La 'Operación Libero' de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía (UDEF) se ha saldado con la detención de Quique Pina, consejero delegado del Cádiz, por presunto blanqueo de capitales en los traspasos de varios jugadores. Además, según confirman fuentes de la investigación, las unidades policiales se encuentran en estos momentos registrando las oficinas del club gaditano y también en Los Cármenes, estadio del Granada, por donde también pasó como dirigente. Pero, ¿quién es Quique Pina?

Si a alguien puede calificarse como 'sospechoso habitual' ése es el actual consejero delegado del Cádiz. Y no únicamente por su labor desde que llegase al estadio Ramón de Carranza. Quique Pina ha estado bajo el escrutinio de aficionados y la mirada de los investigadores desde el principio, desde el momento en que cambió colgó las botas. 

De momento, la presunción de inocencia sólo deja hablar de su exitosa gestión deportiva: ascendió al Ciudad de Murcia de regional a Segunda y al Granada hasta Primera división. Además, ya como consejero-delegado del Cádiz, logró el ascenso a la Segunda División de un histórico del fútbol español con movimientos tan controvertidos como el fichaje de Dani Güiza, formado en el eterno rival y que provocó una ola de criticas. 

Su historia de éxito siempre ha estado en ‘duda’. No de forma oficial, pero si en el bar. Ya saben, que si el Granada se salvaba por ayudas ‘milagrosas’ en las últimas jornadas -léase primas a terceros-, que si sus traspasos con el Udinese… Sin embargo, nadie ha podido demostrar nada, salvo lo ya consabido: su éxito en todos y cada uno de los equipos en los que ha podido tomar decisiones. Eso es una certeza. Como también lo es que tras su marcha del Ciudad de Murcia y del Granada, ambos equipos acabaron con la trayectoria ascendente mantenida durante su ‘régimen’.

Quique Pina empezó jugando al fútbol, como muchos, pero no prosperó, como tantos otros. De ahí su gusto por la pelota y su posterior candidatura a manejar los hilos desde la presidencia de algunos equipos. Así lo hizo en Murcia. Allí llegó y, contra todo pronóstico, fundó un club y lo ascendió desde regional hasta Segunda división. En ocho años llevó al club desde categorías amateurs a la división de plata; de jugar en un campo cualquiera a hacerlo en La Condomina.

Pero su sueño terminó en 2006/07. O, más bien, lo dilapidó. Quique Pina decidió vender el club al empresario Carlos Marsá y deshacerse de él. ¿Y qué hizo su nuevo propietario? Llevarse la plaza del Ciudad de Murcia en Segunda a su tierra e inscribir en ella al Granada 74, equipo del que era presiente. Así, el murciano acabó con una etapa, pero pronto comenzó otra. Y, de nuevo, iba a tener éxito. 

Allí, aumentó sus lazos de unión con la familia Pozzo, dueños del Udinese, y entró junto a Juan Carlos Cordero en la gestión y dirección del Granada. Entonces, el conjunto andaluz estaba en 2ªB. Era 2009. Pues bien, Quique Pina puso los cimientos para que el equipo, en 2011, volviera a Primera división. Y lo hizo. Se metió en la máxima categoría y mantuvo al equipo durante cinco años en ella, casi siempre salvándose del descenso en las últimas jornadas.

Pero, de nuevo, decidió poner fin a su etapa en el conjunto andaluz. Dimitió como presidente de la entidad tras la venta del club y comenzó su aventura en Cádiz. Eso sí, durante ese curso, sus quejas sobre el nuevo rumbo del Granada quedaron patentes en cada una de sus declaraciones. “Más que al inversor chino, tal y como he vivido la situación, yo le echaría la culpa a las personas que dirigen el Granada, que no son chinos, sino catalanes”, reconoció el murciano al ser preguntado en El Transistor, en referencia a Pere Guardiola, Sergi Vieta y las personas que llegaron de su parte.

Pero antes de dejar el Granada, Quique Pina ya estaba metido en el Cádiz. Y, de nuevo, ha conseguido su objetivo: el equipo subió a Segunda y está camino de hacerlo a Primera -es segundo a seis puntos del líder, el Huesca, y la pasada temporada cayó en los playoffs de ascenso a la máxima categoría-.

Una historia de éxito salpicada por las dudas y ahora por la duda razonable derivada de la operación de la UDEF. Según publica El Confidencial, Quique Pina sería el líder de una red societaria que habría defraudado grandes sumas de dinero y blanqueado sus beneficios en territorios offshore y con inversiones inmobiliarias. Pina y sus colaboradores -entre los que se encontrarían su propia hermana y la familia Pozzo- habrían aprovechado los fichaes y traspasos de jugadores para introducir comisiones opacas que terminaban en sus propias cuentas y no en las de los clubes implicados. De ahí que al consejero delegado del Cádiz se le imputen delitos contra la Hacienda Pública, blanqueo de capitales y falsedad documental, entre otros.