“¿Quién es Luis Alberto?”, se habrá preguntado usted este viernes. Pues bien, no se culpe por ello. No pasa nada. Otros muchos habrán hecho lo propio. Lopetegui ha decidido convocarlo para los dos partidos amistosos que la selección española disputa entre el 11 y el 14 de noviembre contra Costa Rica y Rusia. El seleccionador ha decidido darle la oportunidad a un jugador que deslumbra en Italia, pero que es un total desconocido para gran parte de la afición española. Un mediapunta de 24 años con talento, maneras y futuro; un diamante que, tras ganarse la titularidad en la Lazio, tendrá la oportunidad de postularse como candidato a acudir al Mundial de Rusia este verano.



El premio le sorprende a Luis Alberto cuando se encuentra en el mejor momento de su carrera. A la Lazio llegó hace dos temporadas por cinco millones de euros procedente del Deportivo, pero su fútbol no se ha hecho imprescindible hasta ahora. Sus primeros días en Italia no fueron buenos. Lo pasó muy mal. De hecho, ni jugaba ni tenía opciones de hacerlo. Sin embargo, en ese momento de su vida, contrató a Juan Carlos Álvarez Campillo, coach espiritual de Carolina Marín y Loptegui, y desde entonces todo le empezó a salir bien. “Me hizo creer que servía, que podía dar mucho más de sí. Me dio fuerzas para salir adelante. Era todo mental, estaba bloqueado”, reconoció en una entrevista con el diario MARCA.



Trabajó con el experto en liderazgo y se mentalizó de que podía hacer todo lo que quisiera. Total, que se puso manos a la obra y acabó el curso jugando. Al final, acumuló 10 partidos, un gol y dos asistencias. Pero lo mejor estaba por llegar y este curso ha dado un salto tanto cualitativo como mental. Ha disputado 16 encuentros, cuenta con tres dianas y siete asistencias. Es titular absoluto en su equipo y se encuentra en plenitud a sus 24 años. Y, por si fuera poco, ha recibido la llamada de Lopetegui. A estas alturas, no puede pedir más. 

Luis Alberto, durante un partido con la Lazio. Reuters



Antes, sin embargo, de pegar el ‘estirón’, Luis Alberto dio varias vueltas. Salió de Jerez de la Frontera (Cádiz, 1992) para formarse futbolísticamente en la cantera del Sevilla. Y allí lo aprendió todo, pero la falta de oportunidades le hicieron buscar hueco en otra parte. Estuvo en el Barcelona B, se marchó al Liverpool y fichó por el Málaga, con el que disputó 20 partidos, hizo dos goles y dio dos asistencias, y se marchó al Deportivo.



Y en La Coruña fue feliz. Acabó su temporada con 31 partidos, seis goles y ocho asistencias. Disfrutó del fútbol, aprendió y se hizo mayor. El ‘pisha’ empezó a labrarse un futuro, pero entonces volvió a cambiar de aires. Llegó el verano y el Deportivo lo vendió por cinco millones de euros, y entonces supo lo que era sufrir una crisis personal.

En Italia le costó adaptarse al fútbol, a la vida y a las exigencias del club. Tocó fondo y decidió recurrir al coaching. Empezó a mentalizarse y fue creciendo poco a poco. Primero en los entrenamientos y después en los partidos. Y este curso se ha convertido en un ídolo. La Lazio marcha cuarta, con los mismos puntos que la Juventus y a tres del liderato que ostenta el Nápoles. En esas condiciones, Lopetegui ha decidido optar por llamarlo. Y él ha cumplido un objetivo. El próximo: tener continuidad en la 'Roja'. 



Ahora, el mediapunta gaditano podrá cumplir uno de sus sueños. ¿Y en qué se beneficia la selección? España gana un centrocampista que llega bien desde atrás, que toca la pelota como los jugones que hicieron a la 'Roja' campeona del mundo, que se descuelga a la banda, que tira desmarques y, sobre todo, que aparece en la frontal para filtrar pases a los delanteros. Con esas condiciones, la mentalidad aprendida y la ayuda de Lopetegui, la selección se puede beneficiar de un jugador que lo tiene todo por hacer. A sus 24 años, se ha convertido en referencia en Italia. Eso sí, con un objetivo claro: convertirse en imprescindible también aquí.

Luis Alberto pelea un balón durante la Europa League. EFE

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