El pasado 23 de septiembre, Girona y FC Barcelona jugaban en Montilivi con el apogeo del movimiento secesionista de Cataluña en pleno auge. No sólo se esperaba que la presencia en el palco de gran parte del Govern de la Generalitat, con Carles Puigdemont a la cabeza, enardeciera los ánimos independentistas, sino que incluso se temía por la seguridad del encuentro. Josep Maria Bartomeu decidió no acudir en un movimiento que ha tenido muchas interpretaciones y la seguridad no sufrió sobresaltos cuando la rumorología apuntaba a una invasión de campo en el minuto 17.14. No pasó nada y todo transcurrió por los cauces de la normalidad liguera, aunque eso impide que este domingo, con la visita del Real Madrid al mismo estadio, la tensión y los nervios de los equipos de seguridad haya elevado su nivel a máximos.

El domingo, a las 16.45 horas, el balón debe echar a rodar en Montilivi dentro de la 10ª jornada de Liga. Un encuentro más, con el Real Madrid a la caza del Barça en el liderato tras sus tropiezos iniciales y el Girona inmerso en su lucha por evitar el descenso en su primera temporada en la máxima categoría.

Así debería ser, pero el clima político todo lo enrarece, incluido el fútbol. Por ello, y a la espera de lo que pueda suponer el desenlace de una semana clave en lo que a la aplicación del artículo 155 de la Constitución supone y la posible presencia de Carles Puigdemont en el Senado para negociar una convocatoria de elecciones que devuelva a la comunidad autónoma a la normalidad legal, el domingo Montilivi puede convertirse en una olla a presión. Más aún contando con los orígenes del club, considerado como plenamente independentista y con vocación de ello.

De hecho, desde el club blanco, y en aras de buscar la menor tensión posible, se ha tomado la decisión de no viajar con el autobús oficial del equipo. Ese autobús blanco con hasta tres escudos gigantes del Real Madrid. Nada que debiera ofender a nadie, pero que la prudencia aconseja 'ocultar'.

Por el momento es la única medida extraordinaria que se ha tomado en cuanto a seguridad desde el club de Chamartín, que en el Clásico ante el Barcelona en la Ciudad Condal tampoco utiliza el autobús oficial del club. En principio, los blancos viajarán en avión el sábado a las 19,00 y desde el aeropuerto de Girona-Costa Brava viajará a su hotel de concentración y posteriormente al estadio en un vehículo sin escudos, casi de camuflaje, para no llamar la atención.

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