La crisis del Covid-19 ha obligado a la Fórmula 1 a retrasar todos sus planes de implantar el nuevo reglamento técnico que se espera dé un giro radical a la competición. El regreso de Fernando Alonso a Renault y el fichaje de Carlos Sainz por Ferrari hacían presagiar un gran año para los españoles, pero con el panorama actual, tras 3 Grandes Premios disputados esta temporada, las opciones de que alguno de los dos sea competitivo en 2021 se reducen, si las cosas no cambian pronto.

El doble GP de Austria y el de Hungría han dejado claro que poco o nada ha cambiado en la Fórmula 1 y, teniendo en cuenta que la próxima temporada están muy limitados los cambios que se pueden hacer en la chasis y en el motor del monoplaza, poco cambiará en 2021.

El dominio de Mercedes es aún más aplastante. Las flechas plateadas, este año negras en homenaje al movimiento Black Lives Maters, han dado otro pequeño paso adelante y, además, han visto como sus rivales no solo no les recortaban sino que retrocedían.

La crisis de Ferrari

El caso de los de Maranello es uno de los más evidentes. Tras un misterioso acuerdo secreto con la FIA, consecuencia de una secreta investigación al Ferrari de 2019, los monoplazas rojos han perdido potencia. Ya la perdieron en las últimas carreras de la temporada pasada y con la revolución aerodinámica que intentaron implementar este año ha sido más evidente.

Los problemas de la factoría de Maranello no sólo son visibles en sus monoplazas sino también en los equipos en los que es proveedor de motores: Haas y Alfa Romeo. El motor Ferrari ha dejado de ser el más rápido a convertirse en el más lento y eso supone un lastre difícil de superar en estos momentos.

El coche de Vettel en el box de Ferrari Instagram (vettelofficial)

El reto para la escudería italiana es cómo superar esta crisis. Parece casi seguro que el equipo da por perdida esta temporada puesto que lo apretado del calendario hace imposible una reacción técnica que permita una remontada en la pista.

Pero, ¿y 2021?. Ferrari pondrá seguro toda la carne en el asador de cara a la próxima temporada para darle a Charles Leclerc y Carlos Sainz un coche competitivo con el que plantarle cara a los Mercedes, la duda es si lo logrará. El motor es uno de los grandes lastres del coche y las limitaciones del reglamento no permiten cambiar demasiadas cosas, será cuestión de suerte si en Maranello dan con la clave a sus problemas con una de esas secciones liberadas.

En cuanto a la aerodinámica, Ferrari anunció en la presentación del monoplaza de esta temporada que habían apostado por un diseño que rompía con el de los años anteriores. Los ingenieros rojos tendrá que pensar si seguir por esa apuesta fallida este año o volver a la línea de trabajo previa.

Todo a 2022

Sea como fuere, el futuro de Ferrari, como el de muchos otros en la parrilla, parece ligado a 2022. El cambio de reglamento parece un buen momento para que los que mejor sepan gestionar sus recursos consigan ponerse a la cabeza.

Fernando Alonso durante una entrevista EFE

El límite presupuestario recién estrenado en la Fórmula 1 será un arma de doble filo. A un equipo como Ferrari le hará trabajar optimizando como nunca sus recursos y talentos, sin embargo, en el otro lado están equipos como Renault. La firma gala contará desde la próxima temporada con Fernando Alonso pero tiene la vista puesta en 2022 y saben que contar con el mismo presupuesto que los grandes equipos les ayudará a que la parrilla se iguale.

La reestructuración que está llevando a cabo la compañía del rombo tiene a Fernando Alonso como la punta de lanza pero nombres como Marcin Budkowski, antiguo responsable del departamento técnico de la FIA, o Pat Fry se han unido al equipo recientemente, algo que demuestra la apuesta por encauzar su rumbo en la Fórmula 1 con proyecto sólido que tiene como objetivo llegar lo más fuerte posible al banderazo de la 'nueva Fórmula 1' en 2022.

[Más información: El calendario de Fernando Alonso: Indy 500 en agosto y con Renault en septiembre]

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