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El fútbol se encuentra en continua evolución y la Champions League no es ajena a los cambios. A la introducción del VAR, la herramienta del videoarbitraje, el cambio más significativo en el último lustro, la competición europea ha tenido un nuevo formato tras la revolucionaria fase de grupos convertida en una fase liguera, además de la eliminatoria de dieciseisavos para los clubes que no hayan terminado entre los ocho primeros.

Este formato ha provocado que los dos últimos campeones de la Champions (Real Madrid y Manchester City) se enfrentasen en una eliminatoria a doble partido en la que uno terminaría siendo eliminado. En el proyecto de Pep Guardiola ni siquiera se planteaba como una posibilidad caer a las primeras de cambio, pero la pesadilla se hizo realidad.

Además, este nuevo formato ha provocado que haya un derbi madrileño en octavos de final; un PSG - Liverpool o un clásico alemán como se están convirtiendo últimamente los Bayern Múnich - Bayer Leverkusen. Grandes potencias del panorama europeo se van a quedar fuera antes de lo previsto, con el varapalo que eso supone.

El primer cambio significativo se produjo en 2021 cuando se eliminó la regla que otorgaba un valor doble a los goles marcados fuera de casa, aunque para ello el partido tendría que terminar en empate al término de los 180 minutos de la eliminatoria. Si un equipo anotaba más goles en campo contrario que su rival avanzaba a la siguiente ronda, al contar como doble cada gol marcado como visitante.

Sin embargo, la UEFA decidió hace cuatro años eliminar esta norma para todas las competiciones europeas argumentando la decisión con "el objetivo de hacer el juego más justo y equilibrado". No es el único cambio que plantea Aleksander Ceferin, la opción de eliminar las prórrogas también está sobre la mesa.

La incógnita de las prórrogas

La propia UEFA es consciente de la excesiva carga de partidos que están sufriendo los jugadores y su presidente ya ha defendido en varias ocasiones el plan que desea poner en práctica en los siguientes años. Y es que si no hubiera prórrogas, todos los encuentros de eliminatorias que acabaran empatados irían a los penaltis, lo que serviría para evitar 30 minutos más de cansancio.

La eliminación de la media hora reglamentaria es algo que ya se viene implantando últimamente. La Supercopa de España, por ejemplo, ha sido la última en sumarse. La Champions acabaría definitivamente con la media hora extra que se usa para tratar de desempatar muchos encuentros. La que sería otra revolución.