Javier Poves (Fuenlabrada, Madrid, 1986) quiso ser futbolista profesional. De hecho, lo fue. Estuvo en la cantera del Atlético, jugó en el Navalcarnero, Las Rozas, el Rayo y llegó al debutar con el Sporting en Primera. Sin embargo, tras llegar a la élite, decidió dejarlo todo. Él no quería ser “guapo, rico y famoso” como Cristiano. Él, definitivamente, era diferente: se interesaba por la política y los libros, había renunciado al coche del club porque le bastaba con su Smart y pedía que no le ingresaran el salario por transferencia bancaria. “El fútbol profesional sólo es dinero y corrupción. Es capitalismo, y el capitalismo es muerte. No quiero estar en un sistema que se basa en que la gente gane dinero gracias a la muerte de otros en Sudamérica, África, Asia… Simplemente, mi yo interior me impide seguir con esto”, dijo al anunciar su retirada prematura. Y, dicho y hecho, colgó las botas y desapareció.



Cinco años después, Javier sigue su camino como presidente: mantiene sus ideas en lo esencial, gusta de “más recursos intelectuales” y posee una visión más global tras pasarse casi cuatro años dando vueltas por el mundo. Pero, eso sí, el fútbol –tal y como él lo concibe– le sigue haciendo tilín. De ahí que haya decidido crear un club, el Móstoles Balompié, junto al también jugador de fútbol Dani Márquez. Sin pretensión de ganar dinero a corto plazo –se han comprometido a que no lo harán hasta que asciendan a Segunda–y con la intención de dar una educación futbolística diferente: sus 250 canteranos deben aprobar e ir a inglés.



- ¿Cómo sobrevive un presidente de un club 'antisistema’ sin ganar dinero?



- Bueno, vendí una cafetería que tenía en Callao y llevo centrado en el club cinco meses, así que me lo puedo permitir. Y, por otra parte, tengo una vida más o menos tranquila: no fumo, no bebo, no salgo por la noche, no tengo novia… Ahora mismo sólo trabajo aquí. Quiero hacer el mejor club de Móstoles.



- Un club con un presidente antisistema…



- Sí, si ser antisistema significa estar en contra de cómo está el sistema, entonces, obviamente, yo quiero ser antisistema. Y, ojo, no es lo mismo que ser el típico punki que va contra todo. No, yo acepto cosas de este mundo, pero hay otras que deberían cambiar por el bien de todos.



- Entre las cosas a cambiar, la educación de los niños que están en las canteras. Y, si es posible, que no se retiren prematuramente decepcionados, como sí hizo usted.



- Yo dije adiós al fútbol tal y como me obligaron a entenderlo. Yo no era feliz. Me han preguntado muchas veces si me volvería a retirar, y la respuesta es que sí. Fue la mejor elección de mi vida. Es cierto que hubo un momento en el que me reportaba dinero. Pero el fútbol, si tus necesidades básicas están cubiertas, lo puedes jugar con tus amigos. Si el único motivo para seguir era el dinero, yo decidí apartarme.



- Y no se calló después de su retirada… ¿Se arrepiente de algo de lo que dijo?

Javier Poves posa en los campos de Iker Casillas (Móstoles). Begoña Rivas EL ESPAÑOL



- ¿Y por qué funda un club?



- Porque ahora mismo los niños son pura mercancía. Yo entiendo que el fútbol ya no es gratis, pero no creo en ese concepto de equipo en el que los chavales pagan su cuota y el club después se desentiende de ellos…



- ¿Usted también fue mercancía?



- Si es verdad que, por ejemplo, en las categorías inferiores del Atlético de Madrid, yo me sentí como un instrumento, como una basura. Sé que el fútbol es cruel, pero hay formas y formas. Es posible que vayan mejorando con el tiempo, no lo sé, pero no son clubes que se basen en su cantera para crecer.



- Intuyo entonces que no le gustan demasiado los clubes como el Madrid…



- A mí cada día me da más asco el Real Madrid. Yo le pregunto a los socios de toda la vida: ‘¿Por qué te gusta el Madrid, si no te da nada?’. Y les digo, el Sporting te deja ver los entrenamientos, van por los pueblos...

- ¿Y qué hace usted entonces si llega un niño y le dice que quiere ser como Cristiano o como Messi?

- Hay diferencias entre uno y otro. Y, aunque sí soy de juzgar, también pienso: ‘Quién soy yo para decirle a nadie lo que quiere ser’. Dicho esto, creo que cuando dices que Ronaldo es el mejor del mundo, realmente tienes absorbido el cerebro. Es un buen jugador, tiene mucha capacidad para hacer goles, pero de ahí a catalogarlo como el mejor. Igual en ambición sí, pero hay otros a años luz de él. Para mí el mejor es Messi, y no soy del Barcelona. Pero es verdad que cuando repudiaba el fútbol me gustaba ver al Barcelona porque era diferente. Y ahora estoy volviendo a ver el Atlético porque se han dado cuenta de que tienen jugadores muy buenos y no todo es defender…

DEL 15-M A PODEMOS



Javier Poves habla sin prisa en los aledaños de los campos Iker Casillas de Móstoles. No lleva traje ni corbata; luce dos pendientes y se lleva bien con todo el mundo. Saluda a los padres, les pregunta por sus hijos y no se cansa de explicar su proyecto, un club donde todos cobran –sólo pierden dinero Dani y él–, con una cantera amplia (desde los cuatro años hasta los juveniles) y un primer equipo que juega en el grupo 4º de la Primera Regional. “Mi idea es transformar el fútbol de aquí con una combinación social, artística y política de lo que es la ciudad”. Y en eso está, sin esconder sus ideas ni planteárselo.



