La salida de Íñigo Martínez es más dolorosa en lo deportivo que beneficiosa en lo económico. La salida del central, clave para Hansi Flick, deja un agujero en la zaga blaugrana a la vez que libera unos 8,4 millones de euros, una cifra insuficiente para inscribir a los nuevos fichajes.
Aunque la urgente situación del Barça y la gran oportunidad contractual para un jugador de 34 años puedan explicar la operación, el riesgo es elevado. Incluso el fin en la guerra entre el club y Ter Stegen aún no libera el fair play suficiente.
Una vez liberados 37 millones de masa salarial, cerrada la renovación con Nike o el patrocinio con la República Democrática del Congo, la clave para las inscripciones sigue siendo la aprobación de la venta de los palcos VIP del Nou Camp Nou.
Con la marcha de Íñigo Martínez, el club ha liberado 14 millones de masa salarial, pero eso no significa que el Barça disponga de esa cantidad en el fair play. Al estar fuera de la norma 1:1 y en base a las reglas de La Liga, el Barça solo podrá computar el 60%, unos 8,4 millones.
Esta cantidad, sumada a los 5 millones que podría liberar la baja de larga duración de Ter Stegen, alivia las cuentas del club, pero no soluciona todos los problemas.
El Barça ha liberado unos 37 millones de masa salarial y obtenido otros 25 kilos por traspasos, pero de esos 62 millones, solo 27 se aplicarán a las cuentas del fair play.
Joan García, en su presentación con el Barça junto a Laporta
La despedida de un jugador importante en el césped por motivos financieros es ya una estampa habitual de los últimos veranos azulgranas.
Desde la traumática salida de Leo Messi en 2021, otros como Antoine Griezmann, Aubameyang, Ousmane Dembélé, Kessié o Gündogan se vieron empujados a salir del club por culpa de la estrechez económica.
Eso sí, la salida del central vasco también tiene motivaciones personales. Con 34 años y después de haber rechazado al fútbol saudí hace un año, el jugador y el club acordaron que, si llegaba una nueva oferta mareante, se le permitiría salir.
Baja dolorosa
Siempre quedará la duda de si el central iba a ser capaz de repetir el rendimiento mostrado la pasada campaña, pero por más que se haya amoldado a Barcelona, la oportunidad de firmar su último gran contrato como profesional era difícil de rechazar.
Tras sus años en la Real Sociedad, el Athletic y su broche dorado en el Barça, el Al-Nassr de Cristiano Ronaldo, Joao Félix o Sadio Mané completará el círculo.
Perder a un central titular (el pasado curso disputó 46 partidos y casi 4.000 minutos) que se va gratis, eso sí, no es un tema menor. Hansi Flick será el que más lamente su ausencia, ya que desde su llegada, se erigió como el líder defensivo que mejor interpretaba su estilo.
Íñigo Martínez se convirtió en el mejor central de la pasada edición liguera por unas virtudes potenciadas como nunca antes: salida de balón, fortaleza aérea y, sobre todo, capacidad para tirar la línea del fuera de juego adelantada.
Iñigo Martínez, durante un entrenamiento del FC Barcelona.
La táctica del fuera de juego aplicada por el Barça conmocionó al mundo del fútbol por lo atrevido, eficaz y atractivo de su propuesta defensiva. Ronald Araújo, más fuerte en el repliegue, nunca acabó de interpretar lo que pedía Flick como sí hizo el vasco.
Su tándem con Pau Cubarsí fue una de las claves de la gran temporada blaugrana y ahora está por ver si el joven central catalán, Jules Koundé o Alejandro Balde son capaces de mantener su rendimiento sin el líder de la zaga.
Los errores puntuales en defensa fueron la gran condena del Barça en una campaña en la que, de no ser por fallos en ciertas jugadas clave, los culés podrían haber ganado La Liga con mucho menor sufrimiento y haber optado a ganar la Champions.
Lío con Ter Stegen
Otro de los asuntos que han complicado el verano del Barça es el lío con portero alemán Marc-André ter Stegen.
El guardameta fue expedientado y apartado de la capitanía por haberse negado a firmar el informe médico que certifique que el plazo de recuperación de su lesión de espalda es de 4 meses (como desea el Barça para aligerar su fair play financiero).
Después de recular y tender la mano a Joan Laporta este viernes a través de un comunicado, en el que mostraba su "total predisposición para colaborar con la directiva y resolver este asunto", la guerra entre el club y el jugador llegó a su fin.
Unas horas más tarde, el club anunciaba que el jugador había firmado dicho informe y que se le devolvía la capitanía, a la vez que se retiraba la sanción disciplinaria.
Normalmente, una baja de más de cuatro meses permite dejar de computar el 80% del salario del jugador lesionado.
Al haberse lesionado y operado en verano, con el mercado abierto, esta cantidad se reduce al 50%. Además, en estos casos, ese fair play ha de ser "devuelto" cuando el jugador se recupera y un regreso más temprano de lo estipulado acarrearía sanciones.
Por tanto, la resolución del caso Ter Stegen liberaría unos 5 millones que darían oxígeno para inscribir a Joan García, pues solo se puede aplicar este fair play para firmar a un sustituto bajo los palos.
Interior del Spotify Camp Nou, a mediados de julio
El Camp Nou, clave
La ruta más sencilla y eficaz a la norma 1:1 que necesita el Barça pasa por regresar al Camp Nou y que LaLiga apruebe la venta de sus palcos VIP.
Después de acumular retrasos, pugnas con el Ayuntamiento y crear falsas expectativas sobre un retorno para el Joan Gamper de este domingo, el Barça se resigna ahora a intentar volver al Camp Nou con un aforo limitado para el duelo liguero ante el Valencia previsto para el fin de semana del 13 de septiembre.
El club ha solicitado reabrir su estadio con 30.000 espectadores para este partido, pero el Ayuntamiento, que lleva meses reiterando que no va a hacer excepciones por tratarse del Barça, ahora ha de realizar las comprobaciones de seguridad estipuladas.
Para los blaugranas, el regreso al Camp Nou es una cuestión de vida o muerte en lo económico, y no solo por los más de 200 millones de ingresos de explotación que supondría el salto de Montjuic al nuevo estadio blaugrana.
Con el objetivo de mejorar su margen de maniobra en el fair play financiero y poder fichar jugadores bajo la regla 1:1 de LaLiga, vendió anticipadamente 475 palcos VIP del futuro estadio por unos 100 millones de euros a dos empresas de Oriente Medio.
El objetivo era que La Liga reconociese la maniobra como un ingreso efectivo y que se aumentase su límite salarial para inscribir nuevos jugadores.
Sin embargo, La Liga y los auditores solo contabilizan este dinero como ingreso real cuando los palcos están operativos, es decir, con el estadio abierto y disponible para sus compradores.
Al mantenerse el Camp Nou cerrado y los palcos sin terminar, estos fondos no computan y el Barça ha visto cómo se le escapaban los fichajes de Iñaki Williams o Luis Díaz por este motivo. Y los que sí ha cerrado, siguen sin inscribir.
