Si uno revisa los últimos años de convocatorias suecas y los análisis de los nórdicos para los grandes torneos, el titular no varía (Ibrahimovic liderando) y los malos resultados tampoco. La lógica nos hace pensar que en un grupo con Italia, Bélgica e Irlanda tampoco va a ser éste su torneo, pero tienen a Zlatan en el mejor momento goleador de su carrera y los amistosos previos nos han demostrado que está al 100%. Para ello, Suecia contará con muchos escuderos del ‘10’ que se adaptarán a sus necesidades para aspirar a ser la gran sorpresa del torneo.

Cómo se organizan en torno a Zlatan

El esquema 4-4-2 ha sido una constante en la selección sueca durante los últimos años. Una estructura en la que Ibrahimovic parte de la punta, pero nunca se le encuentra ahí. Zlatan baja a la frontal, sino más retrasado aún, para agarrar el esférico y organizar por dónde atacar y a qué velocidad hacerlo. El resto de la plantilla son satélites que giran y se mueven en torno a él.

Dentro del área está Berg, un delantero referencia para fijar a los centrales y que no salgan a por Zlatan; a la izquierda está su mejor socio, Forsberg (Leipzig), que se mueve por dentro y pisa área aprovechando los espacios entre Berg y la estrella. Desde los laterales se reparten las tareas. Olsson (Norwich), en la izquierda y muy profundo, se adueña de la banda y siempre ofrece un desmarque al espacio a Zlatan. Lustig (Celtic), en el lateral derecho, da más seguridad y control con el balón sin ser tan profundo.

Un sistema que cuenta con Lewicki y Källstrom en la medular, jugadores habilidosos en el pase, para encontrar a Zlatan por delante de ellos. Dependiendo del partido, la adaptación de la Suecia de Ibrahimovic se ve en la banda derecha. Si el rival va a tener el balón, el titular será Durmaz (Olympiacos), un jugador de velocidad y trabajo que juega pegado a la cal. Si es Suecia quien quiere la posesión, veremos a Larsson (Sunderland), quien no aporta mucha profundidad, pero sabe mover el balón, da más apoyos para combinar y es peligroso colgando balones al área.

Los problemas de Suecia

El centro del campo formado por Lewicki (Malmoe) y Kim Källstrom (Grasshoppers) es una dupla de mucho contacto con el balón y cierta habilidad para encontrar el pase preciso a Ibrahimovic. El problema es que ambos centrocampistas son muy flojos en lo físico. Débiles en el choque, lentos para recuperar espacios a sus espaldas e ineficaces en el juego aéreo, lo que les hace muy endebles contra equipos que presionen muy arriba. Por eso no es extraño ver al propio Ibrahimovic bajando a la línea de medios a apoyar e iniciar ataques.

Suecia tiene un problema en esa parcela que tiene difícil solución en un grupo con Italia, Bélgica e Irlanda. Tres selecciones con centros del campo mucho más resistentes sin balón y buenos en el robo. Ibrahimovic es un talento único y diferencial, pero si nadie le hace llegar la pelota a él, a Suecia sólo le quedará enviar balones en largo y que Berg consiga entregar algún balón al ‘10’. Suplentes como Ekdal (Hamburgo) o Wernbloom (CSKA Moscú) podrían aportar más fuerza a la medular.

El otro gran problema de Suecia es un factor colectivo: la débil mentalidad. Suecia ha dejado buenas actuaciones en la fase de clasificación, pero mucha inconsistencia. Cada vez que el equipo encajó un gol, se bajaron los brazos. De hecho, en la eliminatoria de repesca contra Dinamarca, Suecia casi desperdicia un 2-0 en el partido de ida (acabó 2-1 con varios remates daneses al larguero) y en la vuelta sólo Ibrahimovic y sus dos goles dieron la sensación de poder aguantar la presión. Una actitud que en la Eurocopa no tiene cabida.

Allá donde no llega Ibrahimovic

Por muy bueno que sea Zlatan, hay zonas donde no puede ayudar tan directamente. Atrás, Suecia tiene mimbres. En las bandas, Olsson -en la izquierda- juega un papel muy importante en ataque, pero no desentona en su campo y Lustig –en la derecha- no es el más brillante, pero es muy difícil verle errar.

La pareja de centrales deja más dudas. Granqvist (Krasnodar) por arriba es dominador, pero le cuesta caer a bandas para cubrir y medir contra delanteros habilidosos. Su compañero es una de las pocas cuestiones por resolver en el once sueco. Lindelöf ha sorprendido con el Benfica en Champions, sobre todo con marcajes pegajosos a buenos delanteros. Sería la opción más lógica.

Aunque es Johansson (Copenhague) quien parte con más ventaja para el puesto. Algo difícil de entender, ya que tampoco mejora la pobre salida de balón. Todo ello con el veterano Isaksson (Kasimpasa) en portería, al que la experiencia le ha dado una muy buena colocación y bastante seguridad por arriba, pero que sufre en los mano a mano y va escaseando de reflejos. Ibrahimovic no está solo, pero Suecia necesitará su mejor versión para creerse capaz de desafiar a la lógica. Italia y Bélgica se antojan demasiado para este combinado.

Los jugadores suecos durante un entrenamiento. Stephane Mahe Reuters

La convocatoria de Suecia

Porteros: Andreas Isaksson (Kasimpasa), Robin Olsen (Copenhague) y Pontus Carlgren (AIK).

Defensas: Ludwig Augustinsson (Copenhague), Mikael Lustig (Celtic), Andreas Granqvist (Krasnodar), Erik Johansson (Copenhague), Victor Nilsson Lindelöf (Benfica), Martin Olsson (Norwich) y Pontus Jansson (Torino).

Medios: Jimmy Durmaz (Olympiakos), Albin Ekdal (Hamburgo), Emil Forsberg (Leipzig), Oscar Hiljemark (Palermo), Kim Källström (Grasshoppers), Sebastian Larsson (Sunderland), Pontus Wernbloom (CSKA Moscú), Erkan Zengin (Trabzonspor) y Oscar Lewicki (Malmoe).

Delanteros: Marcus Berg (Panathinaikos), John Guidetti (Celta de Vigo), Zlatan Ibrahimovic (PSG) y Emir Kujovic (Norrköping).

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