El 18 de noviembre de 2019, España ganó 5-0 a Rumanía en el Metropolitano y Robert Moreno fue destituido. Aquel día, Kepa Arrizabalaga jugó su último partido oficial con la Selección. Luis Enrique le volvería a llevar en tres convocatorias posteriores, pero solo tuvo minutos en un amistoso contra Portugal en la que dejó su portería a cero.

Kepa pasó 899 días sin jugar con el combinado nacional hasta el pasado sábado. Desde el 7 de octubre de 2020 hasta el 25 de marzo de 2023. Ante Noruega, en La Rosaleda, el guardameta de Ondarroa rompió su sequía y, sin Unai Simón en la primera lista de Luis de la Fuente por lesión, recuperó sus galones de titular.

La travesía ha sido larga para el portero más caro de la historia. En la Selección y también en el Chelsea, club que pagó 80 millones de euros al Athletic por él en 2018. Como blue también perdió el sitio, estuvo a punto de rendirse, pero todo empezó a dar un vuelco al comienzo de esta temporada.

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Cuando Kepa llegó al Chelsea, el entrenador que acababa también de aterrizar era Maurizio Sarri. El meta español tardó en adaptarse y también pudo pesar en él la presión por su fichaje. El italiano, por su parte, duró solo esa campaña. Frank Lampard fue el siguiente inquilino en el banquillo londinense y la persona que acabó relegando a Kepa a un segundo plano.

Fue en verano de 2020 cuando el Chelsea fichó al francés Edouard Mendy, tras meses en los que se hizo costumbre destrozar a Kepa (le apodaron Calamity Kepa y se preguntaron si era el peor portero en la historia de la Premier League). El Chelsea despidió a Lampard y fichó al alemán Thomas Tuchel, quien a los meses ganó la Champions League de 2021 con Mendy como su portero.

Nos remontamos así al último verano, en el que Kepa veía que en el Chelsea de Tuchel iba a seguir sin posibilidades y a sus 27 años necesitaba dar un cambio a su carrera. Su sitio en la Selección ya lo había perdido y se veía estancado. Pero la nueva directiva del club, la que entró de la mano del multimillonario Todd Boehly, se opuso de todas las maneras a su salida. Al portero más caro de la historia no podían soltarlo así, a pesar del interés de clubes como el Nápoles.

Lo peor parecía confirmarse cuando, empezada la temporada, la situación no cambiaba para Kepa y seguía siendo el suplente para Tuchel. Boehly, sin embargo, quiso romper con todo lo de la época anterior del club y despidió al alemán para sorpresa del panorama europeo. Fue al poco de cerrarse el mercado, el 8 de septiembre, y Graham Potter cogió los mandos del equipo. El nuevo técnico apostó por Kepa desde el principio y dio un cambio radical en su situación.

Tal fue el giro en el caso de Kepa que incluso Luis Enrique le incluyó en su prelista para el Mundial. Una inoportuna lesión antes de pararse la competición y la confianza plena del asturiano en su trío de porteros (Simón, Robert Sánchez y David Raya) le dejaron, finalmente, sin ir a la cita celebrada en Qatar.

La portería, posición casi maldita en la Selección desde el ocaso de Iker Casillas, se ha tirado años con un debate abierto. Y lo sigue estando tras el cambio Luis Enrique por Luis de la Fuente en el banquillo. Simón nunca llegó a convencer a todo el mundo y el nuevo seleccionador se ha dado la oportunidad de probar su idea, como con el resto del equipo.

Miguel Ángel España, su valedor

La baja de Unai Simón por lesión lo ha puesto más sencillo, pero en el cuerpo técnico de la Selección ya se tenía pensado volver a abrir las puertas a Kepa. Dentro del equipo de Luis de la Fuente está Miguel Ángel España, preparador de porteros en la RFEF durante tres lustros que ha saltado a la Absoluta en esta nueva era.

España es un gran valedor del trabajo de Kepa. Este ha estado desde niño vistiendo la camiseta de la Selección y en la casa se le conoce bien. Por eso, en vistas de su mejoría en cuanto a la confianza que parecía perdida, le quiso recuperar para el combinado nacional y que ahora sea él quien se gane los minutos. De la Fuente, que cree plenamente en su equipo, también estaba en el barco de dar la oportunidad al meta de Ondarroa.

Ante Noruega, Kepa respondió. Hizo paradas de merito, pero en especial una. Fue sobre la media hora de partido, momento en el que Aursnes remató casi a bocajarro un balón colgado por Sörloth al segundo palo. El portero de la Selección reaccionó con grandes reflejos y desviando con sus manos el balón lejos de la red.

Volvió a dejar la portería a cero, como en siete de sus otros 11 partidos internacionales. Ante Escocia, este martes, se presupone que volverá a ser titular y tendrá el reto de volver a no encajar gol y seguir con su impoluto balance en la Selección, ya que todavía no conoce con ella la derrota. El número 1 de España (el equipo, no el preparador) apunta a ser Kepa.