21 años después, España busca conseguir su segundo oro olímpico en fútbol. En la memoria de todo un país todavía pervive la victoria de la Selección en Barcelona 92 contra Polonia, pero ya es hora de coger el relevo. La medalla ya está asegurada, pero el combinado nacional no se quiere conformar con la plata y busca ante un rival de altura como es Brasil el mayor de los premios.
"Es la final soñada", decía en la previa un Luis de la Fuente que aseguraba que hubiera elegido ese partido para cerrar los Juegos Olímpicos. El seleccionador confía en los suyos, hay motivos de peso. Mejor que él no conoce nadie a este grupo. También sabe ganar, habiendo conquistado el Europeo sub19 en 2015 y el Europeo sub21, este en 2019. De Udine a Tokio. El círculo se puede cerrar este sábado dos años después.
1. Superioridad en los JJOO
El camino de España en los Juegos de Tokio empezó con su debut con empate a cero contra Egipto y le siguieron la victoria contra Australia (0-1) y otro empate (1-1) con Argentina en la fase de grupos. Luego en cuartos de final se clasificó tras ganar a Costa de Marfil (5-2) y haciendo lo mismo contra Japón (0-1) en semifinales, ambos partidos yéndose a la prórroga.
Le cuesta el gol al equipo de De la Fuente como le costaba al de Luis Enrique en la Eurocopa. Pero se repite otro factor, incluso más agudo en el caso actual por lo visto hasta ahora: la superioridad en el campo. España siempre ha sido mejor que sus rivales y si está acertada contra Brasil de cara a puerta verá el triunfo más cerca.
2. La experiencia del grupo
En Brasil, el líder es Dani Alves. Al menos es la voz más autorizada. Sin embargo, el grupo es mucho más inexperto que el español con hasta siete futbolistas que no han salido del fútbol brasileño a nivel de clubes. Richarlison es el segundo más experto y se trata de un jugador con menos bagaje en partidos así que algunos de los nuestros como Unai Simón, Pau Torres, Oyarzabal, Eric García e incluso Pedri, el más pequeño de todos, que sin ir más lejos saben lo que es jugar la pasada Eurocopa.
También están los tres mayores de 24 años que son Marco Asensio, Dani Ceballos y Mikel Merino, siendo los tres también internacionales con la Absoluta. Los tres fueron campeones de Europa en 2015 a las órdenes de De la Fuente y solo Asensio, que ya estaba instalado en la Absoluta, se perdió el de 2019. Ceballos, ya se sabe, no jugará la final por una lesión sufrida en el primer partido.
Luis de la Fuente, durante el Japón - España de los Juegos Olímpicos
3. De la Fuente da con su once
Otra clave está en el equipo de Luis de la Fuente. Su once. El seleccionador ha tenido que ir probando con un equipo que mezcla el que llevó al Europeo sub21 de este año, los que han llegado de la Absoluta y los tres mayores de 24. Y con lo visto hasta ahora puede quedar claro que lo que mejor le viene a esta España es jugar con un delantero centro, siendo Rafa Mir el hombre elegido.
España no ha necesitado reforzar su juego con el falso 9 para ser superior a sus rivales y, aunque Brasil pueda lucharle la posesión en la final, lo esperado es que el balón siga siendo de los nuestros.
4. Asensio, as en la manga
Si hay problemas, qué mejor que tener en el banquillo un futbolista de categoría y capaz de cambiar el partido. Es Marco Asensio, que se ha visto que no termina de encajar en el planteamiento de De la Fuente, pero es una solución de lujo para momentos de apuro. Su gol ante Japón en el último suspiro de la prórroga metió a España en la final y quien sabe si volverá a ser determinante contra Brasil.
5. Hay físico para lo que venga
Y acabando con las prórrogas, son esas las que mejor definen el estado de forma actual del equipo. Da lo mismo que algunos jugadores, en especial Pau Torres y Pedri, lleven muchísimos minutos esta temporada, el equipo tiene jugadores de los que tirar y está capacitado para aguantar una tercera prórroga si hiciera falta.
En este sentido, Brasil se ha mostrado bastante más irregular durante el torneo, si bien tiene en su potencia de gol su mayor arma. La mesa está servida.
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