El Barça anunció durante la última época de Bartomeu y la de la Gestora medidas para poder paliar una crisis económica e institucional que es más grave de lo que los culés podían imaginar. Esa última entrevista del expresidente explicando que la situación "era buena" ha quedado en evidencia con la publicación de la auditoría anual. La deuda de más de 1.000 millones de euros tiene en vilo a toda la afición culé que en unos días tendrá que elegir nuevo presidente.

El riesgo de conversión en S. A. D. y que pueda entrar capital externo es cada vez más real, aunque los candidatos a la presidencia esgriman todos planes con los que aplacar esa gran deuda que tiene la entidad. Nadie quiere hablar de un cambio de propiedad, pero la incertidumbre no para de crecer. A pesar de todos los aplazamientos y renegociaciones de deuda que se prometen, la realidad no elude que harán falta duras medidas y de que las nubes negras que hay sobre el Camp Nou se transformarán en un largo período de transición hasta recuperar la normalidad.

Para más problemas, este lunes se confirmó una noticia bastante grave. Una de esas medidas fue la de aplazar el primer pago del salario de la temporada a más adelante, algo que los jugadores aceptaron a regañadientes. El club sigue sin cumplir con este plazo, aunque asegura que lo hará en el mes de febrero. Ahora mismo ha incurrido en impago a sus futbolistas por la falta de liquidez que viene sufriendo la entidad.

El Camp Nou en un día de partido FC BARCELONA

Este acuerdo implicó que la plantilla se reduciría casi un 42,5 por ciento, es decir, que si un jugador cobra 10 millones, pasaría a percibir este año solo 5,75. El resto del dinero lo recibirán prorrogado en el futuro. La mitad del plazo que tenían que recibir ahora en diciembre correspondería a unos 2,37 millones, una cantidad que el Barça aún no habría desembolsado. También renunciaron a primas y otros objetivos para cobrarlos en el futuro, por lo que estamos hablando de salarios limpios de polvo y paja.

Salarios millonarios

Son 360 los millones que emplea el Barça en pagar a los futbolistas, a fecha del 30 de junio de 2020, una cifra que han conseguido reducir en el último verano regalando prácticamente a algunos miembros del equipo, además de las renovaciones a la baja que han llevado a cabo. Esta cifra también ha visto estos aplazamientos de pago como un alivio para poder cumplir con los márgenes para poder subsistir.

Aún así, no ha sido suficiente y han tenido que pedir un nuevo crédito para que este mes de febrero los jugadores puedan percibir esa parte del salario. Esto también supone un aumento de deuda cubierta con un patrimonio también desgastado. Muchos de los candidatos están hablando de la reforma de un Camp Nou, una de las principales fuentes de ingresos, que ahora mismo sería imposible de abordar. El Espai Barça es una auténtica utopía con estas cifras.

Leo Messi y Jordi Alba

Además, otra gran fuente de ingresos se llama Leo Messi. El jugador acaba contrato al final de la temporada, tiene que renovar y no quedará más remedio que hacerlo a la baja. Si no acepta esto, el argentino se irá y con ello también muchos patrocinios, o al menos sus altos contratos, ventas de merchandising y el gran rendimiento deportivo durante su etapa en Barcelona. Por si fuera poco, si se confirma el fin de su etapa en Can Barça, el club deberá desembolsar esa prima de fidelidad de 50 millones de euros.

El riesgo del impago

Superando esta primera barrera, tendrán que enfrentarse a la de junio, cuando tradicionalmente hacen el segundo pago. El aplazamiento de las elecciones ha dilatado aún más el proceso, haciendo que sea aún más difícil el trabajo del equipo que llegue tras los comicios. La necesidad de empezar a poner en marcha medidas de ahorro es vital. No llegar al día 30 de ese mes con la cantidad suficiente para poder afrontar los pagos puede comprometer incluso la estabilidad del club en las competiciones.

La nueva Junta Directiva tendrá que haber esbozado un plan para poder completar con la obligación con sus futbolistas. Aunque para soportar esa deuda de más de 1.000 millones tengan un patrimonio y unos ingresos, si un jugador denuncia impagos aparecería el riesgo del descenso administrativo. Es la medida más extrema, ya que en las últimas temporadas el club azulgrana ha visto comprometido el límite salarial de LaLiga.

La celebración de un gol del Barça esta temporada La Liga

Este organismo siempre se ha mostrado muy tranquilo también con la situación del club. "Es importante que adecuemos nuestros ingresos a los gastos. No van a tener sanción si no llegan a cumplir el límite, pero lo que no reduzca este año el Barcelona le afectará para la siguiente temporada. El problema es ver cómo acaba la tesorería a final de temporada", explicaba Javier Tebas cuando planteaba los límites salariales, mientras aseguraba que el club ahora mismo "no se plantea un concurso de acreedores".

Es muy improbable que suceda esa situación con el Barça descendiendo a Segunda B, pero la realidad vuelve a demostrar que la refinanciación de la deuda tiene que llevarse a cabo cuanto antes y una nueva venta de jugadores que elimine obligaciones a esa cuenta de resultados del 30 de junio de 2021. Más que de Eric García, Memphis Depay o David Alaba, el club debería de hablar de los nombres que deben de salir. Si bien es cierto que con la marcha de Messi se aliviarán las cifras, al Barça le esperan varios años de transición en lo económico. Habrá que ver si también en lo deportivo.

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