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Arabia Saudí no cesa en su empeño de consagrarse como una de las mejores ligas del mundo, pero la hoja de ruta para conseguirlo ha sufrido algunas variaciones. La inversión fue tal que en los dos últimos años consiguieron atraer a jugadores consagrados en la élite del panorama europeo.

Cristiano Ronaldo, Neymar, Benzema, Malcom, Mahrez o Mané han sido algunos de los jugadores que decidieron sumergirse en una aventura oriental hechizados por el gran montante económico que les ofrecieron.

El Mundial de Clubes celebrado en Estados Unidos fue el escaparate perfecto para que el fútbol saudí se presentara ante el mundo y, contra todo pronóstico, el resultado fue sorprendente. Al Hilal se clasificó a octavos de final tras llegar a empatar al Real Madrid en el partido de la fase de grupos y, además, eliminó al Manchester City antes de clasificarse a cuartos.

Al Hilal representó al máximo lo que era el fútbol saudí: un once titular plagado de jugadores que hasta hace no mucho habían estado en Europa. No obstante, la estrategia ha cambiado y Darwin Núñez e Íñigo Martínez pueden ser los últimos fichajes top del fútbol saudí.

A partir de agosto de 2025, la liga de fútbol saudí permitirá que cada equipo registre hasta 10 jugadores extranjeros en su plantilla, de los cuales ocho pueden estar en el campo simultáneamente y los otros dos en el banquillo, sin restricciones de edad.

El cambio de guion

Esta normativa forma parte de la estrategia para atraer grandes figuras internacionales y continuar el crecimiento de la Saudi Pro League, garantizando mayor flexibilidad y nivel competitivo en los equipos del país.

La transformación refleja una maduración en la visión deportiva del país. Tras gastar cerca de 1.000 millones de dólares en 2023 para atraer figuras mundiales, Arabia Saudí ha reducido a la mitad su inversión en fichajes galácticos, reconociendo que el verdadero éxito a largo plazo requiere talento local, infraestructura y una cultura futbolística genuina.

Para Arabia Saudí, el Mundial 2026 representa una oportunidad crucial de demostrar el progreso de su proyecto futbolístico. Tras la histórica victoria 2-1 ante Argentina en Qatar 2022, una hazaña que llevó al rey Salman a decretar día festivo nacional, la selección saudí generó expectativas enormes.

Sin embargo, la realidad es más compleja. Arabia Saudí no logró la clasificación directa al Mundial 2026 y deberá disputar la repesca. Tras perder 2-1 ante Australia en junio de 2025, quedaron relegados a la cuarta ronda clasificatoria, donde enfrentarán a Irak e Indonesia en el Grupo B.

La selección de Arabia Saudí celebra uno de los goles en la victoria ante Argentina. Reuters

Solo los primeros de cada grupo accederán directamente al Mundial, mientras que los segundos disputarán una repesca intercontinental. La sorprendente victoria ante Argentina había demostrado el potencial del fútbol saudí, con goles de Al-Shehri y Al-Dawsari que silenciaron al Estadio Lusail.

Aquella actuación reveló que, con la organización y intensidad adecuadas, Arabia Saudí podía competir contra cualquier rival. Sin embargo, mantener ese nivel de forma consistente sigue siendo el gran desafío.

El cambio de paradigma saudí responde a una comprensión más profunda de lo que requiere el éxito futbolístico sostenible. La Visión 2030 del reino, liderada por el príncipe Mohammed bin Salman, reconoce que el deporte debe ser rentable, educativo y culturalmente significativo.

Las inversiones actuales se centran en academias, infraestructuras de entrenamiento, intercambios con clubes europeos y la formación de entrenadores nacionales.

El objetivo es crear un ecosistema futbolístico que produzca talento local competitivo internacionalmente, en lugar de depender exclusivamente de importaciones costosas de estrellas en declive.

Arabia Saudí comprende que su momento decisivo llegará en 2034, cuando organice el Mundial. El éxito de este proyecto no se medirá solo en títulos, sino en la capacidad de haber transformado la cultura futbolística del país, demostrando que los proyectos más ambiciosos pueden trascender de lo económico para crear un legado deportivo duradero.

Abiertos al capital extranjero

Paradójicamente, un país con enormes recursos petroleros ha decidido abrirse al capital extranjero en su fútbol. Esta decisión, lejos de mostrar debilidad financiera, revela una estrategia sofisticada. Con 25 empresas compitiendo por adquirir seis clubes saudíes, el reino busca diversificar su economía futbolística.

El primer hito llegó en julio de 2025 cuando Harburg Group, dirigido por el estadounidense Ben Harburg, adquirió el 100% del Al Kholood. 

La apertura al capital privado permite que Arabia Saudí acceda a conocimientos especializados en gestión deportiva, marketing internacional y desarrollo de talento, elementos cruciales para competir con las grandes ligas europeas a largo plazo