El Athletic Club volvió a sacar la gabarra 40 años después. Tras una larga espera, desde que se proclamasen campeones de la Copa del Rey tras ganar al Mallorca el pasado sábado, el conjunto rojiblanco surcó la ría del Nervión ante la atenta mirada de los miles de aficionados que se agolparon en las inmediaciones para seguir el histórico recorrido.

Una fiesta por todo lo alto que tiñó a Bilbao de rojo y blanco y que supuso la consolidación del éxito deportivo del conjunto vasco. Fue un acto por todo lo alto, la ciudad se volcó con los jugadores y la plantilla del Athletic lo dio todo, dejando momentos muy emotivos a lo largo de las más de dos horas que duró el recorrido por la Ría de Nervión.

Fue un homenaje constante. El éxtasis se apoderó por completo de una afición que hacía 40 años que no veía un éxito de estas características y eso provocó que cada minuto fuese mágico. Los futbolistas también se entregaron por completo y algunos como Iñaki Williams no pudieron contener las lágrimas ante el brutal recibimiento.

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Bilbao se empapó de banderas, camisetas y humo rojo. A lo largo de las siete millas que recorrió la gabarra, no hubo ni un solo segundo donde la plantilla dirigida por Ernesto Valverde no fuese jaleada. El momento de mayor éxtasis llegó cuando los jugadores se bajaran de la embarcación y recorrieron los pocos metros que separaban la Ría del Ayuntamiento.

Fue un baño de masas, fueron recibidos como héroes. El Paseo de Ernesto Erkorea, el Paseo del Arenal o el Paseo del Campo de Volatín estaban a reventar para recibir a los campeones de la Copa del Rey. Hacía mucho que la ciudad no disfrutaba de un éxito de estas características y cumplió las expectativas, aunque más bien las superó con creces. Todos salieron a las calles para acompañar al Athletic Club y la celebración se convirtió en un auténtico éxito.

Los jugadores del Athletic Club durante el viaje en la gabarra.

El Ayuntamiento, el culmen

La última parada de los jugadores tras esa larga travesía en gabarra fue el Ayuntamiento de Bilbao. Con las emociones a flor de piel, los jugadores, liderados por Muniain, ofrecieron la Copa del Rey a la ciudad. Unos instantes que dejaron un sabor de boca magnífico a todos.

"Es un día increíble para todos. No lo olvidaremos jamás. Quiero felicitar y dar un aplauso enorme a mis compañeros por conseguir este título 40 años después", fue la manera en la que comenzó Iker Muniain su discurso. "No hace falta ganar para presumir de esta filosofía única. Esto es un mérito absoluto en los tiempos que corren. Un título como este nos da la razón de que vamos por el camino correcto", agregó.

Los jugadores del Athletic subidos a la Gabarra Athletic

"Somos el club más fascinante del mundo y celebrando los títulos somos los mejores", arrancó Ernesto Valverde en su rápida, pero emocionante intervención en el consistorio bilbaíno. "Gracia a los cien mil que vinieron a Sevilla, a todos los que estáis aquí. Somos los mejores y seremos mejores todavía de lo que somos porque vamos a por todas siempre", sentenció el técnico del conjunto vasco.

Por último, uno de los momentos más especiales de esta celebración llegó cuando Iríbar tomó la palabra en el Ayuntamiento y se mostró visiblemente deslumbrado por lo acontecido en las calles de Bilbao. "Estoy alucinando de la afición que tenemos. El año que viene vamos a ir a por más". Breve, pero intenso, así fue el paso del mítico portero español.

Como colofón, los jugadores se asomaron al balcón del Ayuntamiento para terminar por todo lo alto la celebración. Al grito de "txapeldunak" y de "aúpa Athletic", Iker Muniain, Iñaki Williams u Óscar de Marcos se encargaron de clausurar la celebración ante su público se vitoreados una y otra vez. 40 años habían pasado de su última Copa del Rey y la espera mereció la pena.