El Barcelona, obviamente, es otro. Quizás no gana como antaño ni deslumbra como en sus mejores días. De hecho, no lo hace. Sin embargo, nadie puede dudar de la solvencia del equipo de Valverde ni de sus resultados. Es imposible que alguien se atreva. Sigue mandando en la Liga tras su victoria contra el Athletic y es líder de su grupo de Champions. No titubea. No tiembla. No muestra fracturas. Y, sobre todo, ahí está Messi. Él, siempre él, omnipresente, magnánimo y resolutivo. El astro argentino aparece, marca y se va con los tres puntos [narración y estadísticas: 0-2].



Da igual la plaza o la exigencia del partido, Messi aparece para acunar las victorias, para ayudar a la transición hacia ellas o para su consecución. Siempre. Esta vez, en la primera mitad, apareciendo para adelantar a los suyos. Jordi Alba le puso la pelota desde la banda izquierda y el astro argentino, en carrera, desde atrás, le pegó para mandarla entre las mallas, para poner el partido del lado azulgrana y serenar cada paso hacia la victoria.



Con cambios en el once o sin ellos, el argentino se erige en faro de un equipo que ha encontrado el equilibrio con Valverde. Desde que llegara el nuevo técnico al Barcelona, todos cuentan. Deulofeu, teórico suplente, encuentra el hueco determinados días, Semedo y Sergi Roberto se van complementando… y suma y sigue. Ante el Athletic, con dos novedades en el once: André Gomes, que poco a poco va ganándose un puesto y la confianza del barcelonismo, y Paulinho, que después de ser criticado está cumpliendo sobremanera.



Precisamente, el brasileño fue el autor del tercer gol del partido. Messi comandó hasta la frontal, se la puso a Suárez, éste disparó y el rechace lo aprovechó Paulinho para marcar otro gol. Y ya van unos cuantos decisivos. Todos para que su equipo siga comandando en la Liga. Quizás, algunos días, sin jugar de la mejor manera, sin ser tan brillantes como antes o sin divertir tanto. Da igual. El Barcelona gana, lidera y sonríe. Con Valverde como el eje de todo, pero con Messi como presidente de la República Independiente de su equipo. Con él sí que todo es posible.

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