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El transcurso de la primera parte en el Real Madrid - Manchester City no ha estado exento de polémica: un penalti señalado a Rüdiger sobre Haaland y otro agarrón no castigado de Gvardiol sobre Asencio.

No obstante, se produjo otra ocasión que pasó completamente desapercibida para Clément Turpin, los jueces de línea, el cuarto árbitro... y también para el VAR. Y es que Bernardo Silva agarró a Thibaut Courtois en el saque de esquina que terminó en el gol de O'Reilly.

El portugués no permitió que el portero del Real Madrid saliera a despejar el centro que terminaría con el remate de Gvardiol, el despeje de Courtois y el gol del inglés en el rechace.

El jugador del Manchester City agarró del brazo al portero del conjunto blanco en el momento en el que salía a despejar el centro puesto al área, aunque ninguno de los responsables en impartir justicia vieron una posible infracción.

Un gol clave porque el Real Madrid estaba haciendo una buena primera parte y porque ocho minutos más tarde los de Pep Guardiola dieron la vuelta al marcador con el gol de penalti obra de Haaland.