El fútbol femenino ha dado un salto en los últimos meses muy importante. En España se trabaja para que desde la base se vayan formando a los talentos del futuro. Si hace años era atípico ver a una niña jugando al fútbol, ahora es de lo más normal, aunque parece que todavía quedan muchos pasos que dar.

En España, también, sí. Pero aún más en otros países como Argentina. Es allí donde ha surgido una polémica alrededor de una niña de 8 años. Martina Raspo es la pequeña que a tan tierna edad se ha topado con la injusticia solo por el hecho de haber nacido mujer. Una injusticia que ha traspasado fronteras y gana cada vez más adeptos a su causa.

La pequeña juega en el equipo de Córdoba el Club Tiro Federal y Deportivo Morteros. Lo hace con varones porque su gran pasión es jugar a fútbol. Ella fue quien le preguntó directamente a su entrenador, Álvaro Biglia, que por qué nuevamente se había quedado fuera de una convocatoria, cuando lo que ella quiere es los partidos de la liga regional.

Con mucho pesar, Biglia tuvo que decirle que no podía porque el reglamento no permite que las niñas puedan disputar partidos oficiales. "Tiene unas condiciones tremendas. Es zurda, juega de volante por izquierda y a veces de delantera. Los chicos la aceptaron como una más y la respetan porque juega bien. Ella está a la altura de cualquiera", dice su técnico de ella.

Martina Raspo, la niña de 8 años que pide jugar con sus compañeros varones

El único motivo que impide a Martina Raspo jugar es el hecho de ser mujer. Siglo XXI y esto continúa siendo un problema. 'La Martu', como así le conocen, se ha convertido en un reclamo en la lucha por la igualdad en una de las cunas del fútbol, de los países en los que se vive por y para este deporte. Quiere romper moldes y dar un giro al fútbol en Argentina.

Campaña por 'La Martu'

Fue la madre de la jugadora quien comenzó a llamar a puertas y a denunciar lo que le estaba ocurriendo a su hija. Fueron los padres de Martina los que ante el deseo de jugar decidieron preguntar a Álvaro Biglia si podía formar parte de su equipo. Este dijo que las puertas estaban abiertas y así empezó a ejercitarse junto a un grupo con otros 35 niños, todos ellos varones.

Al ser tantos, dividieron a los pequeños en dos grupos, uno que juega en la liga regional -la oficial- y otros en un campeonato de reserva. Es en este último donde despliega su fútbol y destaca 'La Martu'. Su entrenador dice de ella que ha dado un gran paso adelante y que ya golea y patea con las dos piernas, "es una atrevida" dice, quien además considera que hasta los 12 o 13 años es bueno que jueguen en equipos mixtos, ya que es después cuando se evidencian las diferencias físicas entre sexos.

Su madre, Carolina Bulacio, fue quien mandó una carta a la liga regional de San Francisco para que cambien su actual reglamento y permitan jugar a Martina. La familia se aferra al precedente de Candelaria Cabrera, quien también a los 8 años -en el pasado 2018- consiguió que le permitiesen jugar en la liga Casildense de Santa Fe.

La carta que presentaron los padres de Martina a la Liga Regional de San Francisco

"Nos apoya un montón de gente, no estamos solos. Pedimos firmas a la gente que nos conoce y la ve jugar", dice su madre, quien señala que "el fútbol es todo" para su hija. "Martina se ve a futuro en esto, siempre me dice: 'Cuando yo sea grande, voy a jugar al fútbol y voy a ver qué otro trabajo consigo", sentencia Carolina Bulacio. El sueño de una niña está en juego, pero detrás de ella llegarán muchas más. Un pequeño paso puede parecer, pero en realidad es uno muy grande en la lucha por la igualdad. La resolución, antes de febrero de este 2020.

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