La temporada de la Fórmula 1 está muy cerca de acabar. Verstappen siguió con su triunfal racha en la cara más positiva y en la más negativa apareció otra vez Alpine. El monoplaza de Fernando Alonso sufrió un nuevo fallo de motor y dejó tirado al español una vez más.

La historia se repite en nuevo Gran Premio. Alpine volvió a refrendar sus problemas de fiabilidad y uno de sus coches no pudo acabar la carrera. Curiosamente, como casi siempre le afectó a Alonso. El asturiano acabó completamente desquiciado al ver cómo se iba por la borda una nueva cita en la que lo estaba bordando.

Una historia llena de contrastes. Calificada por Fernando Alonso como una de sus mejores temporadas a nivel de ritmo y de manejo de su bólido, no se puede decir lo mismo de su monoplaza. El coche hace aguas cuando mejor pintan las cosas para él, causando una frustración constante cada vez que dice adiós a un Gran Premio. Y no es algo circunstancial.

Alonso con su Alpine durante la carrera. REUTERS

"Vaya temporada colega, vaya temporada, increíble", fueron las palabras del piloto español por radio al ver que la carrera iba a terminar de manera prematura para él. Un nuevo mazazo en sus aspiraciones en el trazado mexicano. Iba séptimo cuando el motor le falló y veía que el coche se le paraba. Una vez más, se quedó con 0 en el casillero. 

"Iba cómodo, como en EEUU, 30 segundos delante del compañero y los McLaren, una de mis mejores carreras, y perdí un cilindro, tenía solo 5 durante 20 vueltas, haciendo medio el ridículo. Y se rompió, que era lo mejor. Yo quería parar y me pidieron que siguiera por si acaso un coche de seguridad aguantaba los puntos, pero otra vez el 14. Ya solo quedan dos carreras", fue la explicación de Alonso.

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Nuevo mazazo

La temporada está acabando de la peor manera para el de Alpine. Un fin de año lleno de contratiempo para el español. Si en el anterior Gran Premio fue la inexplicable sanción, la cual acabó revirtiendo tras protestar, en México le tocó una vez más la cara más amarga del deporte.

Un nuevo abandono que le privó de sumar unos puntos que por rendimiento se merecía. Peleaba por un séptimo puesto con McLaren y su compañero Esteban Ocon. Sin embargo, el fallo de motor propició una retirada que acabó con Alonso completamente abatido en las gradas. La sensación de impotencia le golpeó al ver cómo se iba por el sumidero una nueva carrera.

"El ritmo era bueno hasta que el motor paró nuevamente. Contento de la actuación personal, de cómo fue la carrera, que fue mucho mejor que ayer", explicó en los micrófonos de DAZN tras el Gran Premio. Otra vez el coche 14, pero lo mejor es que solo quedan dos carreras", terminó.