A vueltas con el partido en Estados Unidos. El Girona - Barcelona va encaminado de no disputarse pero, de momento, habrá que esperar un poco más. Así es como lo comunican tanto Tebas como el Girona. Ambas partes explican que la carta que han recibido por parte de la RFEF no deniega en ningún momento la autorización del partido previsto para disputarse el próximo 26 de enero en el Hard Rock Stadium de Miami.

Tebas: "El Girona - Barça en EEUU sigue adelante. Creemos que tenemos razón"

Tebas ha explicado que la RFEF ha solicitado más información sobre el partido. La Federación dice que no puede dar una respuesta hasta que no reciba la documentación que ha solicitado a LaLiga. El organismo presidido por Rubiales no está convencido de la organización del encuentro en tierras estadounidenses y la idea seguiría siendo no autorizar el partido. Tebas respondía ante los medios: "Sigo siendo optimista. Voy a mantener el 90% de que se juegue aunque me digan que no. Desde LaLiga no basta con que nos digan un no". El presidente de LaLiga sigue en sus trece: "El partido sigue adelante. Estamos en contacto con el Girona, seguimos con el tema de las entradas. Creemos que tenemos razón".

La Asociación de Fútbolistas Españoles (AFE) también se han mostrado contraria en todo momento a la celebración del partido, ya que se vulneraría los puntos 8 y 9 del convenio colectivo. Esto es, horas de concentración de los futbolistas y descanso semanal obligatorio de un día y medio.

Federación y Gobierno rechazan la idea

Las razones principales de la RFEF para la no disputa del partido en tierras estadounidenses son dos: una deportiva y otra política. En primer lugar entraría que la competición pudiera quedar adulterada por la celebración del encuentro fuera del territorio español, algo que desde el Real Madrid ya se han mostrado totalmente en contra. En segundo lugar estaría que el partido fuera aprovechado por los independentistas como un acto propagandístico a nivel internacional. La reunión celebrada una semana atrás entre Rubiales y Pedro Sánchez, en la que también estaba Gianni Infantino, presidente de la UEFA, dejó en claro que tanto Federación como Gobierno rechazaban la idea de jugar en Miami.