A. M.
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Fernando Sanz forjó su carrera dentro de las filas del Real Madrid. Allí pasó 16 años ininterrumpidos como futbolista profesional. Después de su retiro deportivo, ha mantenido una presencia constante en los medios de comunicación, participando regularmente en programas deportivos de televisión como El Chiringuito.

A los 46 años, Fernando Sanz continúa siendo una voz influyente en el análisis del fútbol español. Alternó además su trabajo mediático con su papel como presidente del Málaga Club de Fútbol, donde también dejó huella tras los años de dificultades financieras que azotaron el club.

En una intervención en el podcast 'Los Fulanos', Fernando Sanz reveló una realidad que marcó profundamente su carrera como futbolista: la desproporción entre su dedicación y su compensación económica. Según explicó, a pesar de su esfuerzo constante, su lucha diaria y su trabajo incesante, "siempre cobraba como el que menos".

Estas palabras no son un simple lamento nostálgico. Sanz contextualizó sus declaraciones explicando que había sufrido una "persecución sistemática" por parte de la prensa y la afición del Real Madrid, algo que jamás pudo explicarse completamente.

Sin embargo, su respuesta no fue protestar por sus salarios: "No tenía la fuerza para reclamar porque cobraba como el que menos", reconoce. La razón, según su propio relato, era su devoción casi religiosa por el club: "Hubiera jugado hasta gratis en el Real Madrid".

Esta declaración toca un aspecto fundamental del fútbol profesional que sigue siendo relevante hoy: la brecha entre el esfuerzo invertido y la remuneración recibida. A diferencia de otros compañeros de su época que gozaban de mejor trato contractual, Sanz se conformó con estar entre los salarios más bajos del plantel.

Un debate permanente

La sinceridad de Sanz sobre sus salarios arroja luz sobre un fenómeno que ha evolucionado radicalmente en las últimas décadas.

En la era moderna del fútbol, donde los salarios de los jugadores de élite han alcanzado cifras astronómicas, la experiencia de Sanz representa una generación donde los futbolistas disponían de menos poder de negociación y donde el factor pasional -el amor por el club- permitía que las entidades mantuvieran masas salariales más bajas.

Durante su intervención, Sanz profundizó en cómo el dinero ha transformado las relaciones entre jugadores y entidades. Su situación contrasta dramáticamente con la realidad actual, donde incluso futbolistas de rendimiento medio reclaman y consiguen contratos multimillonarios.

La experiencia de Sanz subraya cómo el mercado de fichajes y los salarios han metamorfoseado el fútbol profesional, convirtiéndolo en un negocio donde el dinero dicta cada decisión estratégica y personal.

Su carrera deportiva

A pesar de cobrar menos que sus compañeros, Fernando Sanz logró conquistar prácticamente todos los títulos posibles en su etapa como futbolista: una Liga, una Champions (la famosa séptima Copa de Europa que su padre también presidió), una Intercontinental y una Supercopa de España.

Sus 16 años en el Bernabéu lo consolidaron como un referente de profesionalismo y entrega, demostrando que su valor como futbolista trascendía los números en su contrato.

Posteriormente, su incursión en los medios de comunicación le permitió reinventarse profesionalmente, consolidándose como analista deportivo respetado en El Chiringuito, donde ha participado durante años ofreciendo un análisis perspicaz del fútbol nacional e internacional.

Como presidente del Málaga, ha trabajado incansablemente en la recuperación de un club histórico que enfrentaba deudas millonarias, demostrando que su pasión por el fútbol trascendió siempre el aspecto económico, tal como lo demostró durante su carrera como jugador.