Guardiola justificó su marcha del Barcelona por agotamiento. “Cuatro años desgastan mucho. Me he vaciado y quizás necesito volver a llenarme”, reconoció entonces. En cualquiera de los casos, aquel día, esgrimió razones. Esta vez, en su adiós parcial a Múnich -seguirá hasta final de temporada- no hubo motivos. El técnico español le habría dado la opción al club de anunciar su marcha en cualquier formato, incluida, obviamente, una rueda de prensa. Pero finalmente no la hubo. Pep se fue de vacaciones -por el parón de la Bundesliga- y el Bayern utilizó a su portavoz no oficial, el diario sensacionalista Bild, para anunciar su marcha el próximo verano y la contratación de Carlo Ancelotti para las próximas tres temporadas.

La noticia sorprende porque, en primer lugar, el Bayern quería renovar a Guardiola y lo ha intentado por activa y por pasiva. Según la prensa alemana, el club le habría puesto sobre la mesa al técnico español un contrato por valor de 20 millones de euros por temporada. Es decir, parece complicado que Pep haya decidido no seguir en base a criterios económicos. Y tampoco parece lógico que lo haya hecho por cambiar a otro país. Tanto él como su familia estaban a gusto en Múnich y contentos con todo lo que les ofrece la capital bávara. Él mismo ha reconocido en varios foros y ruedas de prensa que la ciudad responde a sus expectativas: calidad de vida, anonimato, un buen colegio para los niños y un club modélico tanto en las formas como en lo deportivo. Entonces, ¿qué le ha llevado a tomar la decisión?

ESTILO PEP VS. FÚTBOL ALEMÁN

Guardiola, al firmar su contrato, pensó que tres años era un buen periodo para implantar su ideología en Múnich. Y en parte, así ha sido, como ratifica Julien Wolff en su columna en el diario alemán Die Welt: “El juego del Bayern ha evolucionado con Pep al mando”. Eso es una realidad, y como tal ha quedado reflejado sobre el campo, pero también es verdad que su estilo ha chocado con el gusto teutón por otro tipo de fútbol, el encarnado por el equipo de Heynckes el año del triplete: más directo y menos estático.

Para el aficionado bávaro, en muchas ocasiones, su idea de juego ha pasado por aburrida. “Comprendo lo que quiere la gente y entiendo que en Alemania la cultura es diferente, pero me han fichado a mí”, contestó ante las acusaciones de los medios de comunicación. Eso sí, nada le hizo cambiar su plan. En Múnich ha conseguido adaptar a sus jugadores a su estilo con los consiguientes resultados: cuatro títulos la primera temporada (Mundialito de Clubes, Supercopa de Europa, Copa de Alemania y Bundesliga) y uno en su segundo curso (Bundesliga). Este año sí, Guardiola piensa que puede completar su obra, de ahí su marcha.

SU AGOTAMIENTO EN LA BUNDESLIGA

Guardiola está a gusto en Múnich, de eso no hay ninguna duda, pero la Bundesliga se le queda pequeña. Pep, aunque se haya empeñado en darle importancia a la competición, sabe que el nivel del campeonato es netamente inferior al de la Premier o al de la Liga española. Es decir, si deja el Bayern es para buscar nuevos retos en otro lugar, una motivación. La prueba: su primera temporada la ganó con 19 puntos de ventaja sobre el Dortmund, la segunda lo hizo con una diferencia de 10 sobre el Wolfsburgo y en la tercera, cuando se ha llegado al ecuador, ya le saca ocho puntos al Borussia.

DECISIONES CONTROVERTIDAS

La relación entre Guardiola y el club ha sido relativamente agradable, de ahí que le hayan ofrecido continuar. Pero durante sus dos temporadas y media, el técnico español ha tenido varios rifirrafes con diferentes estamentos dentro del propio Bayern. El primero: la renovación de Toni Kroos. Entonces, Pep insistió en que se quedara, pero la directiva no pudo retenerlo y el centrocampista alemán acabó fichando por el Real Madrid. Y el segundo, por los servicios médicos. Ya la temporada pasada, su disconformidad con el trabajo de Mülller-Wohlfahrt acabó con la dimisión de este último. Y durante este curso, según publicó Kicker, habría vuelto a tener problemas con el nuevo doctor: Volker Braun -aunque Pep lo negó en rueda de prensa-. Todo eso le puede haber inclinado a tomar la decisión de dejar la entidad al final de curso. Mucho ruido, quizá demasiado.

ESCASA ACEPTACIÓN EN EL ENTORNO DEL BAYERN

El trabajo de Guardiola ha sido valorado en el club, pero no ha tenido el mismo apoyo en el entorno del Bayern. A lo largo de sus dos temporadas y media, han sido muchos los ex jugadores que han chocado con el estilo de Pep. Entre ellos, Effenberg, hoy técnico del Paderborn, que a principio de temporada reconoció que prefería a Mourinho porque “decía las cosas a la cara” o Lothar Matthäus, que tampoco ha comulgado con su ideología. Unas críticas que, sobre todo, han llegado en base a sus dos derrotas en semifinales de la Champions League ante Barcelona y Madrid respectivamente. Y lo mismo le ha sucedido con la prensa, que no recibió de buen grado sus métodos a su llegada: entrenamientos a puerta cerrada -sólo uno a la semana para el público- y su negativa a dar entrevistas.

TRIPLETE

Guardiola está convencido de que esta temporada puede ganar el triplete. Y de hacerlo habría conseguido el objetivo para el que le fichó el Bayern. Esa sería la mejor forma de acabar un periodo en el que él ha calcado el modelo Barcelona y que él considera suficiente. Eso sí, con una mácula, no haber conseguido sacar a tantos jugadores de la cantera como en Barcelona. De una u otra forma, su adiós sorprende, pero lo hace aún más la llegada de Ancelotti. Uno de los grandes 'pecados' de Pep, según la prensa alemana, ha sido la 'españolización' del equipo, con hasta seis jugadores de habla hispana (Javi Martínez, Thiago, Bernat, Xabi Alonso, Vidal y Rafinha). Por eso, cuando parecía que el próximo técnico podría ser un alemán, llegará un italiano. ¿Con el peso de otro triplete? Veremos.

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