El fútbol en América Latina se vive de otra forma. El deporte rey es casi una religión y eso se ve en las gradas, donde la pasión llega en ocasiones a unos extremos que muy poco tienen que ver con la esencia del deporte. Un ejemplo de ello fueron los incidentes que protagonizaron la pasada madrugada los aficionados de Santos e Independiente, dos equipos que se enfrentaban en la vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores y que acabó con un 0-0 que clasificaba a los argentinos tras el 3-0 de la ida.

El partido, que fue suspendido a pocos minutos del final por el lanzamiento de varias bengalas, acabó con la invasión de campo de los hinchas locales, que protagonizaron una batalla campal contra la policía. La llama ya estaba candente horas antes del partido debido al fallo que decidiría si el club brasileño era sancionado por la alineación indebida de Carlos Sánchez, quien supuestamente arrastraba una suspensión en torneos auspiciados por la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol).

También los aficionados argentinos llegaron calientes al estadio Pacaembú por las indicaciones oficiales que llegaron desde Avellaneda para que los seguidores de Independiente evitasen gestos racistas durante el partido, algo que no sentó muy bien.

Horas antes del choque ya se registraron algunos incidentes, en un anticipo de lo que pasaría después sobre el verde. Mientras hacían cola para ingresar al estadio, un grupo de hinchas de Independiente fue agredido por una grupo de la torcida de Santos, que les tendió una emboscada aprovechándose de la ausencia de efectivos policiales que, según testimonios de los propios fanáticos del equipo argentino, "liberó la zona" para que los radicales de Santos tuvieran vía libre. La pelea entre ambas aficiones terminó con dos heridos por alma blanca, según publica La Nación.

Rodrygo carga contra la Conmebol

Por si fuera poco Rodrygo, jugador del Santos y reciente fichaje del Real Madrid, fue cazado tras la eliminación del equipo brasileño insultando gravemente a la Conmebol, en unas imágenes que recogió un aficionado desde la grada: "Esa Conmebol, unos hijos de puta", gritó el jugador.

Además justificó la reacción de los ultras del Santos tras el encuentro. "Creo que la afición hizo bien. Que ocurra una vergüenza de estas, la afición tiene totalmente la razón al hacer lo que hizo hoy", reconoció.

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