Pocas veces se pasea uno en un partido de la Champions League. La mejor competición de clubes del mundo deja siempre encuentros muy exigentes, pero la Real Sociedad puede presumir de haberse dado un auténtico homenaje ante los ojos de todo el mundo al golear de manera escandalosa al Benfica.

Fueron tres, pero pudieron ser más todavía. El conjunto donostiarra saltó al terreno de juego dispuesto a comerse el césped si hacía falta y en apenas veinte minutos ya había dejado vista para sentencia su victoria, la que le acercaba a los octavos de final de la Champions League el año de su regreso a Europa. 

Se juntaron el hambre con las ganas de comer. Por un lado una Real que quería resarcirse de la última derrota ante el Barça y que se ve con confianza en Europa, y por otro un Benfica descosido por todos los lados e irreconocible este año en la competición continental. Los portugueses fueron una sombra en Anoeta con errores infantiles y una defensa transparente que contribuyó a la fiesta vasca. 

Oyarzabal, tras marcar su gol ante el Benfica. REUTERS

Mikel Merino abrió el camino de la victoria y entre Oyarzabal y Barrenetxea se encargaron de poner un 3-0 esclarecedor y hasta engañoso al descanso. Mentiroso porque a los de Imanol Alguacil les anularon dos goles, uno de chiste y otro de forma clara, y hasta Brais Méndez falló un penalti. Iba camino de un escándalo.

Sin embargo, lo realmente escandaloso llegó en la segunda mitad con el lanzamiento por parte de los ultras del Benfica de dos bengalas a la zona de aficionados de la Real Sociedad. Un hecho lamentable que amenazó con la suspensión del partido y que puso en riesgo la integridad de los hinchas locales.

Arrolla sin piedad

Llegaba a Anoeta un equipo que había perdido todo lo que había disputado hasta la fecha. El Benfica, que a priori prometía dar guerra y ser uno de los grandes animadores del grupo a tenor de sus actuaciones europeas en los últimos años, se ha convertido esta temporada en una caricatura de lo que otrora fue. 

No hizo falta ver mucho para comprobar que el Benfica había aterrizado en San Sebastián también para hacer aguas. El pitido inicial dio paso a un recital de la Real Sociedad que desató una gran fiesta en Anoeta. 

Los festejos se desataron a los 6 minutos de juego. Aihen Muñoz ejecutó un disparo mordido pero esa circunstancia la aprovechó Mikel Merino para, con la cabeza, hacer el primer tanto del encuentro entrando solo en el segundo palo. Este gol espoleó a los de Imanol Alguacil y alimentó las dudas con las que ya llegaba el Benfica, dos inercias completamente opuestas. 

La ambición fue la mejor característica que demostró la Real Sociedad en este encuentro. Con el Benfica todavía tratando de reponerse del golpe, volvió a golpear el conjunto donostiarra. Un error de Florentino, el zaguero del equipo luso, propició que Oyarzabal robara en zona peligrosa y definiera a la perfección en el mano a mano. 2-0 y poco más de 10 minutos disputados.

El partido iba camino de una goleada de escándalo, pero el VAR se encargó de frenarla. Mikel Merino volvió a ver puerta y Anoeta lo celebró, pero un toque previo involuntario con la mano terminó con la revisión anulando el gol. Podía haber sido el tercero antes del primer cuarto de hora, pero aún así no iba a tardar en llegar. 

Momento del gol anulado a la Real Sociedad. REUTERS

La Real estaba de dulce y ni el VAR ni nadie podía pararla. Para muestra, lo que hizo Barrenetxea, con disparo que se convirtió en una obra de arte y que supuso el tercero de la tarde. Todavía pudo llegar uno más, pero Brais Méndez falló un penalti a favor de los vascos. 

Reacción y bochorno

Estaba todo encarrilado pero aún así, pese a las sensaciones de la primera mitad, el Benfica protagonizó una pequeña reacción. Rafa Silva redujo las diferencias para los portugueses en el arranque de este segundo acto, y eso dejó un tanto desconcertada a la Real Sociedad. 

Con los lusos tratando de apretar, se desarrolló el capítulo más bochornoso del partido en la grada. Los ultras del Benfica arrojaron dos bengalas desde el anillo superior de Anoeta hacia el inferior, donde se situaban los aficionados de la Real Sociedad, y eso indignó al estadio. Incluso el colegiado Anthony Taylor tuvo que detener provisionalmente el partido para hablar con el delegado de campo. Indecente la manera de poner en riesgo la integridad de los hinchas de la Real. 

El ambiente se enrareció y el partido lo notó. La Real Sociedad dejó aparcada la brillantez de la primera parte y tras unos momentos de desconcierto volvió a hacerse con las riendas del encuentro en el tramo final. Gozó de alguna ocasión más para haber ampliado el marcador, pero la victoria ya estaba atada y los de Alguacil tienen pie y medio en los octavos de final.

Real Sociedad 3 - 1 Benfica

Real Sociedad: Remiro; Aritz (Odriozola, m.86), Zubeldia, Le Normand, Aihen; Zubimendi, Merino, Brais (Turrientes, m.70); Kubo (Carlos, m.70), Oyarzabal y Barrenetxea (Zakharyan, m.78).



Benfica: Trubin; Neves, Antonio, Otamendi, Morato, Aursnes; Florentino (Jurásek, m.31), Joao Mario (tengstedt, m.85); Di María (Guedes, m.85), Cabral (Musa, m.64) y Rafa Silva (Chiquinho, m.85).



Goles: 1-0, m.6: Merino; 2-0, m.11: Oyarzabal; 3-0, m.21: Barrenetxea; 3-1, m.50: Rafa Silva.



Árbitro: Anthony Taylor (ENG). Amonestó a Barrenetxea (63) y Carlos (87) por la Real Sociedad; y a Florentino (20) por el Benfica.



Incidencias: Encuentro correspondiente a la 4ª jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones disputado en el Estadio de Anoeta ante 36.815 espectadores.