Contundente victoria del FC Barcelona ante una débil Real Sociedad en un partido que no tuvo historia. Los de Imanol Alguacil solo duraron 25 minutos en el terreno de juego. Isak desperdició la mejor ocasión de los locales y, a partir de ahí, comenzó la exhibición culé que nunca tuvo fin, siempre quisieron más [Real Sociedad 1-6 FC Barcelona: Narración y estadísticas]

Leo Messi fue el gran líder del Barça, aunque estuvo bien secundado por sus compañeros de ataque y por los carrileros del nuevo sistema de Koeman. Dest y Jordi Alba fueron dos puñales que rompieron a los donostiarras por los costados, haciendo de cada subida una pesadilla para sus rivales. Al final, victoria contundente para seguir en la pelea. 

No tardó el FC Barcelona en hacerse con el mando de las operaciones en el Reale Arena. Los de Koeman poco a poco van cogiendo las ideas de su técnico, especialmente en conceptos como la presión en campo rival. Una máxima del técnico holandés es robar el balón lo más cerca de la portería contraria para recorrer los menores metros posibles hasta el gol. Una vez en posesión del esférico, a elaborar con calma, moviendo de un lado a otro. Por su parte, la Real Sociedad no se quiso quedar atrás y también buscaba el robo rápido en campo contrario, especialmente tras segundas jugadas.

El primer acercamiento del partido fue obra de los locales con un centro peligroso desde la banda izquierda de Mikel Merino que no encontró rematador. Por parte del Barça quien lo intentó en primera instancia fue Messi, con un débil lanzamiento con la diestra desde al frontal. Antes, había visto tarjeta amarilla Zubimendi por una dura falta sobre Dembélé. El primer cuarto de hora del choque fue realmente intenso, aunque tanto Real como Barça pudieron superarlo sin excesivos sobresaltos.

Poco a poco el FC Barcelona fue haciéndose dueño de la situación, rondando el área de txuriurdin con peligro. Circulaciones en horizontal muy habituales en el equipo culé, buscando el momento idóneo para darle profundidad al juego. Los de Imanol, por su parte, aprovechaban cualquier resquicio para intentar salir de la cueva y estirar sus líneas. En cuanto el balón rondaba las inmediaciones de Ter Stegen, intentaban sacar su defensa y subir sus líneas de presión para poder jugar más cómodamente en bloque medio.

Los primeros 25 minutos de partido transcurrieron con cierta tranquilidad hasta que Isak rondó el primer tanto del choque. El delantero sueco le robó un balón a De Jong en la banda, que pecó de exceso de confianza, se internó en el área y tras driblar a un par de defensores probó fortuna, aunque ya muy forzado. Su lanzamiento se estrelló en el cuerpo de Ter Stegen, bien colocado. La Real crecía con el paso de los minutos y el Barça se veía obligado a entregarse a las contras. Sin embargo, a la delantera del equipo de Koeman le faltaba chispa. Con Messi, Pedri o Busquets en transiciones rápidas era complicado sorprender.

A pesar de que la cosa avanzaba de forma muy pareja, la sensación de peligro era constante en ambas áreas. Los ataques parecían imponerse a las defensas a fuerza de desgaste, de rondar la jugada, de preparar la acción. Sin embargo, el ataque del Barça pecaba de un juego demasiado estático, ineficaz ante el robusto entramado defensivo de los de Imanol. No obstante, cuando todo parecía controlado, se desencadenó la tormenta perfecta del Barça en una jugada de lo más extraña.

Sergiño Dest la puso desde la derecha con un centro envenenado que estuvo a punto de colarse, pero Remiro metió las manos justo a tiempo y el balón se fue al larguero. La acción prosiguió y fue hasta la banda contraria por donde llegó Jordi Alba, que puso un centro peligroso por abajo a Dembélé. El francés se topó de nuevo con Remiro, pero en el rechace apareció Griezmann y puso el primero a placer en el minuto 37. La Real intentó responder rápidamente con una ocasión de Isak, pero Ter Stegen se mostró inflexible abajo. Fue un espejismo, ya que los azulgranas volvieron a poner tierra de por medio en el marcador con el segundo tanto, esta vez a la contra. Messi, de vértigo, metió un pase en profundidad para la subida de Sergiño Dest que tras internarse en el área por la derecha no falló y puso el 0-2 al borde del descanso.

