Los pasillos del paddock de Fórmula 1 hierven de rumores. El posible fichaje de Max Verstappen por Mercedes ha desencadenado un efecto dominó que afecta a múltiples escuderías y, especialmente, a sus alineaciones de pilotos de cara a la temporada 2026.
La víctima colateral más señalada por la prensa inglesa es George Russell, cuyo asiento en la escudería alemana corre serio peligro si se confirma el salto del neerlandés desde Red Bull.
Sin embargo, el futuro del británico ha desatado una campaña en medios anglosajones para encontrarle hueco en otro equipo... y Aston Martin ha emergido como la solución más deseada por muchos.
La lógica es comprensible: Russell es un talento, con experiencia, veloz y con un perfil ideal para proyectos de medio y largo plazo.
El problema es que Aston Martin ya tiene su pareja de pilotos cerrada para 2026, y entre ellos está un nombre que no admite debate: Fernando Alonso.
Pese a las conjeturas británicas que especulan con una retirada anticipada del bicampeón español, los hechos contradicen ese discurso.
Fernando Alonso y George Russell.
Un asiento para Russell
Pese a la salida de Christian Horner de Red Bull se han disparado los rumores sobre que el futuro de Verstappen está lejos del equipo con el que ha conquistado sus títulos mundiales.
Mercedes, debilitado tras el adiós de Hamilton, ve en el neerlandés la pieza ideal para reconstruir su hegemonía. Si Verstappen se suma al proyecto liderado por Toto Wolff, George Russell (que aún no ha renovado) pasaría a ser prescindible.
Los informes más recientes desde Reino Unido ya lo dan casi por hecho: Kimi Antonelli sería el elegido para acompañar a Verstappen, mientras que Russell tendría que buscar acomodo en otro garaje.
Y es ahí donde los medios británicos han comenzado a construir escenarios más deseados que factibles, entre los cuales Aston Martin figura como el destino ideal para el inglés.
Alonso, intocable
Las narrativas que dibujan un Fernando Alonso fuera del equipo verde en 2026 no se sostienen si se atiende a la información confirmada por las propias partes.
El piloto asturiano renovó su contrato con Aston Martin hasta el final de la temporada 2026, una fecha marcada por el nuevo reglamento técnico que cambiará por completo el panorama competitivo de la Fórmula 1.
Fernando ha declarado que será ese momento el que determine si continúa o no en la máxima categoría del automovilismo, pero en ningún caso ha dejado entrever una retirada anticipada.
Al contrario: ha señalado que su motivación actual está intacta y que el proyecto técnico liderado por Adrian Newey, que se incorporará al equipo en 2025, le estimula especialmente.
Andy Cowell, director de Aston Martin, ha sido tajante en su respaldo al español: "La estabilidad que tenemos al tener a Lance y Fernando contratados para el próximo año significa que no solo nos están ayudando ahora a desarrollar las herramientas que estamos usando para 2026, 2027 y más allá".
El mensaje no deja lugar a dobles lecturas: Alonso no solo sigue, sino que es pieza angular del futuro del equipo.
Lance, el eslabón débil
Si bien Alonso parece intocable, el segundo asiento en Aston Martin sí podría cambiar de manos. Lance Stroll, protegido por la estructura que dirige su padre, ha mostrado un rendimiento muy inferior al del asturiano y atraviesa un periodo de dudas deportivas y físicas.
Las molestias persistentes en la muñeca, fruto de una lesión mal resuelta, y algunos episodios de tensión interna han alimentado las dudas sobre su continuidad.
Además, se especula con una posible venta del equipo por parte de Lawrence Stroll a sus socios saudíes, lo que dejaría a Lance sin respaldo estructural.
En ese escenario, una salida del canadiense no parece tan improbable. Y si el asiento queda libre, George Russell podría convertirse en un candidato muy sólido, tanto para compartir box con Alonso como para heredar su rol como líder técnico cuando el español decida retirarse.
Herencia española en Aston
En este hipotético caso, la llegada de Russell a Aston Martin tendría lógica si se interpreta como una inversión estratégica de futuro.
Con Alonso liderando el proyecto de 2026 y Russell aprendiendo a su lado durante uno o dos años, la transición sería natural y ordenada.
Además, Aston Martin ya ha puesto en marcha su Academia de pilotos, en la que destaca el fichaje del joven español Mari Boya, aún en Fórmula 3 esta temporada 2025.
A medio plazo, Boya podría ser el relevo perfecto para acompañar a Russell en la estructura británica, consolidando un equipo joven, competitivo y con proyección de futuro.
Este enfoque, que combina experiencia, talento joven y estabilidad, encaja mucho más con la filosofía técnica y deportiva que está consolidando Aston Martin, lejos de soluciones improvisadas o presiones mediáticas.
Presión británica
Los intentos de algunos medios británicos por situar a Russell en Aston Martin a costa de Alonso se basan más en deseos que en hechos.
El asturiano no solo cuenta con contrato en vigor, sino que tiene el respaldo del equipo y un compromiso personal con el proyecto que lidera Lawrence Stroll… al menos mientras siga siendo el dueño.
Descartarlo como moneda de cambio para encajar a Russell no solo es irreal, sino que ignora el peso mediático, deportivo y comercial de Alonso en el ecosistema de la Fórmula 1.
George Russell, durante la temporada 2023 de la Fórmula 1
Sacarlo del equipo sin que él lo decida sería un suicidio para una escudería que aspira a consolidarse como alternativa a Red Bull y Mercedes en la nueva era de la categoría.
El problema para los fans de Russell es que las opciones son escasas. McLaren y Ferrari no tienen hueco, Red Bull no parece una opción fiable y escuderías como Alpine o Williams son apuestas muy arriesgadas.
El asiento que podría dejar Lance Stroll en 2026 se perfila como uno de los más codiciados del paddock.
Con la llegada de Honda como proveedor de motores, la incorporación de Newey, un centro tecnológico de primer nivel y una estructura financiera sólida respaldada por capital saudí, Aston Martin ofrece una combinación irresistible.
No obstante, cualquier aspirante deberá cumplir con los criterios del equipo: experiencia, proyección, compromiso técnico y capacidad de adaptación a un entorno de altísima exigencia.
George Russell cumple esos requisitos, pero su llegada solo será posible si se libera una plaza... y esa no será la de Fernando Alonso.
La lógica deportiva, los contratos firmados, las declaraciones públicas y el sentido común apuntan a una misma conclusión: Fernando Alonso seguirá en Aston Martin al menos hasta finales de 2026.
Russell puede esperar. Tal vez su oportunidad llegue si se confirma la salida de Lance Stroll. Pero si lo hace, será para compartir garaje con Alonso, no para reemplazarlo.