Madrid

Hace un año, en la misma situación que la de este martes, tras salir del partido de vuelta de semifinales de la Champions League, Karim Benzema acaparaba, con justicia, los titulares del pase a la final del Real Madrid. Una jugada mágica, para la historia de la competición, en la banda del Vicente Calderón había dado a los blancos el pase a la final de Cardiff, la segunda consecutiva.

Como si se reservara para las grandes ocasiones, Karim Benzema apenas apareció desde ese día, 12 de mayo de 2017, hasta este martes, 1 de mayo de 2018. Un año difícil, con pitos, con muchísimos rumores de adiós y con pocos goles. Pero llegó, otra vez, el partido de vuelta de semifinales de Champions... y se lució en uno de los encuentros en los que más decisivo ha sido el '9' blanco.

Dos goles, todos los del Madrid este martes, en una actuación que bien le podrá valer para continuar en el club blanco. Así es el fútbol, para bien y para mal. Una gran actuación en esta ronda, con goles ultradecisivos, tapa toda la temporada. Porque los tantos fueron relevantes. Mandaron al Madrid a Kiev en la tercera final de Champions League.

Un cabezazo en el minuto 11, ocho después de que el Bayern se adelantara, y una pillería en el primer minuto de la segunda mitad, aprovechando el error del portero Ulreich, reconcilian al francés con el Bernabéu, que le aplaudió como hacía años que no se veía. No era para menos, ya que su actuación, además de sorprenderte, fue vital.

Benzema, con el Bernabéu de fondo, celebrando el primer gol. REUTERS

Se podrá decir, con razón, que los goles no es que fueran brillantes, pero eso sería minimizar al máximo, y de forma injusta, una actuación que va más allá de los goles: peleó, acertó pases, creó juego, todo lo que hizo mal en los últimos meses y bien en los últimos años. Pero, además, los tantos no son poca cosa. Un cabezazo en el segundo palo que hay que saber rematar y una posición en la que hay que estar. Si falla el portero y no hay delantero para aprovechar el error, el fallo no es fallo. Marcó a 'lo Raúl'.

Benzema resurgió el día de los elegidos, un partido en el que hubiera sido suplente en condiciones normales, pero la lesión de Carvajal y Nacho obligó a Zidane a retrasar a Lucas Vázquez (y que bien cumplió el gallego). Ese movimiento abría un hueco en el once. Era para Karim, suplente en el partido de ida y en los últimos de esta temporada.

El francés, quinto máximo goleador de la historia de la Champions, es jugador de grandes noches. Y el fútbol está hecho para esos encuentros. Se podrá argumentar que este año ha estado mal (muy mal), pero dos goles al Bayern de Múnich cambian todo. Es la magia del fútbol. Y a Benzema, todavía, le quede ese aura europeo.

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