Griezmann, tras marcar el primer gol del Barça EFE

Pasaron los jugadores por los vestuarios, pero la película no cambió demasiado. Desde la primera jugada comenzó el Barça dominando y rondando el área de Remiro de un lado a otro buscando el lado débil, el hueco, el flanco desguarnecido por el que hincar el diente a la Real. El sistema de carrileros del equipo de Koeman estaba causando muchos problemas a los locales, que no eran capaz de sujetar las subidas de Dest y Jordi Alba, ambos con mucho vuelo y recorrido. Sin embargo, al contrario que al inicio de la contienda, ahora la Real sí tenía necesidad de ir arriba, y eso se traducía más problemas en defensa. Con Dembélé en frente, espacios eran igual a terror.

Mención especial requiere el partido, una vez más, de Frenkie de Jong, la mejor noticia del Barça en lo que va de temporada. Jerarquía en defensa, despliegue en el mediocampo y mucho criterio a la hora de jugar el balón, siempre un faro en la salida de balón. El Barça llevaba muchos minutos siendo superior y en tan solo tres materializó ese liderazgo sobre el césped.

El Barça se suelta

Primero lo hizo con una jugada de laterales, centro desde la izquierda de Jordi Alba tras ganar la línea de fondo y gol de Sergiño Dest. Doblete del carrilero culé que había llegado como un ciclón viendo la subida de su compañero. Y tres minutos más tarde, pase de genio de Busquets a la espalda de la defensa, desmarque de Messi en profundidad y el argentino define a un toque ante la salida de Remiro. Cuatro goles como cuatro soles y un dominio absoluto antes del minuto 60.

El partido estaba ya resulto tras una exhibición del Barça en apenas 20 minutos estelares de segundo tiempo. Tanto es así que incluso Dembélé tuvo su gol, aunque el suyo no subió al marcador porque fue anulado por fuera de juego. De nuevo había sido Messi, como en el primero de Dest, quien le asistía. La defensa de la Real Sociedad estaba sufriendo una barbaridad para cubrir a los jugadores del Barça a campo abierto. Todo un suicidio.

Todo había sido felicidad hasta el momento para el Barça, pero había un jugador que no había conseguido sonreír hasta ahora, al menos por méritos propios, por su gol. Era el galo Dembélé, que había visto puerta, pero sin validez. Lo intentó una y otra vez y en el minuto 71 obtuvo por fin su premio. Excelente jugada personal del extremo, regate con cambio de pierna y disparo al palo largo con la zurda imposible para Remiro. La manita ya era un hecho y el correctivo para el equipo de Imanol Alguacil muy serio, al estilo del recibido contra el Manchester United en Champions.

Poco habían ofrecido más allá de los primeros 25 minutos los locales, que aún así se dejaron ver por la meta de Ter Stegen para poner su sello también al marcador. Fue Barrenetxea en el minuto 77 quien puso el tanto del honor en el marcador. Eso sí, un golazo increíble, un derechazo a la escuadra imparable para el portero alemán, el tanto de la honra, pero de bella factura.

Cuando el encuentro estaba ya visto para sentencia, el Barça todavía se regaló un gol más, un tanto más, otro regalo para la vista, la enésima conexión entre Messi y Jordi Alba. Genial combinación entre el lateral y argentino, doble pared por banda izquierda y balón atrás para que Messi cerrara su gran partido con un doblete colocando el balón junto al poste. Fue la última pincelada de un gran Barça que realizó su mejor lienzo de la temporada en un campo tan difícil como el Reale Arena. La Real Sociedad, por su parte, desapareción tras los primeros 25 minutos y se llevó un severo correctivo. Otro más. 

Real Sociedad 1-6 FC Barcelona

Real Sociedad: Remiro; Gorosabel (Barrenetxea, 61'), Le Normand, Zubeldia (Sagnan, 83'), Merquelanz;  Guevara, Zubimendi (Carlos Fernández, 73'), Merino;  Portu (Januzaj, 61'), Oyarzabal e Isak (Bautista, 83').



F.C. Barcelona: Ter Stegen; Mingueza, De Jong, Lenglet; Dest (Puig, 84'), Pedri (Ilaix Moriba 67'), Busquets (Araujo, 67'), Alba; Messi, Griezmann (Trincao, 84') y Dembelé (Braithwaite 80').



Árbitro: Munuera Montero (Andalucía). Amonestó a Zubimendi, Carlos Fernández, Zubeldia, Busquet y Braithwaite.



Goles: 0-1, 37' Griezmann. 0-2, 44' Dest. 0-3, 53' Dest. 0-4, 56' Messi. 0-5, 71' Dembelé. 1-5, 77' Barrenetxea. 1-6, 89' Messi.



Incidencias: Partido de la vigésimo octava jornada de liga disputado en Anoeta.