La Fórmula 1 ha dejado las primeras pistas de su nueva era. Aunque en Barcelona las escuderías no iban a poner todas las cartas sobre la mesa, hay cuestiones que no han podido ocultar como son los principales problemas. Interpretar los datos de los test de Montmeló está plagado de dificultades, sobre todo porque los equipos están teniendo sus primeras experiencias con coches construidos para cambiar drásticamente el orden prestablecido en el pasado. Aunque ese no es el resultado de estas pruebas.

Lejos de ver un terremoto entre las clases inferiores y las superiores, parece que el reino de la F1 sigue gobernado por los mismos. A simple vista, la parrilla tendría una imagen similar a la temporada 2021, con los dos pilotos de Mercedes y los Red Bull peleando por el triunfo habitualmente. Aunque parece que Ferrari y McLaren pueden amenazar este orden, por ahora están por detrás. Lejos se quedan Aston Martin, Alpine, Alpha Tauri y Alfa Romero. Williams y Haas seguirían con problemas.

Aunque hay algunos que comparten todas las escuderías. Del que más se ha hablado es de las vibraciones y el balanceo que produce el nuevo 'efecto suelo' en estos coches. Las imágenes de los bólidos botando en las rectas como si en algún momento fueran a salir disparados y volar han sido las más compartidas por los aficionados de este deporte en las redes sociales. Tanto es así que Mercedes va a presentar un coche completamente distinto en Bahrein, según los rumores.

Otra cuestión que preocupa en el mundo de la Fórmula 1 es la prueba que se hizo en lluvia. Las escuderías estaban muy preocupadas por la cantidad de agua que podían lanzar los coches con este nuevo 'efecto suelo' en las carreras con lluvia. En la pequeña prueba que se hizo en Barcelona se pudo ver que puede llegar a ser un problema para que no se pueda circular con las condiciones de seguridad apropiadas con el espray que lanzan. Una cuestión normal en el inicio de la nueva era.

Efecto 'porpoising' y el agua

Se puede ver que los autos rebotan hacia arriba y hacia abajo a gran velocidad. El porpoising es algo que ya existió en la Fórmula 1 en la última era de efecto suelo a principios de la década de 1980. El factor clave que provoca este fenómeno es que a medida que se acumula más y más carga aerodinámica debajo del coche, éste es succionado cada vez más cerca del asfalto. 

Eso provoca que el flujo de aire se separe o directamente se detenga en un punto determinado y, con la pérdida de carga aerodinámica que ello conlleva, la altura del monoplaza aumenta, lo que a su vez provoca que inmediatamente el flujo de aire regrese y la altura del coche vuelve a descender drásticamente a medida que la carga aerodinámica aumenta hasta el punto de inflexión. Se viralizó esta imagen del coche de Charles Leclerc que lo demuestra.

Este problema podría evitarse de una forma bastante sencilla aumentando la altura de los monoplazas respecto al suelo. Sin embargo, eso no es algo que los equipos quieran hacer. Cada equipo ha creado sus propios conceptos de diseño pese a contar con un conjunto de reglas muy limitado. Esto se aprecia con más detalle en el diseño de los pontones de los diferentes equipos. Pero también en los alerones delanteros, el suelo del coche, los túneles que hay debajo y el difusor, todos los elementos que influyen en este sentido. Ahí estará la clave para domar a las bestias.

Estas que también serán indomables sobre el agua. Cuando se mojó la pista de Barcelona la mayoría de las escuderías pusieron reglajes de lluvia para empezar a valorar cómo se comportan estos coches en estas condiciones. Aunque no era una situación climatológica completa, quedaron algunas dudas entre los pilotos por la cantidad de espray que lanza este nuevo 'efecto suelo'. Esto podría suponer que las carreras en estas condiciones fueran más trabadas por los peligros que suponen.

¿La misma realidad?

El objetivo clave para los equipos era descubrir qué tan precisas habían resultado ser las simulaciones de sus nuevos diseños y qué problemas del mundo real podrían no haber previsto. Es muy pronto todavía tras registrar más de 3.000 vueltas en el Circuit de Cataluña, pero los tiempos registrados sobre todo en el último día, cuando los equipos aprietan un poco para acercarse a los límites del coche, deja una perspectiva muy similar a lo visto en la temporada 2021.

Carlos Sainz durante los test de pretemporada 2022 en Barcelona Europa Press

Se podría decir que la gran sorpresa de estos test, por tiempos a una vuelta y por su regularidad, ha sido Ferrari. Además, se podría decir que no ha habido distinción entre pilotos. Tanto Charles Leclerc como Carlos Sainz Jr. han estado en la parte alta de la clasificación en todas las sesiones. Los italianos han tenido una dura pugna también con McLaren que han empezado en un estado de forma considerable. Ambos aspiran a pisar con más regularidad el podio y, quién sabe, el primer cajón.

Muchos soñaban con que la nueva Fórmula 1 dejara un nuevo orden establecido que no se pareciera en nada al ecosistema del 2021 y los años anteriores. No obstante, era muy osado pensar eso ya que los dos mejores motores hasta el momento tenían pocas posibilidades de caer. Red Bull ha vuelto a apostar por la revolución y por su motor Honda que ya le llevó al título el pasado curso. Mercedes hizo vueltas con los neumáticos blandos para acabar con los mejores tiempos.

De momento, 'El Plan' de Fernando Alonso y sobre todo de Alpine deja muchas dudas. No hay certezas de que los franceses vayan hacia arriba. Son un equipo que ha optado por un diseño aerodinámico conservador y por la implementación de su unidad de potencia y su mayor objetivo en estos momentos es poder desarrollarlo. Los tres días en Bahrein despejarán cualquier atisbo de duda que ha dejado la primera prueba del año.

[Más información: Ferrari muestra sus cartas y reta a Mercedes y Red Bull mientras que Alpine deja dudas antes de Baréin]

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