El fútbol, de un tiempo a esta parte, ha querido regalarle sus ojos a Inglaterra, darle su dinero y obviar lo que ocurre en el resto del continente. Sin embargo, la Serie A, este sábado (20:45 horas), ofrecerá uno de los mejores partidos que se pueden ver en Europa. ¿Por qué? En primera instancia, porque la Juventus recibe al Nápoles con la necesidad de hacerse con la victoria para colocarse en cabeza –ahora mismo está a dos puntos–; y en segundo lugar, porque sobre el campo coincidirán el heredero directo de Messi –eso dicen– y el tipo que acaba de enterrar la racha de victorias consecutivas del Nápoles de Maradona. O lo que es lo mismo, Dybala e Higuaín: pasado, presente y futuro de la selección argentina.

Goles y asistencias de Higuaín y Dybala. Mario Díaz Elaboración propia

Toca empezar por el pasado y el presente de argentina. Es decir, por Higuaín. Por ese chico joven, delgado e inquieto que llegó a Madrid junto a Gago, creció escuchando la música celestial de pitos del Bernabéu y ha madurado entre el monte Vesubio y los Campos Flégreos. Allí, en Nápoles, en tres temporadas, se ha encontrado a sí mismo. Primero con Benítez, principal responsable de su fichaje, y después con Sarri, que ha sabido sacar lo mejor del delantero.

A priori, su traspaso a la Serie A parecía un paso atrás en su carrera. Sin embargo, el tiempo ha demostrado que no se equivocó cambiando la capital de España por el sur de Italia. O eso es lo que dejan entrever sus cifras goleadoras, que han ido creciendo desde entonces: temporada 2013/14 (24 goles y 12 asistencias), 2014/15 (29 y 11) y 2015/16 (26 y 3). Es decir, el ‘Pipita’ anota esta campaña 0’89 goles por partido y ha hecho 26 del total de 76 de su equipo. Y, además de todo esto, con el Nápoles ha ganado dos títulos: Copa y Supercopa de Italia. ¿Se puede pedir más? Puede que sí.

Este curso, en Europa –y siempre tomando como referencia las cuatro grandes competiciones–, sólo superan sus registros Aubameyang (30), Cristiano Ronaldo (30) y Luis Suárez (36). Pero eso da igual. Higuaín, a su manera, sigue escalando hacia lo más alto. El pasado fin de semana, sumando ocho victorias consecutivas y enterrando la mejor racha del Nápoles de su compatriota Diego Armando Maradona. Es decir, atentando directamente contra el legado del club y, de paso, dejando a los suyos líderes de la Serie A y con la posibilidad de dar la machada este sábado en el Juventus Stadium.

Evolución de Higuaín desde que llegó a Europa. Mario Díaz Elaboración propia

DYBALA, EL HEREDERO DE MESSI

Una vez aparcado el pasado, toca centrarse en el presente y el futuro de argentina. Es decir, en Paulo Dybala, quizás el delantero que mejores condiciones tiene para sustituir a Messi y luchar con Neymar por el Balón de Oro durante los próximos años. El jugador revelación de la Serie A y uno de los principales artífices del éxito de la Juventus, que suma 14 victorias consecutivas –su mejor racha en la historia de la Serie A– y atenta con fulminar el récord del Inter de Milán (17).



Pero, ¿por qué comparan a la perla de la Juventus con Messi? En principio, por lo evidente, ambos son argentinos, se parecen físicamente y se mueven más o menos por la misma parcela del campo. Pero, además, porque no sólo marcan goles, sino que también asisten y mueven a sus equipos. ¿La prueba? Dybala es uno de los delanteros en Europa que más porcentaje de acierto en pases tiene en competición nacional (84’7%). Más, por ejemplo, que Leo (81’1), Cristiano Ronaldo (80), Douglas Costa (82’6), Higuaín (76) o Lewandowski (80’2).



A sus 22 años, Dybala es posiblemente el jugador con más proyección de Europa, tal como ha demostrado desde que llegó a la Serie A. Primero en el Palermo, a donde llegó por 12 millones de euros, anotando 13 goles en la temporada 2014/15; y después en la Juventus, que se gastó 32 millones en su fichaje y, a día de hoy, no se arrepiente de su inversión: 16 tantos del total de 58 de su equipo y ocho asistencias en 33 partidos.



Ellos dos, Paulo y Gonzalo, se las verán este sábado en el Juventus Stadium. Con una certeza: hay jugadores a los que no hay más remedio que cogerles cariño con el tiempo, como es el caso de Higuaín; y otros de los que uno se queda prendado, como ocurre con Dybala. Al fin y al cabo, sólo es posible enamorarse de lo excepcional, como decía José María García. Y aunque ambos lo sean, el segundo, de momento, parte con ventaja.

Dybala celebra un gol con la Juventus. Giorgio Perottino Reuters

Noticias relacionadas