proyecto en marzo de este año, se perfila como pieza esencial.
"Adrian es el motor que impulsa el desarrollo. Trabajamos codo con codo. Su nivel de exigencia es absoluto", reconocía Cardile.
El papel de los pilotos
Con Fernando Alonso como piloto, el equipo asegura tener un feedback técnico preciso y complementario, algo clave de cara al momento en el que el AMR26 salte a pista.
"Ambos [Alonso y Stroll] están muy alineados. Fernando describe las sensaciones como si fuera a cámara lenta. Stroll es más breve, pero perspicaz", apuntaba Cardile.
La conjunción entre pilotos, ingenieros y herramientas de última generación ha generado en Silverstone un ambiente de ambición y concentración total.
"Aquí la gente es menos emocional que en Italia. No pierden el foco bajo presión. Es una fortaleza", añadía el italiano sobre su adaptación al entorno británico.
Adrian Newey conversa con Fernando Alonso en el Gran Premio de Mónaco F1 2025
Un objetivo claro
En resumen, Aston Martin ha construido más que una fábrica: ha diseñado una plataforma tecnológica lista para dominar la nueva Fórmula 1.
Su túnel de viento, preparado para una normativa aún inexistente, es solo una muestra del nivel de ambición de la escudería.
El equipo espera que 2026 sea el año en el que den el salto definitivo a la parte alta de la parrilla.
"Tenemos todo lo necesario: infraestructura, talento, compromiso. Ahora hay que convertirlo en resultados", sentenció Cardile.
Y si las normas cambian, Aston Martin ya tiene listo su as bajo la manga. Aunque hoy sea ilegal.
