En el partido entre la selección española femenina y Portugal de la Women's Nations League, todas las miradas estaban puestas en el palco de autoridades del Abanca Balaídos.
En él, estaban Abel Caballero, alcalde de Vigo, y Rafael Louzán, presidente de la Federación Española de Fútbol. Se sentaron juntos en mitad de la gran polémica surgida a raíz de las votaciones para el Mundial 2030 en el que la nota Balaídos fue supuestamente alterada para no entrar entre las seleccionadas.
En la previa del encuentro, Caballero aprovechó para volver a arremeter contra Louzán y reivindicar el puesto de Vigo como sede para la Copa del Mundo que albergará España junto a Marruecos y Portugal.
"Mañana le volveremos a decir a Louzán que Vigo ganó su puesto como ciudad sede del Mundial. Pero hoy no, hoy toca animar. Pero mañana volveremos, porque Vigo salió elegida como ciudad sede del Mundial 2030 y alguien no se sabe quién, cómo y cuándo... la quitó. Es un escándalo. ¡Un escándalo! Por tanto, ya le falta tiempo para reponer a Vigo como sede del Mundial. Pero eso, mañana. Hoy la Selección, que son las mejores del mundo", dijo Caballero.
"No voy a hablar con Louzán en privado. No me fío nada. Nada es nada. Todo en público. Y tiene que decir de manera pública que Vigo es sede del Mundial. Y colgar toda la información en la página web. Y que todo el mundo vea las calificaciones porque Vigo estaba en la lista de sedes del Mundial", añadió.
Sin gritos en la grada
El partido de la Women's Nations League entre España y Portugal era un examen para Rafa Louzán tras destaparse el escándalo de las sedes del Mundial 2030. Quedaba por ver la reacción de Balaídos al presidente de la Federación.
Y los presentes en el feudo del Celta no se manifestaron. Louzán ya había advertido que estaría presente en el partido de la Selección femenina y la afición que se dio cita en el estadio fue misericordiosa con él. Hubo muy pocos cánticos contra un dirigente que, no olvidemos, es de Ribadumia, un municipio cercano a Vigo. Y ninguno pidiendo su dimisión ni nada parecido.
Las campeonas del mundo centraron toda la atención de los aficionados, y aunque es cierto que escucharon tímidos cánticos contra al máximo mandatario de la RFEF, los vítores se lo llevaron las jugadoras. Mañana, eso sí, volverá la batalla entre Caballero y Louzán.