Unas viejas declaraciones de Toni Freixa, exdirectivo del FC Barcelona y excandidato a la presidencia del club, en la Cadena SER (recuperadas por el portal Fútbolgate) tras estallar el 'caso Negreira', ha vuelto a poner en el centro del debate el auténtico trasfondo de los pagos al exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA).
En ellas, el propio Freixa reconoce que el Barça trabajaba con José María Enríquez Negreira bajo la convicción de que con ello lograría un trato arbitral más favorable, dado que así se lo habían contado los 'padrinos' del exvicepresidente arbitral.
La confesión es clara: "Negreira tenía padrinos. Te llamaban y decían que te conviene porque te irá mejor, y ahora todo ha salido".
Esa frase, más allá de cualquier matiz posterior, revela que el club azulgrana mantenía los pagos con la expectativa de obtener beneficios en el terreno deportivo.
Aunque Freixa insista en que nunca se materializó en decisiones arbitrales concretas, el motivo original por el que se abonaba a Negreira bastaría, según los expertos en derecho deportivo, para encuadrar la práctica en un supuesto de corrupción deportiva.
Los desembolsos se prolongaron durante 17 años, entre 2001 y 2018, periodo en el que Negreira cobró al menos 7,5 millones de euros.
Una relación que atravesó varias presidencias, desde Josep Lluís Núñez y Joan Gaspart hasta Joan Laporta, Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu.
El propio Laporta reconoció que heredó el acuerdo de las directivas anteriores. Sin embargo, lejos de romperlo, se mantuvo durante años bajo la justificación de que era necesario "blindar" al club frente al poder arbitral.
Freixa trató de suavizar el impacto de la revelación argumentando que el Barça no obtuvo un trato de favor en los terrenos de juego.
"¿Nos han ayudado estos años los árbitros? ¿Hemos sido beneficiados? Yo creo que en nada", apuntó.
Incluso desafió a los críticos a presentar imágenes que evidenciaran un sesgo, más allá de "la mano de Messi el día del gol".
Rosell, Albert Soler y Javier Enríquez llegan al juzgado para declarar por los pagos del Barça a Negreira
Complejo histórico
Pero ese discurso no oculta lo esencial: que la propia dirigencia del club aceptó pagar porque se les transmitió que "convenía" para que las cosas fueran mejor.
En su análisis, Freixa atribuyó la continuidad del pacto a un "complejo histórico" del barcelonismo frente al poder centralizado en Madrid.
Según su visión, la sensación de sentirse perjudicados llevó a aceptar un "asesoramiento" que, en realidad, consistía en comprar tranquilidad ante el estamento arbitral.
"Un tío espabilado vende la moto y te dice: te conviene tener este asesoramiento porque te irá mejor", resumió, dejando al descubierto cómo Negreira y sus supuestos padrinos sostuvieron el negocio durante casi dos décadas.
El exdirectivo también diferenció entre "irregularidad" y "delito", insistiendo en que no hay pruebas de favores arbitrales. No obstante, la justicia investiga precisamente la intención de esos pagos, no solo su resultado.
En derecho penal, basta con que se destinen fondos a influir en un colectivo público para encajar el delito, aunque finalmente no se consiga el efecto buscado.
Y en este caso, el testimonio de Freixa es una confirmación involuntaria de que el objetivo siempre fue que el Barça estuviera mejor considerado por los árbitros.
Javier Enríquez, el hijo de José María Enríquez Negreira
"El mejor Barça"
En paralelo, Freixa recordó que gran parte de ese periodo coincidió con el ciclo más exitoso del club, lo que para él demuestra que los triunfos se debieron al talento de la plantilla.
"El mejor Barça de la historia, reconocido mundialmente", señaló, subrayando que aquel equipo fue la base de la selección española campeona de Europa y del mundo.
Pero ese argumento, aunque válido en lo deportivo, no neutraliza la gravedad jurídica del trasfondo: el Barça pagó durante años para obtener un beneficio en el trato arbitral.
La grabación rescatada por Fútbolgate ha devuelto a la actualidad la voz de un exdirigente que, al intentar defender al club, acaba admitiendo la motivación clave detrás del caso.
Por más que no se demostrara una influencia directa en los partidos, el mero hecho de pagar esperando favores arbitrales coloca bajo la sospecha de corrupción deportiva.
