Lidia Valentín podría ser campeona olímpica en halterofilia en Río, pero también en Londres. La Federación Internacional de este deporte ha anunciado en un comunicado los positivos por dopaje de 11 halteras en los últimos Juegos de Londres.

Entre ellos se encuentran los de la medallista de plata (la rusa Natalia Zabolotnaya) y la de bronce (la bielorrusa Iryna Kulesha) en la modalidad en la que compitió Valentín, 75 kilos. A falta de confirmación, compartirían destino con la kazaja Svetlana Podobedova, entonces poseedora de la medalla de oro: la descalificación. Por lo tanto, la cuarta posición de Valentín (diploma olímpico) pasaría a ser la primera del podio.

De ser así, esta sería la primera medalla olímpica de la historia de la halterofilia española. Después de ser campeona de Europa y medallista a nivel mundial, Valentín cerraría el círculo con la presea olímpica más deseada.

Sin embargo, esta medalla a posteriori no sería demasiado celebrada por la deportista leonesa, siempre muy crítica con el dopaje. "Hay bastantes casos de doping en la halterofilia, mucho tramposo, y encima nosotros tenemos que jugar contra eso. Es un poco tabú, pero las cosas son como son. Lo que no está bonito es que tú quedes cuarta en el Mundial y que a la semana o al mes te digan que has quedado tercera. Vale, pero… ¿y mi momento? ¿Mi medalla? Me da igual que quede bonito o no hablar del doping", reconoció en una entrevista a 20 minutos.

Ella habría sido más feliz ganando su hipotético oro de forma limpia, en la pista. Tiempo tendrá de redimirse en Brasil, donde sí podría conquistar el título olímpico (y festejarlo) como a ella le gustaría.

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