“Os voy a llevar a la Champions League”. Con esa carta de presentación llegó Roberto Martínez a Goodison Park. La verdad es que son unas buenas palabras para ganarse a la afición. En su primer año casi lo cumple con un meritorio quinto puesto, pero el tiempo ha pasado y el Everton sigue por debajo de sus aspiraciones.

Con la llegada de ‘Bob’ Martínez el Everton firmaba una filosofía distinta, una identidad por el juego ofensivo de toque, muy diferente a lo que David Moyes, su predecesor, propuso. Aunque el aterrizaje del catalán fue casi perfecto y los talentos de la plantilla dieron un paso al frente, actualmente la indefinición de su juego hace que ni el mejor Romelu Lukaku pueda rescatar un proyecto que está decepcionando.

Sin haber enderezado el rumbo en la temporada actual y tras decepcionar el curso pasado, el Everton se juega su última bala en casa del Bournemouth: sólo vale ganar para soñar con la FA Cup y acabar con 21 años de sequía.

La clase alta y el Everton

Sólo las cinco primeras plazas de la Premier dan acceso a Europa y, aunque no se exige al Everton estar siempre en esos puestos, sí se puede esperar que peleen por ello. Sin embargo, el gran déficit del club están siendo sus enfrentamientos contra esta zona noble. Si contamos los seis primeros clasificados –las plazas europeas y el aspirante más cercano- la estadística marca las diferencias:

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Aunque, en palabras de Roberto Martínez, “el Everton tiene jugadores para entrar en el top 4”, el juego de esa plantilla está lejos. Desde su llegada han sumado 24 puntos de 90 posibles contra los que han finalizado la temporada en el top 6 (para la temporada actual se usa la clasificación tras 26 jornadas), en otras palabras, han conseguido un 27% de los puntos posibles contra sus teóricos rivales directos.

El equipo no está teniendo continuidad en su apuesta por el fútbol ofensivo y la posesión en campo rival. De hecho, contra los grandes varía por completo su plan, aunque sin resultados. Una adaptación de su entidad que se hizo más visible el año pasado cuando los propios jugadores, con Lukaku a la cabeza, le pidieron al técnico jugar más directo para salir de la zona baja. Actualmente esa indefinición continúa y les penaliza, en especial en sus números defensivos, encajando 1.45 goles por partido, su peor registro en Premier desde hace doce años.

Los puestos europeos en la Premier son de difícil acceso, pero las competiciones coperas no dejan en mejor lugar al Everton. Pese al meritorio paso por la Capital One de este año, en la que el Manchester City les apeó en semifinales, la estadística de Roberto Martínez con el Everton en eliminatorias deja dudas sobre la competitividad del proyecto: han pasado de ronda en 9 de 17 ocasiones. Un dato engañoso, ya que el balance contra equipos de su misma categoría es de 2 eliminatorias exitosas de 7 intentos. Un buen precedente para su próximo rival, el Bournemouth, en quinta ronda de FA Cup.

Los problemas del Everton de Bob

Las aspiraciones europeas del Everton se están desvaneciendo ante sus propios aficionados. En lo que llevamos de temporada los de Roberto Martínez ya han encajado 23 goles en casa y todavía estamos en febrero (en la 13/14 recibieron 19 goles y en la 14/15, 21 tantos). Una fragilidad que explica el balance actual de cuatro victorias, cuatro empates y siete derrotas como local. Demasiados traspiés contra equipos teóricamente inferiores: Stoke City, Swansea, West Bromwich, Watford y Crystal Palace han encontrado la manera de puntuar en Goodison Park.

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La FA Cup y la clasificación todavía dan esperanzas al Everton: no todo está perdido aunque queda trabajo por delante. La primera tarea será mental, los de Roberto Martínez son el equipo de la Premier que peor maneja las ventajas en el marcador: han perdido 11 puntos tras ir por delante en el electrónico (Bournemouth, Norwich, Stoke, Tottenham y Chelsea).

El futuro del proyecto

El pasado verano el Everton consiguió retener a muchas de sus jóvenes estrellas. La nota positiva de este club es el crecimiento y la revalorización de sus jóvenes como Romelu Lukaku, John Stones o Ross Barkley -Gerard Deulofeu está en proceso de ello- y cómo Bob ha conseguido que James McCarthy y Seamus Coleman evolucionen en su juego. Mientras otros talentos como Funes Mori, Brandon Galloway y Tyias Browning van progresando.

Roberto Martínez ha estado respaldado por la directiva del club en todo momento. De hecho, además de rechazar 50 millones de euros por John Stones, se han aceptado peticiones importantes: cuatro de los seis fichajes más caros del Everton han llegado con el catalán en el banquillo, además del controvertido contrato a razón de 50.000 libras semanales y tres años a un veterano Gareth Barry que firmó con 33 años.

Si todo sigue igual, ¿con qué argumentos podrá retener el Everton a estos jugadores? ¿Cómo convencerá a la directiva para rechazar nuevas ofertas y confiar en su promesa del cuarto puesto?

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