Han pasado más de tres lustros desde que Dimitri Piterman comprara el 24% de las acciones del Racing de Santander. Ocurrió en enero de 2003. Entonces el empresario estadounidense de origen ucraniano se convertía en el primer extranjero en controlar un equipo del fútbol español. En 17 años, esta práctica se ha vuelto habitual sobre todo por el crecimiento de La Liga temporada tras temporada. En la actualidad, 14 de los 42 clubes de Primera y Segunda División tienen un inversor extranjero.

Siempre resulta atractivo cuando un jeque, un magnate u otro tipo de inversor millonario pone sus ojos en un equipo español. Se les suele recibir con los brazos abiertos, más aún cuando, por lo general, aterrizan en clubes necesitados económicamente y algunos al borde de la desaparición. Un nuevo resurgir que, sin embargo, pocas veces sale bien.

Inversores extranjeros desde la llegada de Piterman ha habido de todo tipo. Desde los que han llevado a la ruina al club hasta los que han pasado de puntillas. Algunos son extravagantes y otros apenas de dejan ver. En el museo de los horrores, eso sí, hay varios.

Piterman, el desastre del 'pionero'

La aventura de Piterman como empresario en el fútbol español bien pudo ser un augurio de lo que iban a encontrarse muchos clubes con la llegada de inversores en extranjeros. El 'pionero' en esto apenas estuvo un año en el Racing. Rápidamente le expedientaron por estar cerca del banquillo, con Chuchi Cos de entrenador, y fue tras una moción de censura tuvo que abandonar el club.

Piterman, en el Alavés EFE

En 2004, Piterman aterrizó en el Alavés. El equipo subió a Primera, pero al año siguiente se convirtió en un infierno pasando cinco entrenadores por el banquillo. Se bajó a Segunda y se vaciló con hacerlo a Segunda B, hecho que se consumó en 2009. El club tocaba fondo y Piterman se iba vendiendo sus acciones y dejando una deuda de 23 millones de euros. En 2012 se le obligó a indemnizar al Alavés con 6,8 millones y a vender todos sus bienes en España. En 2017 se emitió una orden de detención.

De puntillas por el Atlético de Madrid

Volviendo al presente, sorprende el nombre del equipo que más inyección de capital ha recibido desde 2014: el Atlético de Madrid. Ha recibido en este tiempo 157 millones de nuevos accionistas. Aunque el paso del Wanda Group fue visto y no visto -compró el 20% de las acciones-, vino después Quantum Pacific, grupo del magnate israelí Idan Ofer, que además aumentó su participación en el accionariado. Sin hacer mucho ruido, el Atleti se ha ayudado de los inversores extranjeros para financiar su nuevo estadio y mantenerse como un club puntero en Europa.

Lim y un Valencia a la deriva

No puede decir lo mismo el Valencia, el segundo club que más dinero ha recibido en los últimos años de un inversos extranjero. Meriton Holding o lo que es lo mismo, Peter Lim, ha manejado a su antojo el club che con la premisa de llevarlo a la élite del fútbol europeo. De primeras todo parecía de color de rosas, volviendo a jugar la Champions League, pero las decisiones del empresario singapurés acabaron castigando al equipo.

Kim. hija de Peter Lim, en el palco durante un partido del Valenia EFE

La última cabeza en caer ha sido la de Albert Celades y si confirma lo que parece una realidad, que el Valencia no jugará en Europa la próxima temporada, a Lim se le habrá acabado casi todo el crédito casi al tiempo que se le agota presentar pérdidas ante LaLiga tras ampliar en 100 millones el capital del club en 2015. El fiasco de Lim está a punto de convertirse en una realidad y la afición está más enemistada que nunca con su familia.

Los escándalos de Al-Thani y Ali Syed

Más graves han sido los casos del Málaga del catarí Al-Thani, que pasó de la Champions a Segunda, o, peor aún, el Racing -que aparece otra vez en la lista- del indio Ali Syed, que se marchó a los pocos meses y dejó unas secuelas en un club que sigue peleando por levantar cabeza; por lo pronto, la próxima campaña volverá a Segunda B. En ese pozo es donde ahora teme caer el Espanyol del chino Chen Yangshen. La suya parecía ser una de las pocas excepciones positivas pero todo amenaza con derrumbarse.

Yangshen, cara y cruz en el Espanyol

Llegó en 2015 bajo su empresa Rastar Group y en 2016 ya poseía casi el 100% del club tras pagar 75,2 millones de euros. Con ese dinero se saldó la deuda y se limpiaron las cuentas de la entidad. En 2017 sufrió un revés tras el giro en las políticas del Gobierno de China que le obligó a reestructurar su plan al no poder capitalizar los otros 60,8 millones de euros que tenía entonces prestados al club.

Chen Yansheng, dueño del Espanyol EFE

En lo deportivo, el equipo parecía que iba cumpliendo los plazos marcados por el nuevo inversor y la temporada pasada de clasificaba para la Europa League. Pero una mala gestión deportiva el verano pasado acabó arruinándolo todo. Tampoco a lo largo del curso se supo enderezar la nave, pasando cuatro entrenadores por el banquillo (David Gallego, Pablo Machín, Abelardo Fernández y, ahora Rufete). Se intentó salvar en invierno consiguiendo capitalizar 50 'kilos' de deuda con Rastar, pero no fue suficiente.

Al Espanyol le espera ahora la Segunda División. Un grave traspiés al que hay que sumar las consecuencias económicas de la crisis del coronavirus. Hasta ahora, Yangshen ha mostrado su compromiso con el club perico y deberá demostrarlo en el peor momento del club en lo deportivo ya que desde 1993/1994 no jugaba en la categoría de plata. Lo económico le respalda y es lo único que le permite no entrar por ahora en la lista de inversores en el fútbol español que acabaron en desastre para sus clubes.

También es justo, para acabar, mencionar casos donde los inversores salvaron a los clubes de la desaparición, como Carlos Slim y un Oviedo que ahora es atractivo entre los inversores mexicanos. O el Mallorca que logró levantar Robert Sarver, dueño de los Phoenix Suns de la NBA, aunque ahora el equipo bermellón también pueda volver a Segunda.

El Almería de Turki Al-Sheikh

La incógnita es el Almería del extravagante del árabe Turki Al-Sheikh. Llegó entre focos y luces y con solo 38 años no dudó en rascarse el bolsillo para tratar de hacer del Almería un equipo grande en España. Su primer paso era ascender a Primera y parecía que iba con paso firme para conseguirlo, pero en los momentos de dudas se ha visto que su impaciencia que puede castigar al club. De lo que suceda en esta recta final de temporada se podrá ver haciendo va el proyecto.

[Más información: Las peñas del Espanyol piden la 'cabeza' del presidente y revolución de la plantilla]

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