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El fútbol va de ganar. Es así de simple. Las formas importan, especialmente en la crítica situación del Real Madrid, pero los resultados acaban siendo determinantes. Los blancos perdieron ante el Manchester City. No lo merecieron. Pero Xabi Alonso sigue en el alambre.

El duelo ante el cuadro 'Citizen' podría haber dictaminado sentencia. Pero no fue así, fruto también de que el Madrid mostró una buena imagen. Más acorde a lo que se le pide a este equipo. No fue el desastre de hace apenas unos días frente al Celta de Vigo.

Sin Mbappé, estrella indiscutible del equipo, y la plaga de bajas en defensa, Alonso optó por alinear a Asencio, Ceballos, Gonzalo y Rodrygo. Cuatro figuras que no estarían llamadas a ser titulares en situaciones normales para un partido de esta entidad, pero que tuvieron que dar la cara por su equipo y su entrenador.

A ninguno de ellos, ni a sus compañeros, se les pudo reprochar nada. Se lo dejaron todo sobre el terreno de juego. Especialmente Rodrygo. El brasileño, totalmente ausente hasta la cita y con nueve meses sin ver portería, volvió a reencontrarse consigo mismo. Fue el más destacado y el encargado de abrir la lata con un gran gol.

Sin embargo, a pesar de la mejoría, el Real Madrid volvió a caer derrotado. No le dio para ganar. Tan solo son dos victorias en los últimos ocho partidos. Una losa que pesa mucho. "Cada golpe te hace más daño cuando estás en esta situación", reconoció Alonso tras el partido.

El público, siempre soberano, pitó en la segunda parte. Seguramente no fue por el juego de su equipo en ese preciso instante y sí como reacción a una crisis que se agudiza con el paso de los días.

La imagen no fue mala. Fue positiva, de hecho. Pero el Real Madrid necesita ganar. Es su forma de ser. Así se ha convertido en lo que es, uno de los clubes más grandes de la historia.

Vitoria puede marcar sentencia

Xabi Alonso respira. De momento. Perder ante el Manchester City no es como caer frente al Celta. No es algo excesivamente preocupante. Más aún cuando no lo mereces y dos errores puntuales te privan del triunfo.

Los jugadores mostraron mucha pasividad en el córner que dio el primer gol al Manchester City y Rüdiger pecó de ingenuo en el penalti sobre Haaland. Fueron dos acciones aisladas que, a la postre, fueron definitivas.

"Yo estoy preocupado por el siguiente partido. Aquí lo importante es el Real Madrid, el equipo, los jugadores y cómo puedo ayudar. No va de mí el tema", dijo Xabi Alonso tras la derrota. La realidad es que el domingo puede jugarse el puesto.

El Real Madrid se pondrá el domingo de nuevo el traje de Liga. Una competición que está siendo el verdadero quebradero de cabeza para el equipo y en la que ha tropezado en cuatro de sus últimos cinco compromisos. Ahora llega el Alavés. Será la prueba de fuego.

Veremos si es con o sin Mbappé. Da igual. Al Real Madrid únicamente le vale ganar. Y a Xabi Alonso más todavía. Si no se va de Vitoria con los tres puntos puede ser su final.

La prueba no será fácil. Fuera de casa, frente a un equipo que suele dar mucha guerra y con un historial en este tipo de partidos que hacen tener todas las alarmas encendidas. La actitud de los jugadores será determinante. También la dirección de campo de Alonso

Mendizorroza puede ser el final o quién sabe si el salto que necesita el conjunto blanco para cambiar de dinámica.