El ser humano, a menudo, tiende a entrar en pánico ante determinadas situaciones. Por ejemplo, cuando uno ve que no tiene nada en la nevera y el 'chino' acaba de cerrar. O, ya puestos, cuando uno hace macarrones y, una vez cocinados, se da cuenta de que no tiene queso rallado. Son cosas que pasan. Pero, dejando a un lado lo ‘relevante’, lo cierto es que el aficionado -con independencia del club- también tiende a entrar en una cierta catarsis ante determinadas circunstancias. Algunas, como la que ocupa al Real Madrid ahora -la lesión de Bale-, realmente importantes. De hecho, es lo único que atenta con acabar con una temporada perfecta. O quizás no tanto. Puede que su baja, simplemente, sea una más. Y que no pase nada. Que sea como esa pasta que al final acaba comiéndose sin queso y sigue estando igual de deliciosa, o como esa excursión al 24 horas para comprar algo que echarse a la boca. Es decir, una inquietud o aventura que se supera, a veces, incluso, con éxito.



Nada indica, por otra parte, que el Real Madrid vaya a tener problemas a pesar de quedarse sin Bale hasta después de Navidades. Ya lo hizo, al fin y al cabo, la pasada campaña y en reiteradas ocasiones desde que fichara por el club blanco. Pero, repetimos, esto es lo único que puede hacer titubear la buena marcha del Madrid. A no ser que, como ha demostrado Zidane esta temporada, pueda sacar de nuevo rendimiento a una plantilla plagada de bajas. Porque sí, a estas alturas, ya han estado en fuera de juego hasta 10 titulares de la final de Milán. El único que se ha librado de la plaga ha sido Carvajal, intacto desde que comenzara el curso y, casualmente, lesionado en aquel choque contra el Atlético con la Copa de Europa en juego.



Esto no quiere decir que el Madrid no lo eche de menos de aquí a Navidades. De hecho, seguramente, lo hará. Porque lo cierto es que la influencia de Bale este curso se resume con tres datos: 16 partidos jugados, siete goles y cuatro asistencias. Es decir, el galés ha sido pieza importante y responsable de la buena marcha del conjunto blanco hasta el momento. Pero, a pesar de todo lo anterior, nadie debe entrar en pánico. O, al menos, eso ha demostrado Zidane con una correcta gestión del equipo durante estos meses y unos resultados acordes a la idiosincrasia del club.

Bale cae lesionado. Reuters



Las situaciones, al fin y al cabo, se han ido repitiendo según caían jugadores, aunque no todas las bajas sean igual de preocupantes. Pero, a día de hoy, el Madrid sigue invicto en Liga (a cuatro puntos del Barça, seis del Sevilla y nueve del Atlético), se jugará la primera plaza de la Champions League contra el Borussia Dortmund en la última jornada y tiene encarrilada su eliminatoria contra la Cultural Leonesa. Es decir, cayó Ronaldo. Y Modric. Y Ramos. Y Pepe. Y Benzema. Y muchos otros. Y, por momentos, se entró en pánico. Sin embargo, el conjunto blanco sigue en pie y, además, cumpliendo los objetivos fijados a principio de temporada. ¿Será diferente ahora? Ya veremos. 



Así lo ven tanto el cuerpo técnico como el propio jugador. De hecho, Bale podría haber optado por un tratamiento conservador, con los peligros que eso conllevaría, pero no ha querido. Finalmente, ha decidido operarse. Y así será. El galés será intervenido de una luxación en los tendones peroneos del tobillo derecho que será llevada a cabo en el hospital King Edward VII de Londres por James Clader, un especialista en la materia. Y, aunque el tiempo de baja todavía no está estipulado, todo indica a que el galés no volverá, al menos, hasta después de Navidades.



SIN KROOS, SIN MORATA Y SIN BALE PARA EL CLÁSICO



Esta baja obliga a Zidane a buscar alternativas para sustituir a la BBC. Sin Bale, sin Kroos y sin Morata, el francés tendrá que apostar por los jugadores que le quedan sanos. De esta manera, se presupone la titularidad arriba de Lucas Vázquez en el Clásico contra el Barcelona (3 de diciembre, 16:15 horas) y se confirma, salvo inconveniente de última hora, la vuelta de Casemiro. Pero lo que no está claro es que el brasileño vaya a ser titular después del buen rendimiento de la pareja Kovacic-Modric contra el Atlético de Madrid y la buena forma de Isco durante los últimos encuentros. Y, obviamente, con James siempre en la recámara.



Así, el Madrid podría irse de vacaciones en Navidades -a pesar de las bajas y todos los problemas surgidos en este principio de temporada- con la Liga encarrilada -siempre que gane en el Camp Nou-, el Mundialito de Clubes en el bolsillo -juega su primer partido el 15 de diciembre- y la primera plaza de su grupo de Champions en el bote. Siempre que quiera, pues, a día de hoy, parece más asequible ser segundo. Pero, ¿se dejará el Madrid perder en su estadio? Esa es la mayor incógnita de aquí a enero. El resto vendrá marcado por los jugadores que haya disponibles. ¿Y los resultados? Pues ya se verá. Pero todo indica, incluso perdiendo el Clásico, que el Real Madrid terminará el año con una copa más en sus vitrinas y como líder de la Liga. Lo dicho, falta Bale, pero que no cunda el pánico. ¿O sí?

Cristiano Ronaldo celebra un gol en el Calderón. Reuters

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