'We the north'. Con ese lema, la Real Sociedad no se pone techo en una temporada que está siendo mágica para los txuri-urdin. El equipo marcha séptimo en La Liga, manteniendo vivo el sueño de la Champions League, y está a un solo partido de volver a una final de la Copa del Rey 32 años después de la última, tras ganar el encuentro de ida de semis ante el Mirandés. Buena culpa del éxito del conjunto blanquiazul la tienen dos jóvenes escandinavos: Martin Odegaard y Aleksander Isak.

Al primero ya se le conocía en España por su vínculo con el Real Madrid y la marabunta de críticas y sobrada exposición a la que se tuvo que enfrentar siendo solo un crío de 16 años. Al otro, Isak (Solna, 21 de septiembre de 1999), la mayoría del público español lo ha descubierto esta temporada y se ha encontrado con un impresionante futbolista, que a sus 20 años va sobrado de experiencia y, sobre todo, de talento.

De nacionalidad sueca pero con padres de origen eritreo, sabe lo que es jugar en la liga de cuatro países diferentes (Suecia, Alemania, Holanda y España). Eso nunca le ha asustado pese a su corta edad: "Es el estilo de vida que elegí, pero no es algo que se me ha hecho duro", decía en una entrevista a El Diario Vasco. La madurez es una cualidad que le ha acompañado siempre y es que a los 17 años, tras salirse en el AIK Solna de su ciudad, fichó por el Borussia Dortmund y dijo 'no' al Real Madrid.

Odegaard felicita a Isak por su gol REUTERS

La gran noche de Isak

Su rechazo al club blanco en 2017 copó todas las portadas la pasada semana cuando la Real Sociedad eliminó al Madrid de la Copa del Rey. Lo hizo en el Santiago Bernabéu y tras una soberbia actuación de Isak. Suyos fueron dos goles, el VAR le anuló otro, repartió una asistencia y provocó el tanto de Odegaard con un disparo cuyo rechace aprovechó el noruego. Lo hizo todo. Fue la noche de Isak. Una actuación de 10 sobre 10, que ha hecho que los que todavía no le conocían hayan alucinado con su fútbol y descaro de cara a puerta.

A los que no ha sorprendido ha sido a la gente de San Sebastián. Allí se ha convertido en un ídolo en tiempo récord. La Real echó bien el lazo a Isak en una concentración de Suecia en Madrid y se lo trajo este verano tras no tener oportunidades en el Dortmund, que le cedió la pasada campaña al Willem II de la Eredivisie -campeonato holandés-. Su fichaje costó 6,5 millones de euros y hoy ya ha multiplicado por cuatro su valor, hasta los 25 'kilos'. Cuando salga, lo hará por un precio que esperan que sea, como mínimo, similar a la venta más cara de la historia de la Real, la de Griezmann al Atlético de Madrid por 54 millones.

La generación del 99

Es lo que tiene la euforia generada por sus 14 goles en 29 partidos. No es una euforia injustificada. Aún así, a Isak no se le ha tenido tan en cuenta como a otros jugadores de su año de nacimiento, que comparte con futbolistas de la talla de Joao Félix, Kai Havertz, Matthijs De Ligt o Nicolo Zaniolo. Todos ellos son de 1999, como Isak. Estrellas mundiales, tanto en sus clubes como en sus selecciones, con las que acabará luchando de tú a tú el sueco si sigue así.

Isak, durante el derbi vasco entre la Real Sociedad y el Athletic EFE

Isak es feliz en la Real, en un entorno propicio para que crezcan jóvenes talentos como él u Odegaard o perlas surgidas de la cantera donostiarra, como Barrenetxea o Guevara. Ellos son la 'Baby Real', el equipo con la plantilla más joven del campeonato liguero (25,7 años de media) y que ha alineado hasta en dos ocasiones el once con más 'yogurines' en lo que va de temporada (23,9). 

Un nuevo gigante sueco

A Isak no le gusta que le llamen 'el nuevo Ibra' (o 'el Ibra negro', en casos más desafortunados). Aún así, está acostumbrado a las comparaciones. Por estilo de juego, no son tan parecidos. Ibra es más físico y su olfato goleador le queda todavía muy grande a Isak. El de Solna es más técnico, eso sí.

En lo que sí son similares es en su elasticidad pese a su gran altura -1,95 metros de Ibra y 1,9 de Isak-. Lo que está claro es que Isak cogerá más pronto que tarde el timón que soltó Ibra en junio de 2016 cuando jugó su último partido con su selección en la última Europa. El Viejo continente ya tiene un nuevo gigante sueco. 

[Más información: El Eibar - Real Sociedad, en peligro por el incendio del vertedero de Zaldibar]

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