El mercado veraniego en La Liga está reflejando una realidad cada vez más habitual para los equipos de la clase media del fútbol español.
Entrar en competiciones europeas ya no es una garantía para la estabilidad de los proyectos y clubes como el Villarreal o el Betis vuelven a sufrir una fuga de talento a pesar de haber cumplido sus objetivos de la temporada.
Si en otras ocasiones eran los gigantes del fútbol europeo los que pescaban en La Liga, este año se ha visto que incluso el Como (10º en la Serie A como recién ascendido) o el Everton (13º en la Premier) son capaces de robar talento joven a La Liga.
Otros casos, como el del Athletic Club —que regresará a la Champions una década después— y la continuidad de Nico Williams, se han debido más a las circunstancias financieras del FC Barcelona que a la capacidad de los clubes españoles para retener a sus estrellas.
En total, La Liga refleja un gasto de 380 millones a 18 de agosto, aunque hay que puntualizar que el Real Madrid (167 mill.) y el Atlético (107) capitalizan gran parte de esa inversión. Eso sí, el gasto neto es de 20 millones, pues se han ingresado 360 kilos en ventas.
La comparación con la Premier es apabullante. La liga inglesa ya ha gastado 1.624 millones en fichajes. Si se tienen en cuenta las ventas, el balance neto es de casi 800 millones de inversión.
La diferencia es apabullante, pero hay más: solo el Nottingham Forest, con una inversión neta de 23 millones, ya ha gastado más que toda La Liga.
Más allá de números, lo preocupante para La Liga como producto es ver cómo la distancia entre los tres grandes y el resto es cada vez mayor, algo que va en detrimento del nivel liguero.
El poderío económico de la Premier no solo se traduce en grandes desembolsos, sino en una mayor competitividad interna que ha permitido que equipos fuera del Big Six como el Newcastle o el Aston Villa se asienten como candidatos a entrar en Champions mientras grandes como el United o el Tottenham caían al abismo (15º y 17º la temporada pasada).
Álex Baena, tras fichar por el Atlético de Madrid.
Villarreal
El Villarreal es un caso paradigmático. Por más que los groguets se hayan especializado en vender jugadores a buen precio y reemplazarlos con maestría en el mercado, el proyecto de Marcelino sigue perdiendo algunos de sus principales activos.
En la temporada 23-24, el Villarreal acabó 8º, fuera de Europa, y vio cómo Sorloth o Jorgensen hacían las maletas. Y un año antes, se ingresaron casi 100 millones por la venta de Nico Jackson, Pau Torres o Samu Chukwueze.
Este año, el Villarreal terminó 5º y se coló en la Champions, pero eso no ha evitado que el club se vea obligado a su enésima reconstrucción.
Su estrella, Álex Baena, ha puesto rumbo al Metropolitano. Antaño rivales directos por entrar en Europa, la realidad de La Liga muestra que el Villarreal se ha habituado a nutrir al Atlético con sus mejores jugadores.
Además, el equipo castellonense ha visto cómo una de sus grandes promesas, Thierno Barry, ha puesto rumbo al Everton, 13º en la pasada Premier.
Fernando Roig, presidente del Villarreal, abrazando a Álex Baena tras el último partido.
Otro equipo Champions, el Athletic, ha corrido mejor suerte, pero por poco. Si la marcha de Baena al Atlético condensa aún más el talento de La Liga en los tres equipos más poderosos, el fichaje de Nico Williams por el Barça hubiese agravado el síntoma.
Aunque la renovación de Nico con el club de su vida da esperanza a los románticos del fútbol, es innegable que su permanencia en el Athletic ha estado marcada por la dificultad del Barça para garantizar inscripciones en La Liga por sus problemas de fair play.
Además, el Athletic ha visto cómo el que iba a ser su principal fichaje del verano, el excanterano Jesús Areso, está cerca de ser robado por el Atlético, a falta de oficialidad.
Betis y Celta
Antony en una acción del partido ante la Fiorentina.
El Betis viene de completar una gran campaña, finalizando 6º en La Liga y cayendo en la final de la Conference League contra el Chelsea.
Los éxitos y el gran fútbol de los de Pellegrini no se han traducido en una mayor estabilidad en el mercado, donde los béticos se han despedido de algunos pilares y en el que las llegadas de Rodrigo Riquelme o Junior Firpo parecen insuficientes.
Johnny Cardoso se ha marchado al Atlético de Madrid, en un caso similar al de Baena y el Villarreal, mientras que las arcas verdiblancas no han podido garantizar la continuidad de Antony, sorpresa del año en el fútbol nacional.
El caso más sangrante, quizás, es el de la marcha de Jesús Rodríguez al Como de Cesc Fábregas, que ascendió a la Serie A hace un año. La mayor promesa del equipo, con solo 19 años, se va a la Italia por 23 millones.
Otro histórico que regresa a Europa es el Celta, y su realidad en el mercado refleja una tendencia similar.
Aunque ha logrado vender al delantero Jorgen Strand Larsen al Wolverhampton por 27 millones, los gallegos ven cómo su principal promesa, Fer López (21 años), se escapa con idéntico destino por 23 kilos. En contraposición, el conjunto vigués tan solo ha firmado a Ferrán Jutglà por 5 millones..
La vida sin Imanol
Martín Zubimendi, con la Real Sociedad
En los últimos años, el proyecto de Imanol en la Real Sociedad ha sido el paradigma de la clase media del fútbol español.
La salida del técnico supone el fin de una etapa gloriosa para los txuri-urdin, que vuelven a sufrir la pérdida de un jugador capital como Martín Zubimendi, rumbo al Arsenal por 60 millones de euros.
Su salida se suma a las de otros jugadores como Alexander Isak, Mikel Merino o Robin Le Normand en los anteriores mercados. Aunque la cantera donostiarra es brillante, la incapacidad para retener a sus baluartes ha agotado la paciencia de Imanol y la capacidad de crecimiento del club vasco.
La realidad de otro histórico como el Valencia es similar. Tras su espectacular remontada en la segunda vuelta después de haber coqueteado con el descenso la pasada campaña, el proyecto de Corberán tenía las bases sentadas para seguir creciendo.
Sin embargo, los chés perderán a su defensa más prometedor (Mosquera, 21 años), no han podido retener a Enzo Barrenechea (se va al Benfica) y los rumores sobre una posible salida de Javi Guerra hacia el AC Milan o el Atlético crecen cada día.