Veloz, polivalente, desequilibrante, explosivo, hábil... en el Betis se frotan las manos (y los ojos) ante el talento que en el mercado de invierno les llegó como regalo tardío de Reyes. Charly Musonda (Bruselas, 1996) ha recuperado la ilusión de muchos béticos, viendo en él al jugador que cambia partidos, al que hace cosas que otros no hacen, al que regala espectáculo.



Cedido por el Chelsea, solo estará hasta junio de este año, presumiblemente pronto estará en el primer equipo inglés, salvo que algún gran conjunto europeo también apueste por él, algo que no sería de extrañar. De exquisitas condiciones, con dominio del balón en las dos piernas y con mentalidad defensiva cuando se requiere, el eléctrico jugador también tiene parte ya ganada: sabe español. Hace años, el Barça estuvo muy interesado en él y su familia empezó a hacerse a la idea aprendiendo el idioma.



Una familia totalmente ligada al fútbol



Internacional en todas las categorías inferiores de la selección belga y campeón con el Chelsea la pasada campaña de la UEFA Youth League, Musonda es hijo de Charles Musonda, leyenda del Anderlecht e internacional por Zambia, que se salvó in extremis de la gran tragedia que esta selección africana sufrió en 1993: todos los jugadores y técnicos (también el presidente de la federación) fallecieron en un accidente aéreo cuando viajaban desde Port Louis (Isla Mauricio) hasta Dakar (Senegal) tras haber jugado un partido de clasificación para el Mundial de 1994.



Musonda padre se salvó de aquello. Había sido operado semanas antes de la rodilla y, además, al jugar en Europa, tenía permiso para viajar desde allí y no con el resto de la expedición. Aquello le afectó tanto que se negó a volver a jugar con su selección. Tres años más tarde, nacía Musonda Jr.



Antes de que naciera el hoy jugador del Betis, aparecieron sus dos hermanos: Lamisha (22 años, actualmente sin equipo) y Tika (21 y en el Chelsea). Ambos también son futbolistas y los tres coincidieron en las categorias inferiores del Chelsea. Cuando el padre se enteró del interés del conjunto londinense, pidió que los tres fueran juntos, para que así crecieran futbolísticamente en un equipo más potente. En el verano de 2012, los hermanos Musonda se fueron a Londres.



Fan de Joaquín



El frenético arranque de Musonda con el Betis ha hecho que muchos en Sevilla comparen al belga con el gran ídolo local: Joaquín. Precisamente del gaditano se mostró fan Musonda ya desde hace años. Cuando llegó al Villamarín una de sus primeras palabras fue para el extremo bético. "Es un futbolista top", declaró. Después, en el vestuario, se paró unos segundos sobre la taquilla de Joaquín. Veía la imagen de uno de sus ídolos, precisamente diez años después de que el Betis visitara su Bélgica natal, cuando en Champions los andaluces se enfrentaron al Anderlecht, posterior equipo de Musonda.



Es indudable que su paso por Sevilla es por meses. El Betis le sirve al belga para crecer como futbolista, para 'cocerse' en una gran Liga y para poner definitivamente su nombre en el escaparate futbolístico. Pero al propio equipo andaluz le ha venido de perlas. Aunque con Musonda en el campo el Betis solo ha ganado uno de los cuatro partidos (el inicial ante el Valencia), también con el belga, los de Merino no conocen la derrota (otros tres empates). Y eso que cuando llegó, el Betis llevaba 12 partidos consecutivos sin ganar, con cambio de entrenador incluido.



Más que los resultados, más importante están siendo las sensaciones. La convicción de que el Betis tiene a un talento en sus filas y el aire de renovación e ilusión que ha llevado a las gradas del Villamarín. Al belga no le puede la inexperiencia ni tampoco se esconde. En el último partido ante el Rayo Vallecano volvió a ser el jugador que más regates hizo y ya es el tercer jugador del Betis que más corre en un partido. Su conexión con el estandarte Rubén Castro se presume suficiente para que este Betis no sufra más por salvarse.



Llegó a finales de enero y en los cuatro partidos que ha podido jugar, siempre fue titular. Y además, nunca fue cambiado, jugando todos los minutos posibles. Por ahora, solo marcó un gol, ante el Deportivo en Riazor. Fijo para Juan Merino, el Betis se aferra desde ya a Musonda para lograr una cómoda salvación. Y el propio Musonda confirma ser esa perla que hace cinco años asombraba al fútbol belga y por el que posteriormente se pelearon los grandes de Europa.

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