Croacia empató, como España, ante Rusia. Croacia terminó el partido 1-1, como España, ante Rusia. Croacia se fue a la prórroga como España. Croacia marcó en la prórroga a Rusia, todo lo diferente a España, pero la anfitriona le devolvió la jugada. Y Croacia, que aguanta todo, hizo lo que no consiguió España: ganar la tanda de penaltis a Rusia. Los croatas, a semifinales del Mundial. [Narración y estadísticas: Rusia 2-2 Croacia (3-4 en penaltis)]

La generación de Modric iguala, por ahora, a la de Suker y los croatas están en la penúltima ronda del torneo más importante. Se 'cargó' a la anfitriona, que se va con mucho orgullo y con honores. Solo los penaltis diferenciaron a dos selecciones que ya se clasificaron a cuartos por penaltis. Un partido apretado, con más intenciones de los balcánicos, que se decidió por un penalti transformado por Rakitic.

Croacia, que ahora se enfrentará a Inglaterra en semifinales (miércoles 11, 20:00 horas), deja fuera a una Rusia que fue mucho más de lo que se nos presentó. La anfitriona no era tan cenicienta como se esperaba y que lo que ha logrado, de muchísimo mérito, se debe únicamente a su trabajo: ni arbitrajes a favor ni rivales menores. Tuvo contra las cuerdas a Croacia, que partía por encima, y a la que los penaltis la están dando lo que en los últimos años fue perdiendo.

Luka Modric, elevado por su compañero Lovren. REUTERS

El partido de cuartos, el último, tuvo más ritmo que el de España ante Rusia (no era difícil), pero la anfitriona supo formar un bloque al que es muy difícil derribarle. Croacia tuvo sus ocasiones, algunas muy claras, pero los rusos siempre estuvieron en pie. Y dieron que algún otro susto. No fue ni mucho menos ese equipo encerrado 100% que vimos ante España, principalmente porque ese estilo era el que más le beneficiaba ante la inoperancia de España. Al final, un 2-2 decidido en penaltis.

Cuando Vida marcó el gol en la primera parte de la prórroga, parecía que todo había quedado finiquitado, pero los rusos, que no dan nunca una guerra por perdida, lograron empatar con un cabezazo de Mário Fernandes, un brasileño nacionalizado, en la segunda mitad. Un milagro fruto de la furia de un país, empujados todos por Stanislav Cherchésov, el seleccionador milagro de Rusia (y amigo de Putin), que comenzó a animar a la grada.

A la prórroga se llevó porque la igualdad fue real antes. Cheryshev, figura de este Mundial, adelantó a Rusia con un golazo desde la frontal del área, pero minutos después, Kramaric empató el duelo. Entonces comenzó un tanteo en el que Croacia atacaba con calma y la anfitriona se defendía sin sufrir en exceso.

Los rusos, cabizbajos tras la eliminación del Mundial. REUTERS

Croacia, en cambio, tuvo cabeza, representada en Modric, un futbolista que piensa más rápido que el resto, y manos, porque un Subasic cojo (se lesionó en el minuto anteriroa  la prórroga) hizo varias paradas de mucho mérito. A Rusia le quedó el orgullo y la furia, eso que tantas veces en el fútbol da resultados. 

Ganó Croacia como pudo ganar Rusia. Un penalti les separó. Lo falló Mário Fernandes, que había sido el héroe antes, y ahí estuvo la diferencia. Los balcánicos, en semifinales del Mundial 20 años después, se enfrentarán a Inglaterra, que regresa a esa ronda desde 1990. 

La piña de los jugadores de Croacia, semifinalistas del Mundial. REUTERS