Decir que, después de un 3-0, al Barcelona le regalaron la victoria ante el Athletic Club de Bilbao puede llevar a engaños. Es indudable que el resultado es tan amplío que no admite dudas, que la victoria es contundente. Pero es así viendo el resultado, estudiando la teoría. Pero viendo el partido, aplicando la práctica, al Barça le pusieron todo a favor para llevarse tres puntos importantes. [Narración y estadísticas: Barcelona 3-0 Athletic]

El Athletic hizo más méritos para perder el partido que los que hizo el Barcelona para ganar. Los vascos dieron un recital de juego en unos 30 minutos, los primeros, gloriosos, totales, en los que hizo de todo pero se quedó sin gol. Fue un baño mayúsculo que dejó al Camp Nou acongojado. El partido era un ataque tras otro del equipo de Valverde. Hicieron todo lo que se puede hacer: un balón al palo, previa parada de Ter Stegen, en el minuto 2, un cabezazo fuera de Williams (estaba solo dentro del área), una jugada en la que Raúl García se internaba en el área pero Piqué le agarró fuera, otra del navarro que paró Ter Stegen... Además de las ocasiones, el juego era casi íntegro en campo culé y especialmente en su área. Fue un baño claro, a la altura de la que también sufrió el pasado domingo el Barça en el Benito Villamarín.

Pero como hace seis días, los azulgrana también sobrevivieron y esta vez de forma triunfante. Lo hicieron por la suerte (lo que en el Madrid se llama flor) ante tanto fallo del Athletic y por el pésimo partido de Gorka Iraizoz. El portero regaló la victoria al Barcelona demostrando que la diferencia de nivel entre porteros sí cuenta en el fútbol. Así como Ter Stegen paró todo lo que le llegó, al meta del Athletic le metieron dos goles en dos tiros. Y ambos fueron fallos suyos. El primero, en el milagro de Alcácer, que por primera vez metió en Liga. El segundo, en una falta escorada lanzada por Messi. Ahí sí se la 'tragó' bien Gorka, que venía también de fallar en la eliminatoria de Copa de hace menos de un mes. 

Los fallos, además de claros, llegaron en momentos decisivos, por eso los méritos negativos del Ahtletic. Iraizoz cambió el encuentro. Pasó de ser un dominio total del Athletic, arrinconando al Barça en su área y obligándole a muchos fallos a la hora de sacar el balón jugado a un 2-0 cómodo sin apenas hacer nada. Y, si el Athletic hubiera estado acertado, así como su portero, el resultado en esa primera parte bien pudo ser de 0-2. Entre medias, una expulsión perdonada a Piqué, que con una amarilla cometió una falta sobre Laporte, con los píes por delante, sin sanción por parte del colegiado.

Ya en la segunda parte, el Athletic aceptó la derrota, se vino abajo y dejó jugar al Barcelona, que se gustó. Volvió a marcar Aleix Vidal, en una muy buena jugada individual, y hasta Luis Enrique pudo cambiar a Messi, que tuvo 25 minutos de descanso que, sabiendo lo que le viene al Barcelona los próximos días, le vendrá de lujo. Al técnico asturiano le salió bien la jugada, porque también dio descanso a Luis Suárez, que ni jugó, por lo que llegará fresco a la semifinal del martes ante el Atlético.

Y al margen del fútbol, la gran noticia en el Camp Nou fue la vuelta de Yeray Álvarez. 39 días después de ser intervenido de un tumor en un testículo, apareció como titular el Día Mundial Contra el Cáncer. Una buena noticia para un Athletic que pecó de flojo en el Camp Nou y que puso en bandeja que el Barcelona, con dos partidos más, se quede a un solo punto del Madrid.

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