De lío en lío y al borde del abismo, así se mueve el Rayo últimamente. En los alrededores del estadio, eso sí, el buen ambiente de cada mañana de domingo en Vallecas, sea la división que sea –esta vez toca Segunda–, reina entre la hinchada. Lo peor empieza de puertas para adentro. Precisamente en esas puertas, aprovechando la entrada de los aficionados, la Plataforma ADRV repartía la mañana del domingo copias del panfleto titulado “Esta casa es una ruina”.

Es lo que le faltaba al Rayo Vallecano. La semana comenzó con la polémica de su presidente, Raúl Martín Presa, y el ex entrenador del Villarreal, Marcelino García Toral, enzarzados en los medios a raíz del descenso del Rayo la temporada pasada y el dejarse ir del Villarreal en un partido indirectamente vital para los vallecanos. Y fue avanzando entre fuertes discusiones internas protagonizadas por su entrenador, José Ramón Sandoval, y algunos de los jugadores más importantes, como el capitán Roberto Trashorras y el delantero venezolano Miku. Para rematar, la jornada 4 de la Segunda División (Liga 123) arrancaba con el Rayo en la última posición, con tan solo un punto.

El equipo, a pesar de todo, se sintió cómodo en esa marejada, supo llevar la tensión, y venció por la mínima al Mallorca, sumando la primera victoria de la temporada. En la grada, suspiros de alivio y una buena dosis de crítica. No es para menos. El panfleto repartido en los aledaños asusta: “El pasado 28 de agosto volvimos al infierno. El Rayo comenzaba en casa su andadura en Segunda y la vuelta al infierno comenzaba. Con lo que los aficionados que asistieron al Estadio de Vallecas no contaban era que el infierno iba a ser literal. Todo gracias a la gerencia del club. Mierda a raudales, servicios sin agua y baños del estadio sin luz eran los platos estrellas del menú ofrecido por el presidente”.

Era imposible imaginar más polémicas en el seno rayista en menos tiempo, pero efectivamente, las hay. Gelo Domínguez, presidente de la Federación de Peñas del Rayo Vallecano, comentaba para EL ESPAÑOL antes del comienzo del choque, que “en Primera División todo se va sobrellevando, todo se tapa, pero en Segunda sale a la luz”. Gelo es uno de los artífices del panfleto protesta y de su divulgación en los prolegómenos.

Sus críticas son ávidas: “Cualquier día un aficionado rayista sufrirá un accidente o se producirá alguna desgracia que conllevará que nuestro estadio sea clausurado para la celebración de espectáculos deportivos. Y eso no será una casualidad, sino la grave consecuencia del abandono que sufre el estadio y que padecemos también los socios.”

Bukaneros en guerra y Sandoval respira

Los Bukaneros, la peña más multitudinaria del Rayo Vallecano, no cesaron de cantar durante los noventa minutos. Casi siempre orientados al aspecto deportivo. Ellos, como el resto de los poco más de ocho mil espectadores, disfrutaron de lo lindo cuando la calidad de Trashorras sentenció el encuentro dejando solo ante la portería a Álex Moreno. Entonces, ya con los tres puntos más cerca, los Bukaneros dedicaron algunos instantes a acordarse de su presidente. Sonó muy fuerte el “Presa vete ya” en dos momentos de la segunda parte, y también “El que no baile es Martín Presa” o “Nosotros somos el Rayo”, una crítica general al estado de nervios del club.

Se gritó también desde la grada el título de la octavilla, “Esta casa es una ruina”. La comunicación, que conspira con una supuesta dejadez con la intención de construir en un futuro un estadio en otro terreno y vender el de la Avenida de la Albufera, termina con un lacónico: “Es nuestra casa y la queremos con unos mínimos de dignidad, limpieza y servicios”.

A Sandoval, al que entre lío y lío le iba la vida en ello, se le puedo ver al terminó el partido pidiendo la hora a gritos, con aspavientos de pista de aterrizaje. En sala de prensa, preguntado por este periódico por la estupenda respuesta del equipo ante esta última semana de locos ­–también ganaron en Copa del Rey–, fue muy claro al responder: “Han tenido la madurez para levantarlo. Uno siempre tiene conflictos, en el trabajo, con tu pareja... Han tenido la madurez de ir todos a una. Es un buen principio para conseguir algo esta temporada. El equipo que tenga menos conflictos será el que se lleve los objetivos”.

Tuvo tiempo Sandoval también de suavizar su relación con Trashorras, en el punto de mira durante toda la semana. “Todos los equipos de segunda división saben que el que lleva el peso del Rayo Vallecano es Roberto. Nuestra función es buscar a Roberto. Cuando enlazamos con él, el fútbol siempre se ve mucho más fácil”.

Al Rayo está claro que le gustan los líos. Cuantas más polémicas, mejores resultados. Carga, sin duda alguna, con la etiqueta de favorito al ascenso a Primera División. Uno de los que opina eso mismo es Fernando Vázquez, el entrenador del Mallorca, que cayó en Vallecas, y que de la categoría sabe un rato. “Los favoritos para el ascenso, por razones presupuestarias, son los descendidos del año pasado. Rayo, Levante, Getafe. Lo que pasa es que históricamente muy pocas veces los equipos que descienden vuelven a ascender, y esa es la esperanza del resto”.

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