Cuando el Real Madrid ganó la Décima, el club presentó a bombo y platillo el nuevo himno que sigue sonando cada partido en el Bernabéu. "Hala Madrid y nada más" se escucha siempre. Pasados ya tres años, quizá el Madrid se debe plantear hacer un cambio sustancial en ese estribillo. "Sergio Ramos y nada más" sería una letra más moderna. [Narración y estadísticas: Real Madrid 2-1 Betis]

Sí, Sergio Ramos volvió a marcar de cabeza, volvió a ser asistencia de Kroos de córner y volvió a ser decisivo. En el minuto 81 puso el 2-1 trascendental que da tres puntos valiosísimos para un Madrid ya líder de la Liga y con un partido menos. Es increíble. Se repite semana tras semana, partido tras partido. Todas las defensas pican, todas no pueden con el ímpetu de Sergio Ramos. Es el jugador más determinante del Madrid y puede que no exageremos si decimos que también de toda la historia.

Ramos fue la gran figura de la victoria del Madrid ante el Betis. La otra fue Keylor Navas, para mal y para bien. El meta costarricense se salvó en el último minuto con un paradón, pero antes había creado el pánico en el Bernabéu. En el 25' paró un disparo de Sanabria y, de repente y sin explicación lógica, el balón se le escurrió y se metió en la portería. Fue gol de Keylor, no de Sanabria. Fue un autogol doloroso para el portero, que tuvo que aguantar todo un partido lleno de pitidos del Bernabéu que no le perdonó nada.

No se quedaría ahí Navas, ya que en una jugada muy polémica, arrolló fuera del área a Brasanac. Podía haber sido tarjeta roja, así la pidió el Betis, pero Mateu Lahoz dejó seguir. El reglamento no lo especifica bien en jugadas que no son penaltis. En las penas máximas desapareció la tarjeta roja en aquellas ocasiones tradicionalmente consideradas como manifiestas de gol salvo en los casos de empujón, agarrón o intención de no jugar el balón. Keylor Navas ni empujó ni agarró y si intentó jugar el balón, pero arrolló a Brasanac. 

Eso anuló psicólogicamente al Betis y acabó dejando que el Madrid jugara a lo de siempre, a lo que más le gusta, que es a nada en cuanto a estilo se refiere, pero con arreones y jugadas por banda donde es muy peligroso. Así llegó el gol del empate de Cristiano Ronaldo, con un fácil cabezazo en el punto de penalti tras pase milimetrado de Marcelo.

Si el Betis se queja de esa acción de Keylor Navas, el Madrid también tiene lo suyo. Al fin y al cabo la queja arbitral, y más después de la semana tan movida que se acaba, es parte del fútbol. Los blancos piden un penalti a Morata por agarrón en los primeros minutos y otro, también al delantero, por arrollamiento de Adán. También un gol anulado a Cristiano cuando el partido iba 1-1. Le pitaron fuera de juego pero era legal, tal y como se vio en la televisión. Polémica para todos lados.

Con el 1-1, el Madrid apenas tenía idea de juego. Zidane se mareó con los cambios, quitó a Isco cuando era el mejor, dejó a Modric cuando estaba agotado o sacó a Morata por Benzema (el francés esta vez sí aportó más con un juego combinativo aunque no marcara). Con todo eso, y ya con un Betis con 10 jugadores por doble amarilla de Piccini (ni protestó el defensor bético), Ramos cabeceó libre de marca. Lo demás ya lo saben. El camero otra vez salvador .

En el último minuto la parada de Keylor mitigó el incendio que se podía montar en la portería. La acción fue de mucho mérito, por lo que había aguantado todo el encuentro y por el minuto en el que estaba. Pero quien dio la victoria al Madrid fue otra vez Ramos. Y el liderato. Los blancos ya son primeros, con un partido menos, dos por encima del Barcelona. Su juego no da muchas alegrías, pero el fútbol es de goles. Y en eso el Madrid está por encima.

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