Amnistía Internacional (AI) ha criticado a la Premier League por permitir la venta del Newcastle United al fondo saudí Public Investment Fund (PIF) y por no tener en cuenta los derechos humanos a la hora de tomar esta decisión. A Mohammed bin Salam, dueño del fondo, le involucran en el asesinato del periodista Yamal Khashoggi, ocurrido en 2018.

PIF, que proveerá gran parte de los 300 millones de la compra del Newcastle, es una entidad ligada al estado de Arabia Saudí, algo que niega la Premier League. Esto les pone en un compromiso porque el país ha sido acusado de vulnerar los derechos humanos en repetidas ocasiones, como en el descuartizamiento del periodista en la embajada saudí en Estambul.

"En lugar de permitir a aquellos implicados en la violación de los derechos humanos entrar en el fútbol inglés solo porque tienen dinero, instamos a la Premier League que cambie sus políticas de dueños y presidentes para que se adecúen a los derechos humanos", dijo AI en un comunicado.

"La frase 'derechos humanos' ni siquiera aparece en estas políticas, pese a que el fútbol inglés supuestamente se adhiere a los estándares de la FIFA. Como en la Fórmula 1, el boxeo, el golf o el tenis, asociarse con un equipo del más alto nivel es muy atractivo para mejorar la imagen de marca de un país o de una persona con una reputación dudosa. La Premier League tiene que entender mejor cómo funciona el lavado de imagen y ajustar su política de dueños", añadió la asociación.

El 'caso Khashoggi'

Respecto al 'caso Khashoggi', a Bin Salman se le implica a través de un informe de inteligencia de Estados Unidos y, según este, el príncipe heredero de Arabia Saudí habría aprobado un plan para capturar o matar a Khashoggi. 'MBS', como le apodan, lo niega.

Jamal Khashoggi en una imagen de archivo

A la muerte de Khashoggi le siguen rodeando mucho secretismo y sospechas. A los 59 años, el periodista acudió al consulado de Arabía Saudí en Estambul en busca de unos documentos para formalizar su matrimonio. No se volvió a saber nada de él, pero la investigación apunta a que fue descuartizado vivo dentro del propio consulado. Dista mucho de lo que se dijo en un principio, que murió de sobredosis.

La viuda de Khashoggi ya condenó en abril de 2020 la posible venta del Newcastle a Bin Salman: "Arruinaría la buena reputación de la Premier League, ya que esta adquisición repararía la posición de las autoridades saudíes en el panorama internacional", escribió en una carta que envió a la liga inglesa a través de sus abogados.

[Más información: Los Derechos humanos y el control político: la compra del Newcastle por Arabia Saudi tensa a la Premier]

Noticias relacionadas