El caso de Leo Messi y el FC Barcelona se encuentra muy lejos de solucionarse. La situación está en un punto de no retorno y lo que es una realidad es la rebeldía del jugador que, lejos de las palabras o las filtraciones, ya ha pasado a los actos, la prueba más rotunda hasta para los más incrédulos. Quién no se creyera que el argentino quiere abandonar el Barça hoy ha tenido la mayor prueba de su enfado. 

Messi ha decidido ausentarse de su cita para pasar las pruebas médicas y PCR junto con el resto de sus compañeros que le hubieran posibilitado comenzar los entrenamientos de la pretemporada. Sin embargo, el '10' ha decidido faltar a su cita, concertada para las 10:15 horas de la mañana del domingo, y ha dado así un puñetazo en la mesa de las negociaciones, esa a la que Josep María Bartomeu no se ha querido sentar en ningún momento desde que recibió el órdago de 'la Pulga'

Se puede afirmar sin ápice de duda que Leo va muy en serio con todo esto. Hablar de su marcha, filtraciones, dejar su continuidad en el aire o incluso el famoso burofax podían considerarse hasta normal teniendo en cuenta que se trata de la continuidad de una de las mayores estrellas del fútbol que además cuenta con un enorme poder en el club, labrado a base de hazañas en el campo y de la permisividad que los dirigentes azulgranas han tenido con él durante años. 

Messi tensa la cuerda y gana tiempo

Sin embargo, el paso que dio Leo Messi en la mañana del domingo ha abierto un nuevo precedente que ha llegado directo a la junta directiva. La máxima estrella del FC Barcelona está en rebeldía y el tiempo corre a su favor. Mientras el argentino no acceda a pasar las pruebas PCR, el protocolo sanitario de LaLiga no le autorizará a formar parte de los entrenamientos junto con el FC Barcelona, por lo que esta ausencia podría ser eterna. 

Leo Messi, en el interior de su coche EFE

Messi sabe que el tiempo corre a su favor en este caso ya que este lunes el conjunto culé comienza la pretemporada y, poco a poco, todos los jugadores se irán poniendo a las órdenes de Ronald Koeman. Todos menos él, que por el momento no tiene pensado ceder. Es su forma de decirle al presidente que acceda a tener esa reunión que su entorno le pide. 

Hasta ahora, el FC Barcelona tenía la sartén por el mango porque queda poco tiempo para que la temporada se reanude y Messi tiene la urgencia de buscar un plan viable para su salida, algo que no será fácil para el equipo que lo fiche. Sin embargo, lo que no esperaban en Can Barça era el acto de rebeldía de su capitán, el cual ha dado la vuelta al problema.

Messi no encontrará un lugar al que irse, pero ante su negativa de pasar las pruebas y de acudir a los entrenamientos, el Barça se enfrenta a un problema mucho mayor. No podrá tener durante mucho tiempo a uno de los mejores jugadores del mundo inactivo eternamente. Es más, ese gran jugador le supone al conjunto culé un gasto de unos 100 millones de euros al año en salarios, por lo que se trataría de una ruina absoluta.

Messi durante un entrenamiento del FC Barcelona Reuters

Messi y lo sabe y lo utilizará para tensar la cuerda el mayor tiempo posible. En estos momentos es la llave que puede desenquistar la situación y que podría darle al argentino esa reunión que tanto ansía para negociar una salida y terminar su vinculación con el club, y sobre todo con la afición, de la mejor manera posible. 

El Barça, tranquilo ante las opciones de Messi

Por su parte, el FC Barcelona se sigue aferrando al contrato de Messi que, según todo hace indicar, sigue amparando la postura del club y sigue dejando el final del camino a los pies de la imponente cláusula de los 700 millones de euros. Desde el entorno de Leo han transmitido que dicha cláusula ha expirado ya que, al firmar su última renovación, se incluyó una última temporada opcional, la que sería la 2020/2021, y en la que cuál dicha cláusula no tendría efecto al no ser las pactadas como de obligado cumplimiento. 

Por si esto fuera poco, ha surgido un nuevo agente que ha querido intervenir en el conflicto para aclarar esta situación. LaLiga, con Javier Tebas a la cabeza, ha decidido emitir una nota informativa asegurando que en el contrato de Messi la cláusula que podría liberar al jugador de su cumplimiento aparece en todas y cada una de las temporadas que se han firmado, incluida la próxima, por los que los 700 millones de euros siguen siendo la única vía que podría dar libertad a Messi sin negociar con el club.

