Pablo Machín ha realizado una amplia reflexión acerca de su salida del Sevilla tras aquel minuto fatídico en Praga contra el Slavia de Praga donde quedó eliminado de la Europa League. La revista digital The Coaches Voice ha recogido unas declaraciones del técnico soriano acerca de los sentimientos de rabia y frustración encontrados tras su destitución. También habla de su paso por el Numancia y el Girona, clubes a los que ha entrenado antes de su llegada al Sánchez Pizjuán.

"Realmente estaba muy a gusto en Girona. Prácticamente todos los años había tenido opciones de salir, en teoría opciones que podían mejorar lo que yo tenía, pero tenía clara mi posición. Pero esa idea cambió en el último año en Primera División. Tenía la sensación de que ya estaba cerca de todo lo que yo podía dar como entrenador y lo que me podía dar a mí el equipo", declaró el técnico sobre su salida de Girona.

"Empecé a pensar que lo mejor era intentar, para el beneficio de las dos partes, buscar otros retos. Buscar una nueva experiencia para seguir creciendo. Y el Sevilla creía que era el sitio en el que podía hacerlo." comentó Machín.

El exentrenador del Sevilla se ha mostrado decepcionado por la eliminación de la Europa League, que supuso su salida del equipo, a pesar de un buen trabajo durante la temporada.

"No soy una persona que crea excesivamente en la suerte. La suerte hay que buscarla y hay que dominar todos los aspectos que llevan a que esa suerte te favorezca. Pero indudablemente hay momentos puntuales en los que se necesita. La conclusión que hago de mi etapa en el Sevilla es que, en el fútbol, cuando decimos que los pequeños detalles marcan, es una realidad. Estuvimos el 90% de las jornadas no solo en puestos europeos, sino también en puestos de Champions League y en algunos momentos como líderes.

"Pero aquel fatídico minuto de descuento en Praga ante el Slavia que nos eliminó de la Europa League fue el detonante para mi salida del club, tras una serie de resultados que no eran todo lo bueno que nos merecíamos", expresó.

"Los días después de salir del Sevilla, los sentimientos eran de rabia. Sobre todo, porque tenía muy claro que los futbolistas estaban a gusto con el trabajo. Creo que podíamos haber hecho una temporada muy buena", argumentó el técnico.

"Era la primera vez en mi carrera que no podía elegir mi destino. Hasta entonces había tenido la suerte de conseguir todos los objetivos en los equipos por los que había pasado, pero el fútbol también tiene estos momentos. Momentos en los que te toca reflexionar con tiempo y perspectiva para tomar la siguiente decisión", terminó declarando Machín.

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