Publicada

A pesar de la euforia que rodea el fichaje de Adrian Newey por Aston Martin, el ingeniero británico ha querido poner los pies en el suelo ante las expectativas generadas para 2026.

El legendario diseñador ha recordado que construir un monoplaza ganador en Fórmula 1 es un proceso de una complejidad extrema que requiere tiempo, herramientas afinadas y una estructura plenamente consolidada. Y eso, advierte, no se consigue de la noche a la mañana.

Aston Martin ha reforzado su plantilla y sus instalaciones con vistas al cambio reglamentario de 2026, el gran momento que la estructura de Lawrence Stroll ha señalado en rojo como el inicio de su asalto a los títulos.

Sin embargo, los tiempos juegan en contra: muchas de las piezas del rompecabezas llegaron demasiado tarde para pensar en un éxito inmediato.

La llegada de Newey, apenas 15 días antes de la apertura del nuevo túnel de viento en marzo, marcó el inicio de una nueva era. Pero también confirmó lo justo de los plazos.

A ello se suman los retrasos en el departamento de aerodinámica, la falta de madurez del simulador y la incorporación tardía de Enrico Cardile, que no se unirá al equipo hasta julio. Todo esto complica el reto de diseñar un coche campeón para 2026.

"No tiene sentido soñar despierto con el futuro", sentenció Newey al ser preguntado por las aspiraciones del equipo.

"Se trata de ponerse manos a la obra y hacer el trabajo. Si hacemos nuestro trabajo correctamente, ojalá las cosas salgan bien".

Una bestia compleja

Newey describió al monoplaza moderno de Fórmula 1 como "una bestia muy complicada", tanto por la cantidad de componentes como por la ingente cantidad de simulación que requiere su desarrollo.

En este punto, recalcó que los equipos dependen cada vez más de herramientas como la dinámica de fluidos computacional (CFD), el túnel de viento y su correlación con el coche real.

Y es precisamente en esa correlación donde Aston Martin aún necesita dar pasos importantes. El equipo no solo debe adquirir y ajustar estas herramientas, sino aprender a utilizarlas eficazmente.

"Puedes comprar un paquete de CFD, pero necesitas modificarlo, aprender a usarlo, al igual que un túnel de viento. Puedes tener el mejor simulador, pero sin un modelado adecuado y correlación con los neumáticos o la aerodinámica, no sirve de nada", advirtió.

Otro reto que enfrenta Aston Martin es la forma de trabajar de su flamante fichaje. Mientras la mayoría de la Fórmula 1 se apoya en el diseño asistido por ordenador (CAD), Adrian Newey continúa utilizando una mesa de dibujo tradicional.

"Para mí es como un idioma, mi primera lengua", explicó. Aunque reconoce que puede manejar sistemas CAD a nivel básico, su flujo creativo es más ágil en papel.

"Si tengo un dibujo en la mesa, con 100 líneas, probablemente he dibujado 200 y borrado 100. Cambio cosas a medida que desarrollo una idea", señaló, recalcando que su método le permite tener una visión global a escala real del diseño, algo más difícil con CAD.

Para adaptar este enfoque al proceso digital, Aston Martin ha creado un equipo encargado de escanear y traducir sus dibujos.

Adrian Newey, junto a Andy Cowell en su primer día en Aston Martin

"Cuando estoy a tope, probablemente hay tres personas escaneando mis dibujos y convirtiéndolos en superficies", admite.

Pese a su prudencia, el trabajo de Newey ya está dejando huella. Pedro de la Rosa, embajador del equipo, ha asegurado que el análisis del túnel de viento por parte de Adrian está mejorando claramente los datos que maneja el equipo.

"Siempre que tenemos a Adrian analizando nuestras herramientas del túnel de viento, mejoramos en todo", afirmó.

Eso sí, dejó claro que las mejoras vistas en Silverstone no son responsabilidad directa de Newey, ya que este está centrado exclusivamente en el coche de 2026.

Lo mismo sucederá en Spa, donde se introducirán más piezas para mejorar el rendimiento del actual AMR25 y seguir sumando puntos con Fernando Alonso, que ya acumula cuatro carreras consecutivas puntuando.

Newey, el arquitecto

Además de su talento como diseñador, Newey ha impresionado por su capacidad para pensar en la arquitectura completa del coche, desde la aerodinámica hasta el habitáculo.

Así lo explicó Andy Cowell, team principal de Aston Martin, quien alabó su habilidad para maximizar cada centímetro del monoplaza.

"Adrian mete diez cosas en un espacio en el que normalmente solo cabría una. Todos los ingenieros lo ven como un reto", señaló Cowell.

Este enfoque al límite obliga a todo el equipo a adaptarse, por ejemplo, a resolver problemas de refrigeración derivados de los diseños tan compactos.

Cowell también subrayó que el ritmo de desarrollo en el modelo de túnel de viento para 2026 es más rápido que nunca, gracias a la combinación de las nuevas instalaciones, el talento del equipo y los métodos de trabajo de Newey.

"Es como ver a 100 personas corriendo los 100 metros en menos de 10 segundos, con relevos perfectos", ilustró gráficamente.

Fernando Alonso y Adrian Newey en la fábrica de Aston Martin en Silverstone. Aston Martin

Alonso y Stroll, claves

El trabajo de Newey no se limita al diseño. También se involucra en las pruebas en el túnel de viento con los pilotos.

Cowell reveló que esta misma semana Fernando Alonso y Lance Stroll estuvieron con el modelo del coche junto a Newey, discutiendo aspectos técnicos y ergonómicos.

La estabilidad de tener a los dos pilotos firmados para 2026 también ayuda a afinar detalles fundamentales.

"Las discusiones no solo son sobre la aerodinámica, también sobre el entorno del piloto. ¿Cuánto espacio hay en el habitáculo? Adrian no suele dejar mucho espacio. Todo está excepcionalmente apretado", detalló Cowell.

Más allá del 2026

Aunque todo el foco apunta al gran cambio reglamentario del próximo año, Aston Martin es consciente de que la verdadera consolidación llegará en 2027 o incluso más adelante.

El proyecto tiene cimientos sólidos, pero aún le falta recorrido para estar a la altura de Red Bull, Mercedes o Ferrari.

La propia filosofía de Newey lo resume con claridad: no basta con fichar talento, hace falta un entorno técnico maduro y bien engrasado. Y eso solo se logra con tiempo y trabajo.

"Todo lleva tiempo", repite el ingeniero más laureado de la historia de la Fórmula 1. La ilusión existe, pero no conviene caer en la trampa del exceso de expectativas. Newey, como siempre, prefiere hablar en la pista.