En gran jefe de los derechos comerciales de la Fórmula 1, el octogenario Bernie Ecclestone, desacreditó en Bahrein a los pilotos. El motivo: la carta que éstos como colectivo enviaron a los responsables por el cambio del formato de clasificación.



La respuesta de Mr. E estuvo llena de connotaciones de desprecio hacia los pilotos. Éstos fueron acusados por el magnate británico de guiarse únicamente por el interés económico y se les acusó de “no haber invertido nunca ni un solo dólar en este deporte”. Incluso, Bernie llegó a decir que “cuando se va a cenar con ellos nunca pagan la cuenta”.



El jefe de la FOM tienen claro el rol de los pilotos tras reflejar su radical opinión sobre ellos a quienes casi ordenaba “estar callados y dedicarse a conducir”.



A la vigilia del GP de China, los ‘charlatanes’ pilotos -como han sido denominados desde FIA y FOM- se han reunido para cenar tras su llegada a China. El resultado de la reunión ha salido a la luz de la mano de Nico Rosberg, actual líder del mundial, mediante la publicación de la respuesta unánime ante los poderes tácitos de la F1. Incluso, ha ido acompañada de una imagen.



Bajo el hashtag #RacingUnited, los héroes del campeonato han alzado su puño y lo han acompañado una imagen de solidez que no es habitual en la F1.



Ante las acusaciones de charlatanería de Jean Todt y Bernie Ecclestone, quienes se juegan la vida en cada curva del mundial han alzado la voz y le han mostrado a Ecclestone quienes son y donde están.



En el tweet de Rosberg no sólo mostraba músculo, sino que también se da un repaso a quienes pretenden ponerles un esparadrapo en la boca. Tras #RacingUnited, el alemán traducía su mensaje a “palabras de Bernie” con un lapidario #windbagsunited, lo que viene a ser #CharlatanesUnidos.



En mensaje se ha difundido como la pólvora en las redes sociales llegando al corazón de cada aficionado con una profundidad y emoción mayor que la de las últimas retransmisiones de los Grandes Premios.

Los pilotos salen en Bahréin.



En Shanghai se ha reforzado como nunca el frente de los pilotos, que se prepara para dar batalla también en el terreno político con el fin de dejarse escuchar y, por otra parte, que la F1 deje de parecer una comparsa gracias a sus decisiones cuestionables, que, al final, hacen peligrar el espectáculo.



La reunión fue convocada por la GPDA y a la cita no faltó Lewis Hamilton, que forma parte de la asociación de pilotos, pero que fue acusado en pretemporada de no acudir a ellas por el delegado de la FIA Charlie Whiting.



Algunos de los pilotos ausentes fueron Kimi Raikkonen, Rio Haryanto y Romain Grosjean. Y por otra parte, en Renault causaron baja sus pilotos oficiales, aunque Esteban Ocon si acudió a la cena.



El fin de la dictadura y la democracia del fin



La nueva Fórmula 1 y los nuevos pactos firmados tras la llegada de la era híbrida ha traído consigo la abolición de la dictadura bicéfala FIA-FOM.



La democracia implantada con la entrada de los equipos (los poderosos y adinerados únicamente) en la mesa donde se toman las decisiones, en el lugar en el que se plasman los grandes cambios que han de ser proclamados por unanimidad cambia para bien y para mal una Fórmula 1 que se enfrenta al abismo del cambio generacional y tecnológico que marcará su éxito o su fracaso como estandarte del deporte del motor en el futuro inmediato.



Los equipos han demostrado por primera vez que son capaces de doblegar a los todopoderosos Jean Todt y Bernie Ecclestone, quienes ya no pueden imponer su voluntad a placer a unas escuderías que antes no podían mas que obedecer.



Durante la rueda de prensa, el presidente de la FIA, Jean Todt, dejó claro cómo la nueva realidad del gobierno de la categoría “no nos permite imponer” aceptando que ya “no podemos imponer”.



Durante el episodio, repetido por dos veces del funesto cambio de clasificación, los equipos han tomado consciencia de su capacidad para alterar los equilibrios de poder tras forzar unánimemente mediante una contundente carta a dar marcha atrás tanto a la FIA como a la FOM. Ambos estamentos se han visto por primera vez acorralados, cediendo en última instancia y dando el visto bueno a la propuesta de regreso al formato de 2015 que se aplicará desde el próximo GP de China.



El futuro de la Fórmula 1 en juego



La clasificación ha sido la primera de las batallas que la Fórmula 1 debe lidiar para garantizarse un puesto entre los grandes del deporte a nivel mundial en el futuro.



Los equipos son conscientes de que el formato del fin de semana debe sufrir una reforma en profundidad para llegar a un público ‘multipantalla’, que ya no queda absorto ante la televisión. Ahora el público ha cambiado la TV por Twitter, Instagram, Snapchat, WhatsApp y otras aplicaciones.



En un mundo donde los espectadores no están disponibles durante dos horas para ver el resultado final de una carrera, especialmente cuando la victoria final es predecible como está sucediendo en los últimos tres años de la nueva F1, la fórmula del Gran Premio en tres días de la categoría debe ser revisado.



Los equipos quieren centrarse en un formato de dos días durante el fin de semana, mientras que los organizadores y circuitos quieren mantener un viernes que les puede generar ingresos extras que les ayuden a pagar la gran cantidad de dinero que Ecclestone cobra por el ‘lujo’ de celebrar un GP.



Mientras esto ocurre, las normas de 2017 que deben traer un mayor equilibrio de poder, no están tomando el rumbo justo, con propuestas que no favorecerán los adelantamientos y las luchas cuerpo a cuerpo a pesar de traernos monoplaza más veloces.



Pilotos a los que nadie quiere dar voz pero que claman por el regreso a los motores de explosión sin ‘ayudas’ híbridas, como esta semana reclamaba Sebastian Vettel, jefes que no quieren ni oír hablar de pilotos opinando como Ecclestone. Equipos que quieren mantener el statu quo y preservar su superioridad, como Mercedes y Ferrari mientras la FIA que boicotea la renovación de Pirelli para traer a los amigos franceses de Michelin a la F1 de nuevo.



La Fórmula 1 vive tiempos revueltos mientras se juega su futuro e imagen ante una sociedad que ha cambiado su forma de consumir el deporte y los propios medios.



La dictadura ha llegado a su fin en la F1, este año la toma de decisiones consensuada debe dar respuesta a los desafíos que ella misma ha planteado con la llegada de los híbridos que Jean Todt impulsó en contra del criterio del inmortal Bernie Ecclestone.

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