Entre las múltiples curiosidades que esconde el mundo del fútbol, pocas resultan tan simbólicas como la coincidencia que une a Kylian Mbappé y Sergio Ramos con el número 93.
Dos leyendas de distintas generaciones, nacionalidades y posiciones que, sin embargo, comparten una conexión emocional con esta cifra, convertida en un talismán que ambos llevan consigo en esta etapa de sus respectivas carreras.
Por un lado, Mbappé ha hecho del 93 un símbolo de identidad. Por otro, Ramos lo ha elegido para honrar uno de los momentos más trascendentales de su trayectoria.
El motivo de Mbappé
Kylian Mbappé, una de las estrellas más de moda en el universo fútbol en la actualidad, ha decidido incorporar el número 93 en el diseño de sus nuevas botas Nike Mercurial Superfly 10, su primer modelo exclusivo del año 2025.
El motivo no es otro que un homenaje directo a sus raíces. El 93 corresponde al código postal del departamento de Seine-Saint-Denis, en las afueras de París, donde Mbappé creció.
Este distrito, situado al noreste de la capital francesa, no solo fue el escenario de su infancia, sino también el lugar donde empezó a forjar su leyenda como jugador.
Las nuevas botas Nike de Kylian Mbappé con el 93 incluido
Incorporar el 93 en sus botas es una manera de recordar de dónde viene, incluso cuando pisa los estadios más prestigiosos del planeta.
El diseño de las botas, que será lanzado oficialmente el 21 de abril de 2025, se presenta en una combinación de colores "Grand Purple/Pale Ivory", con detalles dorados y dos estrellas que celebran los títulos mundiales de Francia.
Junto al logo personal de KM y el clásico símbolo Mercurial, el 93 brilla con fuerza, reafirmando su importancia en la historia personal del delantero francés.
El motivo de Ramos
En el otro extremo del planeta, Sergio Ramos ha encontrado en el número 93 una forma de rendir tributo a una de sus gestas más legendarias.
En su llegada a Rayados de Monterrey, el defensa español ha sorprendido al elegir el dorsal 93 en su camiseta. Lejos de ser una elección aleatoria, este número remite a uno de los momentos más icónicos de su carrera: el gol en el minuto 93 de la final de la Champions League de 2014.
Sergio Ramos, en su presentación con Rayados de Monterrey.
Aquel cabezazo ante el Atlético de Madrid en Lisboa cambió la historia reciente del Real Madrid, forzó la prórroga y allanó el camino hacia la conquista de la Décima Copa de Europa, el primero de varios títulos continentales que el club blanco sumaría con Ramos como capitán.
Fue una jugada que quedó grabada a fuego en la memoria de los aficionados y que catapultó a Ramos al Olimpo merengue.
Ahora, a sus 38 años y tras un largo período sin actividad profesional, Ramos inicia una nueva etapa en México con el objetivo de seguir compitiendo al máximo nivel.
Su elección del número 93 es una declaración de intenciones: no olvida sus orígenes como héroe y quiere seguir escribiendo historia.
Dos leyendas, un número
Pese a sus diferencias de trayectoria y estilo, tanto Mbappé como Ramos han encontrado en el 93 un número que trasciende lo deportivo. Para el francés, representa el lugar que lo formó.
Para el español, simboliza el instante que cambió su vida. Ambos han optado por mantenerlo presente en el césped, como un recordatorio constante de lo que los define.
Abrazo entre Sergio Ramos y Kylian Mbappé
Resulta curioso que estos dos jugadores, que compartieron vestuario en París y ahora siguen caminos distintos, hayan llegado al mismo número por razones tan personales.
El fútbol, con su capacidad de entrelazar historias, ofrece así una coincidencia poética que demuestra que los números pueden contener universos completos.
Mientras Mbappé prepara una temporada de relanzamiento con unas botas que son puro homenaje a sus raíces, Ramos se enfoca en conquistar nuevos retos al otro lado del Atlántico con el recuerdo imborrable de Lisboa en la espalda.
El 93 les pertenece, pero también habla de la pasión, la memoria y el orgullo de nunca olvidar quiénes son.