- Cambiando de tercio… Desde Móstoles, como presidente de un club pequeño, ¿cómo ve el mundo que le rodea?



- Por una parte, todo cambia muy rápido; y por otra, las cosas siguen pareciéndose a lo de antes porque a los niños les gusta jugar al fútbol. Sí han cambiado los caracteres. Quizás ahora los chavales son más exigentes o, simplemente, han nacido en una época que yo ya no comprenderé. Vivimos en un mundo extraño en el que cada vez que abres el ojo algo ha cambiado. Aunque hay algo que no cambia, que vas a pagar siempre. El verbo pagar debería desaparecer…



- Y siempre pagan más los de abajo…

Javier Poves posa para EL ESPAÑOL en los campos Iker Casillas (Móstoles). Begoña Rivas EL ESPAÑOL



- Con esas declaraciones podría estar usted en cualquier formación de izquierdas. ¿Le gusta en lo que se ha convertido el 15-M; es decir, en Podemos?



- Lo que pasa es que el 15-M fue un instrumento. Juntaron a todos los rebeldes de Madrid, a la gente descontenta… y así sabían quienes eran. Eso es una información valiosa para el Gobierno y para los sistemas de control.



- Por otra parte, yo he votado a Podemos. Hay cosas que no me gustan, pero entiendo que vivimos en un mundo en el que la imagen cuenta mucho. Y esas escenas de notoriedad, que si un pico en el Parlamento, que si…. No creo que sean necesarias para que llegue el cambio. Lo que sí sé es que los que han estado hasta ahora, han estado robando. Y lo que sí sé es que Podemos es otra cosa. Igual se convierte en otra mierda, pero sí sé que lo que hay ahora no vale. Y lo otro es la única oportunidad fuerte que hay.



- De la política a la religión: llegó a decir que se había planteado hacerse del Islam.



- La conversión no está hecha. Se supone que tienes que decir una frase… Pero es algo que llevo interiorizado dentro de mí. Realmente me siento más musulmán que otra cosa. La gente siempre me dice: ‘Pero tu mujer va a tener que llevar pañuelo’. Y yo les digo: ‘¡No, por Dios! Yo soy español y lo único que me ha pasado es que a través del Islam he tenido la oportunidad de sentir a Dios’. Yo antes no creía en Dios ni nada de eso, pero me han pasado cosas y he sentido cosas que me han hecho cambiar mi punto de vista. La historia es que hay problemas con el entendimiento del Islam porque la gente se cree que está relacionado con el terrorismo. Pero es más un problema cultural de Occidente, de no entender qué está pasando, que un tema religioso.

Óscar Téllez, de subcampeón de la UEFA a trabajar en el aeropuerto y entrenar



Javi, además de fundador, también juega en el equipo de la Primera Regional. Y lo hace a las órdenes del que fuera jugador del Alavés y subcampéon de la UEFA, Óscar Téllez, que ha vuelto al fútbol después de un largo periodo alejado. “El último año, con Piterman, acabé saturado y lo dejé radicalmente”, confiesa a EL ESPAÑOL. Entonces, se chocó con la realidad: sus inversiones no le fueron del todo como esperaba y ahora trabaja en el aeropuerto. Pero no ha podido decir que no a la llamada de Poves. “No sé si otro fútbol es posible, pero sí las canteras. Todo el mundo enfoca las escuelas al negocio, a sacarles dinero a los padres y ponerles entrenadores de pacotilla. En este caso se les ofrece algo más”, termina. Y, sin más, le cede la palabra al presidente, que cierra la conversación con dos explicaciones y un deseo: conocer a Pablo Iglesias. 



- Todo se enfoca, finalmente, en cuidar de los niños y darles una educación diferente.



- Nosotros vamos a intentar pedir las notas y damos clases de inglés. Pero, más allá de los resultados, yo lo que les intentaré inculcar es poder de decisión porque no creo ni en el colegio ni en la Universidad y sí creo en el conocimiento. El mundo, precisamente, se orienta hacia algo que la gente no podría llegar a pensar, como la destrucción total de las Universidades… Como digo, yo les intentaré inculcar poder de decisión y capacidad de libertad. Aunque la libertad es un concepto raro. Uno puede tener libertad y ser esclavo. Hay que saber llevarla y dejarlos que sean libres. Sacarlos de ese encasillamiento de colegio, extraescolares… Yo les digo a los niños: ‘Si sois profesionales mañana, os apoyaré; pero si alguno hace lo que yo, aquí tenéis al primer amigo'.



- Ya la última. El Móstoles Balompié es un club diferente, con un presidente diferente y con un concepto diferente de educación. ¿No le da miedo que algún padre no traiga a su hijo por sus ideas?



- No me lo han venido a decir, pero igual sí. Yo sólo digo que, como dijo Jesús: ‘No temáis al cambio’. Porque el cambio, cada tres meses, está en la puerta de tu casa. Y si temes, te vas a quedar en pie y vas a sufrir.

P. D: Lo de conocer a Pablo Iglesias va en serio, ¿juntos en un partido del Móstoles? 

Javier Poves posa en los campos de Iker Casillas (Móstoles). Begoña Rivas EL ESPAÑOL

Noticias relacionadas