LaLiga, sobre la cláusula de Messi

 

Este movimiento, que ha sorprendido a todo el mundo, ha sido una clara estrategia de la patronal y de Javier Tebas para tener contento al Barça y de paso proteger su negocio, ya que, tal y como él mismo ha afirmado muchas veces, la salida de Messi supondría un duro varapalo para el campeonato nacional al ser su mayor reclamo a la hora de promocionar el fútbol nacional en el extranjero. Por ello, ante la duda, Tebas ha barrido para casa y le ha dicho a Leo que no obtendrá su baja competitiva a menos que el club lo transmita así, o bien previa negociación o bien previo pago de la cláusula. 

La otra vía que maneja el entorno de Messi es la famosa cláusula de su contrato que le permitiría abandonar gratis al equipo si así lo comunica dentro de unos plazos estimados. Esos plazos, que sería hasta día 10 de junio, es decir, 20 días antes de que finalice la temporada, se habrían sobrepasado. Sin embargo, la defensa de los abogados del jugador se sostiene en la excepcionalidad de esta temporada, la cual obligaría a mover esa fecha. 

Por su parte, la respuesta del club es que no aceptan dicho traslado de fechas y que, de aceptarlo, el plazo finalizaría el día 3 de agosto, es decir, 20 días antes de la final del Champions, momento que se habría tomado como nuevo final de esta atípica temporada. Por lo tanto, Bartomeu y su junta directiva se encuentran tranquilos al afirmar que la petición de Leo ha estado fuera de todo plazo en todo momento y que esa vía también está agotada. 

Josep María Bartomeu, en una rueda de prensa del FC Barcelona FC BARCELONA

El escenario actual de Messi presenta más complicaciones ya que la decisión del argentino de dejar el Barça parece inamovible. Si 'la Pulga' decidiera abandonar la entidad blaugrana incumpliendo su contrato, de forma unilateral, el club le podría denunciar por incumplimiento del mismo, y el tema pasaría a quedar en manos de la FIFA que podría mediar en el contrato. Leo podría terminar abandonando el Barça si la FIFA le concede el Transfer para irse a cualquier equipo, ya que siempre prima el derecho a jugar del jugador, sin embargo, el equipo que lo fichaje se podría exponer a un problema muy grave. 

Esta rebeldía total podría derivar en asunto, no solo económico, si no también judicial. De concederse este Transfer sin haber pactado un precio, sería un juez el que tendría que poner un valor a la operación, valor que podría llegar a ser incluso el de la cláusula, y que podría tardar en hacerse oficial de dos a tres años. De esta forma, si un equipo, por el ejemplo el Manchester City, se llevara a Messi gratis producto de su rebeldía y de ese tratamiento de la FIFA, podría recibir la mala noticia de tener que pagar un montante elevadísimo con carácter obligatorio tal y como lo decretara el juez. Un riesgo demasiado elevado para cualquier club y que hace imposible esta vía para Messi.

El expediente disciplinario

Además de todo, esta nueva situación abre un nuevo escenario entre Messi y el club. Al fin y al cabo, la rebeldía del argentino está provocando un ausencia de su puesto laboral, dejadez de sus funciones obligatorias y un acto de indisciplina total, por los que seguramente sea sancionado por el código de disciplina interno arrojando todavía más leña a un juego que amenaza con calcinar el club. 

Leo ya ha sumado una falta leve al ausentarse sin motivo justificado a las pruebas PCR realizadas el domingo y, por consiguiente, también lo hará al entrenamiento del lunes, consumando una nueva ausencia. De esta forma, la falta de Messi por dos incomparecencias injustificadas asciende a grave y tendrá consecuencias relevantes. 

Lionel Messi, durante un partido con el Barça.

Todo parece indicar que el club le abrirá un expediente disciplinario al jugador al que le impondrán una sanción económica que irá en función de su salario. Sin embargo, todo hace indicar que la ausencia de Messi será prolongada, por lo que podría llegar a estar suspendido de empleo un plazo de 30 días e incluso perder hasta un 25% de su salario, que sería en torno a unos 25 millones de euros brutos. 

El conflicto de Messi podría alargarse eternamente o, al menos, hasta que alguna de las partes acceda a ceder para buscar las pocas soluciones que existen. Sin embargo, estos son los nuevos escenarios que deja la ausencia de Messi a su cita con las pruebas PCR: una negociación enquistada, cláusulas que desaparecen, un recurso trampa a la FIFA y la apertura de un expediente que podría ocasionar todavía más caos en caso Leo Messi. 

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