El Club Deportivo Guadalajara, uno de los equipos más reconocibles de Castilla La Mancha y que hace tan solo cuatro temporadas jugaba en Segunda División, pasa por una situación límite. El club alcarreño sufre una gravísima situación económica que provoca que está muy cerca de la desaparición.

El Guadalajara, que actualmente milita en el grupo XVIII de Tercera División, lejos de su mejor época de hace tan solo un lustro, está al borde del concurso de acreedores por una deuda que el club ha ido manteniendo con su anterior entrenador, Carlos Pérez Salvachúa, y también con su excapitán, Jorge Martín.

La situación es tan grave que los actuales jugadores del equipo castellano manchego no cobran sus nóminas desde el mes de octubre, lo que ha llevado a una situación insostenible en muchos futbolistas. Uno de ellos es Moussa Sidibé, que, ante el drama que vive en Guadalajara, ha querido contar su historia. Él quiere salir, pero el club no le deja... y tampoco le paga.

Moussa, de origen malí pero en España desde los nueve años, ha criticado a la directiva del Guadalajara así como ha pedido ayuda para salir "de una situación crítica" que puede costarle su salud así como su carrera deportiva.

En un comunicado, Moussa denuncia que ni el club ni el entrenador le dejan salir del club a pesar de "exponerles mi situación familiar", que relata con todo lujo de detalles para explicar su actual vida. "Soy de origen Malí aunque vivo en España desde los nueve años (actualmente 22). Mis padres vinieron a España hace muchos años. Trabajan con honradez en el campo sacando adelante la familia con el objetivo de poder dar un mejor futuro a sus hijos. Tengo dos hermanos pequeños", comienza el texto de Moussa.

"Al estar jugando fuera de casa han tenido que buscar una señora para poder levantarles y llevarles al colegio, ya que mis padres se marchan a las 5 de la mañana a trabajar. Ante la irregularidad en los pagos que mantiene el Guadalajara, he solicitado mi baja tanto al presidente como al entrenador, ya que mis padres no pueden enviarme dinero todos los meses y estoy en una situación crítica".

"Habiéndome escuchado ambos, me dicen que no me darán la baja y que tengo que seguir entrenando y jugando en el club porque tengo contrato. Les explico que no tengo dinero para comer y me dicen que pida ayuda a mis amigos", relata Moussa, que añade que en el Guadalajara "ni siquiera se preocupan de lo más mínimo, tener cubiertas mis necesidades básicas".

Moussa, en su etapa en el Ibiza.

El futbolista malí explica que está dispuesto a perdonar la deuda que tienen con él para "olvidar de una vez esta pesadilla" y asegura que tiene otros equipos interesados en ficharle, algo que le daría "una estabilidad económica para poder seguir disfrutando de este deporte, además de no ser un gasto para mis padres".

Moussa, de 23 años, militó antes de llegar al Guadalajara en otros equipos de 2ªB y 3ª División como el CD Ebro, Benferri CF e Ibiza UD, además de llegar a ser internacional sub-21 con Malí, pide ayuda a la RFEF y AFE para que intervenga en su caso y denuncia que este caso "me puede costar la salud". Moussa añade que se siente un esclavo "ya que no me dejan abandonar un club que no cumple su parte del contrato, quizás muriendo de hambre puede que me dejen libre. ¿Dónde está la humanidad aquí?".