Pablo Carreño tumbó contra todo pronóstico a Novak Djokovic y consiguió la medalla de bronce en el torneo de tenis de los Juegos Olímpicos. El español consiguió una gran victoria en el primer set e intentó evitar la remontada de Nole en el segundo, pero no pudo llevárselo en el tie-break. Djokovic perdió los papeles en el tercer set y la victoria se acercó a Carreño. El asturiano se lleva el bronce y da a la delegación española su segundo metal de estas características. [Narración y estadísticas: Pablo Carreño 6-4 / 6-7 / 6-3]

El tenista español no partía como uno de los favoritos para llevarse ninguna medalla. Sin embargo, el gran estado de forma que presentó en la batalla por el bronce le acompañó durante todo el cuadro previo. El asturiano lo tenía difícil, casi imposible, ante el número uno del mundo. Un Djokovic tocado que nunca se hunde y que venía desgastado por el calendario de dobles que había vivido en las horas previas. Tras perder el primer set, el serbio se llevó el segundo y apretó a Carreño hasta las seis bolas de partido en el último set.

El encuentro comenzó favorable a Nole, imparable desde el saque frente a un Carreño que tenía que frenar las envestidas serbias. El español ganó su saque y empató el partido. La igualdad no se rompía y fue en el tercer juego de Djokovic como sacador cuando Carreño asestó el primer gran golpe. Rotura de saque con un 0-40 que no desaprovechó el español, que tras un gran globo defensivo se fue con el 2-3 para consagrar su break a favor.

Carreño tomó ventaja y no la soltó haciendo valer ese golpe magistral. Djokovic lo intentó pero el español mantuvo su gran acierto desde el saque, ese que en semifinales tanta factura le pasó, y afianzó el primer set con el 6-4 definitivo. El asturiano sorprendía al mejor del mundo y ponía contra las cuerdas a un Djokovic que no terminaba de brillar en el fondo de pista.

El serbio tenía que despertar. Y lo hizo. Djokovic cumplió con lo previsto y remontó la situación en un segundo set muy peleado. Porque lejos de mantener fuerzas para un posible tercer set, Carreño buscó la sentencia constante ante una bestia tenística como Djokovic. El español aguantaba en línea de fondo. Los peloteos largos no terminaban de castigarle y Nole jugaba con su gran calidad en las dejadas para desgastar al rival. No lo conseguiría, pues Carreño tenía gasolina hasta para el tie-break e incluso para buscar una rotura de saque que pudiera poner cuesta arriba el empate a Djokovic.

Nole, sin embargo, se llevó la suerte del tie-break e igualó el partido a un set con su 7-6. La batalla por el bronce estaba al 50%, aunque las sensaciones, y vista la mejoría de Djokovic, situaba al número uno con serias opciones de consumar la remontada. A Carreño le tocaba sufrir como siempre para disfrutar como nunca. Y lo hizo.

Djokovic pierde los papeles

El español se desató en un tercer set donde Djokovic perdió los papeles. Nole no encontraba su acierto y encontraba siempre la respuesta de un Carreño que clavaba tanto los peloteos con bolas altas como la velocidad que intentó poner el serbio. Djokovic no pudo contenerse y lo pagó con la raqueta, primero lanzándola a la grada y luego rompiéndola contra uno de los postes de la red. Era la imagen de la desesperación, del desgaste y del sueño que estaba a punto de cumplir Carreño.

Tras situarse con un 0-2, Carreño tuvo todo a su favor. No fácil, pues Nole arriesgó al máximo para lograr otra heroicidad más, pero con el 0-3 el bronce estaba encaminado. Imparable y acertado, Pablo Carreño aguantó la presión y se llevó el bronce con un 6-3 final en el que Djokovic forzó hasta seis bolas de partido.

Una medalla histórica

El bronce de Carreño supone la quinta medalla para España en los Juegos Olímpicos de Tokio. Su medalla se suma a las platas de Adriana Cerezo en taekwondo y Maialen Chourraut en K1, el bronce de David Valero en mountain bike y el oro de Alberto Fernández y Fátima Gálvez en tiro olímpico.

El asturiano aguantó las jornadas más complicadas del tenis español y se mantuvo como único representante del tenis nacional en Tokio. Sin Muguruza ni Badosa, y con Davidovich eliminado ante el propio Djokovic, Carreño mantenía las opciones. Finalmente cumplió lo que pocos o ninguno esperaba. Sin Rafael Nadal en los Juegos, una medalla en el masculino se antojana una utopía, pero Carreño sacó su raqueta y puso su firma en la historia.

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